23 noviembre,2021 5:19 am

Aglomeración, empujones, mentadas y Servidores de la Nación rebasados, en vacunación a rezagados

A la jornada de aplicación de la dosis anti Covid van miles y obligan al gobierno federal a informar que extendería los días de atención. Quedan cientos sin recibirla en la unidad deportiva de Ciudad Renacimiento, y algunos pernoctaron desde anoche para que los inmunicen hoy. Intervienen marinos para controlar la situación, y el delegado federal Iván Hernández atribuye a la gente el desorden, que no se dio en anteriores jornadas

Acapulco, Guerrero, 23 de noviembre de 2021. El miedo a morir de complicaciones por Covid-19 por la aparición de las nuevas cepas del virus en el mundo, provocó desesperación de los adultos y jóvenes rezagados, que a como diera lugar trataron de obtener una de las 5 mil dosis aplicadas en el primero de dos días de vacunación, pero por la gran demanda obligó al gobierno federal a extender su aplicación.

La escena que se vivió afuera del único centro de vacunación, la Unidad Deportiva Jorge Campos de Ciudad Renacimiento para los que no se pudieron vacunar cuando fueron convocados según la estrategia de la Secretaría de Salud federal, fue caótica.

Este lunes, sólo se convocó a aquellos que tenían apellidos de la letra A a la M, el resto se programó para este martes. Por la noche se informó que se aplicaron 4 mil 450 primeras y segundas dosis de vacunas de AstraZeneca, 480 de Sinovac en segunda dosis, y 144 de Pfizer. En total sumaron 5 mil 74 dosis aplicadas, pero unas mil personas se retiraron del lugar durante la tarde.

La Marina tomó el control de la puerta de acceso luego de que los “Servidores de la Nación” se vieron rebasados. Era la joya de la discordia. Discapacitados, adultos mayores, personas con comorbilidad, embarazadas, los adultos, los jóvenes esos de 30 años que les dicen chavorrucos y los del rango de 20 años, la chaviza se empujaron, gritaron y se escucharon mentadas de madre.

Por la multitud que se contabilizaba por miles y cuya formación dio tres vueltas completas a la unidad deportiva, además de dos filas paralelas que no tenían principio y fin, obligó al delegado de Bienestar en Guerrero, Iván Hernández Díaz, a anunciar que la jornada se extendía un día más, el miércoles e incluso si era necesario, el jueves.

La kilométrica fila de personas rezagadas comenzó a las 8 de la noche del domingo, y para que los primeros 30 que estaban formados se les aplicará la primera dosis de AstraZeneca pasaron 15 horas.

Jorge Luis Flores Díaz, de 30 años y quien vive en Ciudad Renacimiento, llegó a las 8:30 de la noche del domingo a formarse, pero ya habían 30 personas en la puerta. Él salió a las 10:45 de la mañana de este lunes, luego de ser inoculado con la primera dosis de la fórmula de AstraZeneca.

El hombre compartió que no pudo vacunarse cuando fue convocado debido al exceso de trabajo que tuvo, sin embargo, durante todo este tiempo ha seguido al pie de la letra las indicaciones de prevención y no se contagió.

Durante las largas horas en que estuvo en la fila su familia que no estaba tan lejos del lugar le llevó alimentos. A su salida expresó que se sentía contento, porque luego de los 10 minutos de espera no tuvo ninguna reacción a la dosis, además ahora su temor es mejor, porque tiene miedo de que la enfermedad lo lleve al hospital.

–¿Qué recomendaciones te hicieron?

–No consumir alcohol, ni fumar durante 15 días, y no comer irritantes.

–¿Nada de fiestas?, ¿aguantarás?

–Sí -respondió, escondiendo una sonrisa detrás de la mascarilla.

Desde temprano comenzó el descontento

A las 9 de la mañana, la desesperación permeó entre las personas. A esa hora los Servidores de la Nación habían agotado las 3 mil fichas y las vacunas no llegaban.

