2 octubre,2022 8:34 am

“Asfixian” a Gas de 4T los cilindros chatarra

 

Ciudad de México, 2 de octubre de 2022. Tras un año de operaciones, el programa Gas Bienestar del Gobierno federal ha recibido 648 mil tanques y sólo ha rehabilitado el 8.5 por ciento de los cilindros recibidos de vecinos de Iztapalapa.

El 91.5 por ciento restante ni siquiera ha sido revisado para determinar si se puede arreglar o se deben chatarrizar y permanecen acumulados en un “cementerio” ubicado en terrenos de Pemex en Tula, Hidalgo, después de sacarlos de la CDMX por quejas de olor a gas de los vecinos de la Alcaldía Miguel Hidalgo.

Debido a ello, el ambicioso programa presentado por el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, de extenderlo a ochos estados no avanza, y hasta ahora concentra sus operaciones sólo en 7 de 16 Alcaldías de la Ciudad de México.

Además, sus operadores trabajan en condiciones precarias y sin la protección de la Guardia Nacional con la que arrancó el proyecto, tras amenazas de agresiones de otros distribudores.

Entrevistados por REFORMA, trabajadores de Gas Bienestar dijeron que laboran con incertidumbre sobre la extensión de sus contratos y aún esperan el cumplimiento de promesas como las comisiones por ventas, uniformes, alza de salarios y seguridad en sus rutas.

En agosto de 2021, cuando inició el reparto, el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, dijo durante una conferencia mañanera en Palacio Nacional que si bien Iztapalapa era el objetivo inicial, cubrirían las 16 Alcaldías de la Ciudad de México y luego los ocho estados que recorre el gasoducto de Chiapas a Jalisco.

“No se ha podido”, dijo un empleado en la planta de Gas Bienestar en la calle de Añil, “nadie nos informa nada de cómo va la empresa, bueno, con decirle que no conocemos ni a nuestro jefe”.

A esa sede llegan los cilindros de gas procedentes de Tula, Hidalgo, para ser repartidos en la ciudad.

“Por ahora está suspendido recibir nuevos tanques (para rehabilitarlos o chatarrizarlos y cambiarlos por nuevos) hasta nuevo aviso”, reveló otro trabajador en la planta de Añil.

“Los chalanes ganan muy poco, mil 170 pesos a la semana; nosotros como operadores ganamos 2 mil 200 pesos a la semana”, advirtió otro empleado.

“Nos metemos a barrios muy peligrosos y si me roban un tanque o dinero yo tengo que pagarlo, o en caso de un accidente, una explosión, yo soy el responsable”, se quejó.

Lamentó que los trabajadores tampoco tengan un seguro de vida.

“Si explota el tanque ahí quedas, trabajamos con el Jesús en la boca”, lamentó.

Otro trabajador sospecha un esquema de outsourcing en Gas Bienestar.

Texto, fotos y gráfico: Agencia Reforma