16 febrero,2024 4:01 am

Avala López Obrador la mediación de obispos ante el crimen organizado

 

“Todos debemos contribuir a la paz”, dice el presidente en Acapulco y defiende su estrategia de aumentar la presencia de la GN, la Marina y el Ejército. Los Tlacos y Los Ardillos pactaron una tregua en Chilpancingo, dice el obispo Rangel. Revela que estuvo a punto de haber “un encontrón” el miércoles por la disputa de rutas y los permisos para taxis. Vivió la capital diez días de temor, de caminar kilómetros, de pérdidas en los negocios

 

 

Acapulco y Chilpancingo, Guerrero, 16 de febrero de 2024. El presidente Andrés Manuel López Obrador avaló las negociaciones de los obispos de Guerrero con grupos criminales para encontrar una tregua a la violencia en el estado; dijo que está “muy bien”, pero acotó que no se deben tener acuerdos que permitan la impunidad.

Durante la conferencia matutina de este jueves dentro de la Base Naval de Acapulco, el mandatario federal planteó combatir la extorsión que viven los transportistas de Chilpancingo y Taxco modificando la Constitución mexicana para que sea un “delito grave”.

El Sur tuvo como nota principal este jueves la revelación del obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, de que él, los otros dos obispos y el arzobispo de Guerrero se reunieron a fines de diciembre con los líderes de los grupos criminales para buscar una tregua.

 

La existencia de autodefensas ya no se justifica

Ayer, una reportera le pidió al presidente de México su postura sobre estas negociaciones y López Obrador contestó que “los sacerdotes, pastores, integrantes de todas las iglesias participan, ayudan, en la pacificación del país. Lo veo muy bien, creo que todos tenemos que contribuir a conseguir la paz. Desde luego, la responsabilidad de garantizar la paz y la tranquilidad es del Estado, eso debe de quedar muy claro”.

Dijo que antes el Estado “se desatendía” de este problema, aseguró que las autodefensas contaban “con el apoyo del gobierno”, aunque no fuera de manera formal y destacó que estos grupos iniciaron en Guerrero “antes que en otras partes y tenían un propósito comunitario”.

Después las autodefensas se extendieron en varios estados e “inclusive en la Constitución de Tamaulipas desde hace muchos años está establecido el derecho que tienen los pueblos a organizarse y a tener sus autodefensas, sus cuerpos de autodefensas”.

Reiteró que “la responsabilidad es del Estado mexicano y lo que se tiene que buscar es garantizar la paz, la tranquilidad, con los elementos de las Fuerzas Armadas, ahora que se tiene a la Guardia Nacional, con la policía estatal, con las policías municipales”.

Dijo que “nunca” en Guerrero había tenido tantos elementos de las fuerzas de seguridad de la federación y aseguró que “en su mejor momento” la Policía Federal contó en todo el país con 40 mil elementos, 20 mil administrativos y 20 mil operativos, mientras que la Guardia Nacional suma 135 mil elementos. Destacó la construcción de 21 cuarteles en Acapulco y Coyuca de Benítez para que 10 mil estén presentes en el primer municipio.

El presidente precisó que en Guerrero hay 2 mil 405 elementos de la Secretaría de Marina (Semar), de los cuales mil 924 son operativos; del Ejército son 7 mil 544 elementos, 6 mil 840 son operativos; de la Guardia Nacional son 15 mil 707, 14 mil 136 operativos, y 6 mil 946 operativos de la seguridad pública de Guerrero.

O sea, son 29 mil 846 elementos de seguridad en el estado, “esto antes no existía, entonces por eso había cierta justificación de que se crearan las autodefensas, pero ahora se tiene protección por parte del Estado. Y quienes ayudan para la pacificación están haciendo una buena labor, quienes trabajan para que se combata el flagelo de la violencia, la verdad, es que toda la gente ayuda, todo el pueblo ayuda”, expuso.

Aseguró que otro factor que ayuda a enfrentar la violencia en México son “las costumbres, las tradiciones, las culturas de nuestros pueblos, imagínense si no fuese en México una costumbre el que la familia esté unida”.

Aseguró que las costumbres en México prevén el consumo de drogas en jóvenes, a diferencia de Estados Unidos, donde el fentanilo provoca la muerte de 100 mil jóvenes al año. “¿Dónde tenemos más problemas de violencia? Donde hay más consumo, donde hay más narcomenudeo, ahí se pelean las bandas por la venta de la droga y ahí es donde tenemos más homicidios”, adjudicó.

La misma reportera le preguntó si respalda las negociaciones con el crimen y el presidente respondió: “sí, todos, los que pueden ayudar. Lo hace la Iglesia, me consta, en Michoacán y lo hacen en otras partes”.

La reportera insistió: “¿El gobierno respaldaría, apoyaría de alguna manera para que sigan estas conversaciones?” Y el mandatario federal contestó: “Sí, nosotros lo vemos bien, lo vemos muy bien. Nada más que nada de acuerdos que signifiquen conceder impunidad, privilegios, licencias para robar”.

Después, López Obrador argumentó en contra de la ostentosidad de los bienes que presumen integrantes del crimen organizado, y las series de televisión que hacen “apología” de ello; ante este panorama, aseguró que su gobierno ayuda a los jóvenes para que tengan trabajo y estudios con el programa Jóvenes Construyendo el Futuro y becas, estas últimas han logrado la reducción de la deserción escolar a nivel preparatoria de 14 a 8 por ciento.

A diferencia de la “mano dura” de otros gobiernos, el presidente de México enfatizó que hay que atender las causas de la violencia, “la paz es fruto de la justicia, aunque no les guste a los conservadores, porque son muy autoritarios, fachos, todo lo quieren resolver con la fuerza”.