La falta de información entre la multitud que a esa hora ya se contaba por unas 5 mil personas formadas en las largas filas sin un final, provocó que poco a poco en el único acceso la gente se comenzara a aglomerar, causando que las filas que ya daban la vuelta al inmueble se rompieran y provocaran desorden.

A las 9:14 se dió el primer round. Jóvenes formados y los papás de otros adolescentes comenzaron a discutir respecto a cuál de las dos filas que estaban a unos 300 metros del único acceso era la buena. En ese lugar se había formado una de las dos filas paralelas, los jóvenes y los adultos discutieron para defender sus espacios, de uno y de otro lado argumentaron que habían llegado desde las 3 y 5 de la madrugada. Al final cada quien se formó en la fila donde estaban. La otra fila paralela estaba del otro lado del centro.

A las 9:30 en el único acceso las personas discapacitadas que estaban en sillas de rueda, muchos de ellos adultos mayores, algunos jóvenes con comorbilidad y adultos mayores entre gritos comenzaron a exigir que se les diera prioridad y acceso, porque desde el inicio de la pandemia fueron catalogados como personas prioritarias.

Para el coraje de todos, pese a los gritos, los “Servidores de la Nación” hicieron oídos sordos a los reclamos. Los pocos reporteros que estaban en el lugar eran abordados, y en ocasiones los adultos los jalaban para que pudieran expresar su molestia en las transmisiones en vivo que se realizaban por Facebook. Algunos de ellos llegaron a las 3 de la  madrugada y tenían las fichas con los números del 500 en adelante.

“Ya tiene rato cabrón”, lanzó molesto el señor Marcelino Hernández quien llevó a su hijo con síndrome de down a vacunarse. Reclamó la falta de atención.

En sus manos traía la ficha 555. Llegó a las 7 de la mañana a la puerta de acceso pero dice que  salió desde la madrugada de su casa en la comunidad de Ejido Nuevo.

“Quién es el que manda aquí. Yo pienso que si yo fuera policía aquí estuviera”, reiteró molesto ante la falta de la presencia de las fuerzas de seguridad, que no se les veía por ningún lado, al igual que los agentes viales y el caos que había de autos en doble fila.

Luego de casi media hora de reclamos y las primeras mentadas de madre, comenzaron a entrar las personas mayores, los discapacitados y con comorbilidad, pero para poder llegar a  la entrada, pasaron entre los empujones y los jalones que ya había a esa hora.

A las 10 de las cuando el sol comenzó a calentar, no solo las cabezas de las personas formadas, sino también el ánimo. Llegó un camión de con unos 20 elementos de la Guardia Nacional. En un principio se pensó que apoyarían para controlar el desorden que ya se había formado, pero no, entraron a vacunarse.

Siguieron llegando otras patrullas con más elementos, y también entre la multitud algunos militares y marinos vestidos de civil lograron entrar, y a quien se les identificó por el corte de cabello y algunos traía su perrera, en el argot militar es la cadena y la placa de identificación que cuelga de sus cuellos.

Una vez que los asistentes se percataron que los militares y marinos habían ingresado comenzaron a reclamar, sobre todo las mujeres, para que estos se formarán en la kilométrica fila.

En seguida otra patrulla de la Marina llegó, en este llevaban los biológicos que se aplicarían en la jornada. Después llegaron unas seis patrullas de policías del estado y el municipio, pero ni así se pudo contener a la multitud.

Mientras unos peleaban por lograr entrar y preservar su lugar en la fila, otros abarrotaron los puestos de tacos de barbacoa, de canasta, fondas y hasta el mercado, ubicado a unos metros del lugar para poder desayunar.

Los vendedores de aguas frescas no se dieron abasto. Antes del mediodía ya no había uno solo en los alrededores. Algunos ya no alcanzaron a desayunar y optaron por comprar frituras, otros más se lanzaron por los refrescos, aguas embotelladas, y hasta los sueros de una farmacia ubicada frente al acceso a la unidad deportiva se agotaron.

