29 julio,2022 5:17 am

Agustina Bazterrica: ¿Qué pasaría si…?

USAR esta

Adán Ramírez Serret

 

La relación -tensa, confusa- entre ficción y realidad es uno de los puntos clave de la literatura. Es tensa porque la una siempre está relacionada con la otra. Hay cosas que nunca sucedieron en una novela, pero son completamente verosímiles. O que suceden en la realidad que es imposible que hayan sucedido, pero que ahí están. Ya se sabe: la realidad siempre supera a la ficción y viceversa.

Incluso, la escritora uruguaya Fernanda Trías mencionó en una charla, haciendo una especie de poética, que la tensión del cuento consiste en ¿Qué va a pasar?, la de la nouvelle o novela breve, ¿Cómo es posible que esto haya pasado? Y la de la novela, ¿Qué pasaría si…? En el cuento nos cautiva la potencia inventiva de la ficción, en la nouvelle nos perturba y en la novela nos estremecen las posibilidades en donde la ficción nos ayuda a vislumbrar el futuro y sus posibilidades.

Es en este, ¿qué pasaría si…?, en donde se mueven la mayor parte de la de la ciencia ficción, las novelas apocalípticas y distópicas. ¿Qué sucedería si hay un Gran Hermano que lo ve todo? O si nos invaden los extraterrestres, si los Nazis hubieran ganado la guerra y un sinfín de hipótesis más.

Es precisamente en un qué sucedería si…ben donde se mueve la exitosa y polémica novela Cadáver exquisito de Agustina Bazterrica (Buenos Aires, 1974). Se plantea, nada más y nada menos, si un buen día aparece un virus letal que ataca a los animales y deja a la humanidad sin la posibilidad de proveerse de carne, ¿Qué haríamos? ¿seríamos todos vegetarianos de un día para el otro o buscaríamos la posibilidad de comer carne?

Cadáver exquisito se sitúa años después de este virus letal. El capitalismo, la humanidad, resuelven que es esencial para el ser humano comer carne, así que transgreden uno de los dos códigos que nos hacen humanos según los antropólogos. El primero, no cometer incesto. Y el segundo, no comer humanos. Así que, en la novela, el mundo, casi de un día al otro, decide practicar la antropofagia.

Todo sucede de manera verosímil. Se toman medidas “sensatas” como diferenciar a unos humanos de otros. Los que comen y los que son comidos. Estos segundos son criados de manera muy similar a como se hace con el ganado de reses. Se dicen palabras técnicas para matar, desangrar, cortar…, arrancar a niños de sus madres y, sobre todo, olvidar que son seres vivos y más aún, humanos. Así que les cortan las cuerdas vocales y los tratan de la manera más animal que pueden. Sin que tengan nombre, por supuesto, ni pasado, ni vínculos, ni nada. Pues serán comidos y su carne hará felices a muchas personas.

La novela es sabia, pues entre tanta inhumanidad aparece un personaje muy humano, Marcos. Oscuro, solitario, encargado de uno de los abastecimientos de carne más grandes. Es un hombre nostálgico, añora a su esposa y a su hijo. Observamos este mundo apocalíptico desde sus ojos. No es un héroe, ni un pensador, es tan sólo un rezagado que odia el mundo no porque sea cruel y vaya en contra de sus ideales, si no porque se siente solo.

Así que su mundo comienza a cambiar cuando le regalan una joven de carne muy fina. Certificada y de gran valor en el mercado. Marcos no es especialmente carnívoro ni se siente con mucho apetito en ese mundo en donde diario ve morir a seres humanos. Por lo que mantiene en el jardín a la mujer que le dieron. Está acostumbrado a la diferencia entre quienes comen y quienes son comidos. Pero la presencia de esta mujer transforma su mundo, y ahora es él, Marcos, quien se dice, ¿qué pasaría si me enamoro de ella?

 

Agustina Bazterrica, Cadáver exquisito, Ciudad de México, Alfaguara, 2022. 249 páginas.