16 mayo,2020 12:15 pm

Advierte especialista deforestación ante la falta de dinero por la caída del precio de la amapola

Debido a la pandemia de Covid-19 quedaron detenidos los trabajos de un programa de seguridad alimentaria que impulsa en la sierra de Tecpan el proyecto Guerrero Jaguar, como alternativa a la siembra de estupefacientes, informa Fernando Ruiz

Chilpancingo, Guerrero, 16 de mayo de 2020. Debido a la pandemia de Covid-19 quedaron detenidos los trabajos de un programa de seguridad alimentaria que impulsa en la sierra de Tecpan el proyecto Guerrero Jaguar, informó el coordinador de esa organización, Fernando Ruiz Gutiérrez, y advirtió que ante la falta de dinero por la caída del precio de la goma de opio los vecinos están deforestando.

“La situación de la pandemia, como a todos, nos ha afectado de manera contundente como proyecto de conservación”, declaró en entrevista el investigador que lleva 10 años entregado a la conformación de un corredor comunitario para la conservación del jaguar.

En sus andares, el primero en fotografiar a un jaguar en cámara-trampa en el estado, ha solicitado ayuda de gobiernos estatales, municipales y federales que terminan y no lo apoyan sustancialmente, ha sostenido el proyecto con el respaldo de universidades públicas, la venta de playeras, tazas, fotos y pinturas con el tema del jaguar.

Desde el año pasado tiene financiamiento de la minera Media Luna, responsable de la devastación de territorios en la zona Centro y Norte del estado, y que por ley tiene que dar dinero a proyectos de conservación, como reparación de los daños que causa.

También lo financia Volkswagen, luego de que ganó un concurso mediante votaciones en Internet denominado Por amor a México Volkswagen 2019, superando un proyecto en apoyo a la conservación de la mariposa monarca.

Además recibe recursos de la organización conservacionista Rainforest Trust (que podría traducirse como Confianza en el bosque lluvioso), que “protege los bosques tropicales más amenazados, salvando la vida silvestre en peligro de extinción a través de asociaciones y participación comunitaria. A través de estas asociaciones altamente efectivas, podemos garantizar resultados sostenibles necesarios para la protección a largo plazo de los ecosistemas tropicales y la vida silvestre que poseen”, según su sitio web.

De la pandemia de coronavirus, Fernando Ruiz informó que pararon las actividades de sus distintos proyectos, “para evitar contagios tratando de ser lo más responsables posibles en ese sentido, antes estuvimos dando seguimiento a los proyectos apoyados por Volkswagen y Rainforest Trust en Tecpan, además de minera Media Luna en Atoyac”.

“En el corredor comunitario para la conservación del jaguar en Tecpan sigue el monitoreo con cámaras trampa, tenemos instaladas alrededor de 56 cámaras que están funcionando en la zona, teníamos otras actividades con las comunidades, estamos tratando de incentivar la producción de alimentos, principalmente de verduras de autoconsumo para que se evite la dependencia de los ejidos y comunidades de tener que comprar esa materia prima en la cabecera municipal, buscamos hacerlas autosustentables, es un proyecto de seguridad alimentaria”.

–¿Qué tanto dependen los habitantes de la sierra de la cabecera municipal?

–La mayoría casi al 100 por ciento, hay una producción casi nula de hortalizas, chile, cebolla, ajos y demás tiene que comprarse casi todo en Tecpan.

La crisis del opio y una alternativa

A la pregunta de qué viven los vecinos de la zona respondió, “ese tema es un poco complicado, la mayoría de la gente tenía recursos para comprar todos estos insumos, el detalle es que, como sabemos, la sierra de Guerrero es productora de enervantes y de ahí se obtenía el dinero”.

Mencionó que con la caída del precio de la goma de opio que se extrae de la amapola ya no hay tanto dinero disponible.

Desde el inicio de la crisis del opio, expuso, supo que iba a tener un efecto negativo en la zona, y que iba a repercutir de manera directa en los recursos naturales, porque si no tienen dinero, los habitantes buscan la forma de obtenerlo, y lo que tienen a la mano es el bosque.

Lo que explotan, informó, son principalmente los recursos maderables porque tienen mucho valor y es fácil acceder a ellos, lo que ha provocado que “en la sierra de todo el estado se esté llevando a cabo la tala, de manera organizada y desorganizada para que las comunidades puedan subsistir”.

La deforestación, explicó, es un problema mayúsculo que provoca la pérdida de agua, de espacios para las especies nativas como el jaguar que habita en la zona, y que está en peligro de extinción.

Antes de la pandemia arrancó el proyecto de seguridad alimentaria, “iniciamos con la instalación de 16 granjas de gallinas ponedoras en los ejidos Cordón Grande y El Platanillo, donde ya tenían producción de carne de pollo y producción de huevos”, a mediados de marzo.

“Quedó parada la actividad atendiendo las recomendaciones de la Secretaría de Salud, ahora estamos en espera de reactivar las actividades, estamos en el proceso de producción de plántulas, de hortalizas, y en la próxima oportunidad vamos a llevarlas a los ejidos y comunidades para establecer estos huertos familiares”.

El trabajo, dijo, de manera inicial incluye los ejidos Cordón Grande, Las Humedades y El Platanillo, así como comunidades circunvecinas, “estamos viendo que es una necesidad imperante que ellos produzcan estos recursos, y vamos a tratar de irlo ampliando a las comunidades involucradas en la conservación del jaguar”.

–¿Esto cómo ayuda a la conservación del jaguar?

–Una de las cosas que tenemos que garantizar a las comunidades que están destinando su esfuerzo, su tiempo y su territorio para la conservación de los recursos, es que tengan los recursos para su subsistencia, no podemos obligarlos a hacer conservación si no tienen ni lo necesario para sobrevivir. Es necesario un mejor manejo de los recursos naturales, y la autosustentabilidad alimentaria es una estrategia para complementar los trabajos de conservación.

Dijo que con el proyecto que financia Rainforest Trust, “vamos a tener las primeras áreas de conservación comunitarias para la conservación del jaguar certificadas por la Conanp (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas), las áreas están en proceso de registro, esperamos que cuando pase la parte complicada de la pandemia pueda haber estos dictámenes para formalizar el corredor comunitario… con esta certificación para que le dé certeza jurídica”.

Detalló que este corredor abarca terrenos de Cordón Grande, Las Humedades y Platanillo que aportan 12 mil 500 hectáreas para conservación”.

El proyecto Guerrero Jaguar, en 10 años ha muestreado alrededor de 120 mil hectáreas en los municipios de Petatlán, Tecpan, Atoyac, Chilpancingo, Coyuca de Benítez, Tecoanapa, Tlacoachistlahuaca, Xochistlahuaca, Huamuxtitlán, Cualac, Pilcaya y Taxco.

Texto: Rosendo Betancourt Radilla / Cortesía proyecto Guerrero Jaguar