A las 12:30 del día no había un solo puesto con algo de comer, todos habían terminado lo que habían preparado para la jornada de vacunación. Incluso las papelerías y los centros de renta de computadoras fueron beneficiados por los asistentes que esperaban hasta media hora para poder obtener una copia de su comprobante de domicilio o incluso sacar de la plataforma su hoja de registro para vacunarse.

Hasta esas filas llegaron  los gritos, los empujones y el reclamo de todos y por todos lados por preservar el lugar y que nadie se metiera, no importa si la persona formada era la mamá y llevaba los documentos de sus dos hijos, se les permitía sacar la copia de uno, y se tenían que formar de nuevo.

A las 11 de la mañana los Marinos tomaron por primera vez el control del acceso. A esa hora los “Servidores de la Nación” fueron rebasados en su capacidad de atención y la gente no dejó de reclamar.

Hubo alrededor de dos horas que entre empujones los que alcanzaron ficha comenzaron a entrar, pero a la 1 de la tarde la puerta de acceso fue cerrado por los Marinos, ante los reclamos de las personas que los comenzaron a empujar, estos cedieron y se agruparon en el interior de la unidad deportiva y dejaron a su suerte a los “Servidores de la Nación”.

Los trabajadores federales trataron de calmar los ánimos de las personas que ni con las sombrillas lograban escapar de los rayos del sol, pero el enojo y la confusión a esa hora del día era tal, que no cabía un alfiler en la aglomeración en la puerta.

A la 1:30 de la tarde la puerta se volvió a abrir, y comenzaron a permitir al acceso a los adultos mayores y las personas embarazadas que estaban en la parte de afuera de la puerta. Todos ellos entre apachurrones entraron.

A las 2 de la tarde la señora Ofelia Mercado logró entrar. Vive en el Barrio de la Guinea. Apenas podía respirar. Al entrar rompió en llanto. Fue por su segunda dosis de AstraZeneca.

La mujer de 57 años había sido aplastada en la puerta. “Ya no sé para donde voy, es la segunda dosis que voy a recibir, oye pero me lastimaron muy feo”. La mujer se retiró de la puerta al área de espera, y antes de seguir su camino dijo que ella enfermó de Covid-19 y por esa razón no se pudo vacunar cuando le correspondía.

A las 2:15. Afuera la policía municipal informaba a algunas personas que se salieron de la formación, y llegaron a la puerta, que ya no había vacunas. Nadie les daba información, y todo era confuso.

Minutos después los Marinos volvieron a tomar el control de la puerta por segunda vez, ahora lanzando la advertencia a los interesados, “a la hora que deseen organizarse abrimos”. En reiteradas ocasiones un mando les pidió a la agente aglomerada que formaran cinco filas así como una de adultos mayores, y otra de embarazadas.

Pero los que ya tenían una ficha reclamaron que muchos de los amontonados llegaron después de ellos, y así transcurrió la tarde. Hasta las 6, grupos de 10 personas entraban a la vacunación, algunos con fichas y otros con suerte y que a pesar de haber llegado en el transcurso del día, no se movieron de la puerta y entraron.

El delegado federal Hernández Díaz había citado a los reporteros a las 12 del día, pero llegó rayando las 3:30 de la tarde, cuando los ánimos afuera, estaban mas que caliente.

Desde su cuenta personal de Facebook anunció que la aplicación de la vacuna se ampliará al miércoles y de ser necesario al jueves, pero que no se habilitaría otro centro de vacunación.

En declaraciones el delegado federal responsabilizó a la gente que se aglomeró del desorden, y dijo que en ese mismo espacio durante las convocatorias anteriores se habían vacunado a más de 8 mil personas en un solo día y que no hubo conflictos.

Dijo que muchas personas llegaron por el temor de quedarse sin vacunar, incluso los que no les correspondía la vacuna ayer, pero había vacunas suficientes y otras convocatorias.

Texto: Jacob Morales Antonio / Foto: Jesús Trigo