 

Iniciativa para considerar la extorsión como delito grave

La misma reportera le preguntó qué se va hacer con el problema de la extorsión a transportistas en Chilpancingo y Taxco. El mandatario federal contestó: “en el caso de la extorsión es un problema que estamos enfrentando, por eso una de mis iniciativas de reforma a la Constitución es castigar con más severidad a los extorsionadores, a los que se dedican a extorsionar a comerciantes, a transportistas”.

Planteó que la extorsión debe ser considerada “delito grave y estamos pidiendo que se reforme la Constitución con ese propósito, igual que el castigo a los delincuentes de cuello blanco que se dedican a elaborar facturas falsas, los famosos factureros”.

Dijo que a los transportistas se les garantiza la seguridad en las carreteras con la presencia de la Guardia Nacional y puso de ejemplo el tramo de Iguala a Chilpancingo, donde señaló que había asaltos y robos, pero se reforzó a la Guardia Nacional “y bajaron los robos, y despojos de vehículos en ese tramo”.

Señaló que líderes de organizaciones de transportistas “que son militantes de partidos conservadores y como vienen las elecciones aprovechan el viaje”, entonces es un tema que se politizó, pero planteó que haya diálogo.

 

Ayotzinapa, expediente abierto

El mandatario federal reiteró sus señalamientos a las organizaciones que acompañan a los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos porque según él, “ellos no han ayudado para encontrar a los jóvenes, que, al contrario, han enredado, han enmarañado más el problema”.

Acusó de nuevo al senador Emilio Álvarez Icaza, entonces secretario técnico de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de reunirse con el ex presidente Enrique Peña Nieto y Mario Patrón, el director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez para firmar un acuerdo.

López Obrador señaló otra vez que estas organizaciones promovieron la libertad de detenidos porque fueron torturados, pero dijo tener pruebas de que salieron de la cárcel personas que participaron en la desaparición de los 43 y luego se convirtieron en testigos protegidos, “imagínense, por un lado, defendiendo a los supuestos responsables y al mismo tiempo defendiendo a los padres de los muchachos”.

Recordó que aceptó la revisión de los archivos del Ejército, pero los acusó de no querer avanzar porque “ya es un asunto político, es decir, ‘no cumplió, protegió al Ejército, es igual’. Ya los conozco. Los que son iguales son ellos, a los que se fueron, a los corruptos, simuladores. Nosotros tenemos principios, tenemos ideales”.

Indicó que va a seguir reuniéndose con los padres porque su compromiso es encontrar a los jóvenes, pero “desde ahora sostengo que ese es un expediente abierto, nunca se va a cerrar, nosotros no lo vamos a cerrar. Y tenemos que llegar a conocer la verdad, y hay como dos, tres tareas que tengo así, que estoy dedicado a eso”, entre ellos el mejoramiento del sistema de salud pública.

 

 

Pactan Los Tlacos y Los Ardillos una tregua a la violencia en Chilpancingo: obispo Rangel

Los jefes de los grupos delictivos Los Ardillos y Los Tlacos pactaron una tregua a la violencia en Chilpancingo el miércoles, reveló ayer en entrevista por teléfono el obispo emérito, Salvador Rangel Mendoza.

“Ya hubo un arreglo entre ellos, yo sospecho que el mismo gobierno del estado ordenó a uno de estos grupos que se hiciera esta tregua, porque estuvieron muy suavecitos, alguien me dijo que fueron unos caballeros”, declaró.

Por su parte, el sacerdote Fliberto Velázquez, director del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello, dijo anoche que él fue mediador para buscar la tregua, que Los Tlacos lo localizaron y le pidieron que pusiera a su líder en contacto con los de Los Ardillos, y así lo hizo vía telefónica. En entrevista con Milenio TV, el párroco precisó que el acuerdo es que cada bando va a respetar los negocios que el otro tiene el Chilpancingo, y aseguró que en la búsqueda de la tregua no hubo intervención del gobierno.

Según el obispo emérito, “estaba a punto de haber un conflicto mayor en Chilpancingo, ya venían los grupos de un lado y del otro, vamos a decirlo abiertamente, Los Tlacos y Los Ardillos, pero afortunadamente se llegó a esta tregua y se retiraron Los Tlacos y también Los Ardillos”.

De acuerdo a Salvador Rangel, lo que generó la violencia la semana pasada y al inicio de ésta en la capital, fue la disputa por las rutas del servicio del transporte de las Urvan y la repartición de los permisos para taxis que controlan uno y otro grupo.

“Eso era la manzana de la discordia”, pero contó que se resolvió lo de las rutas y el gobierno estatal repartirá 115 permisos, “y ahorita lo que viene es ver cómo se van a repartir esos nuevos permisos, pero es lo que están haciendo ahorita.

De acuerdo a Rangel Mendoza el gobierno entrega permisos del servicio de transporte en unos 50 mil pesos a los “capos” y éstos los venden en 400 o 500 mil pesos.

“Entonces básicamente el conflicto era ese, las rutas del transporte de las Urvan y los permisos que se van a dar”.

El obispo declaró que con estos acuerdos por lo menos a partir del miércoles pasado “ya se calmó un poco la cosa, porque el encontrón iba a ser desde el miércoles, y ya estando los dos grupos cerca llegaron a ese acuerdo”.

Dijo que se sabe que gente de uno y otro grupo estaban casi a las entradas de Chilpancingo en espera, por si no se llegaba a un acuerdo.

“Ahora, mi mensaje para la población es que estén tranquilos, que ya hubo un acuerdo, que hay una tregua afortunadamente, porque iba a haber una guerra civil en Chilpancingo pero se evitó, gracias a Dios, yo le llamaría (al acuerdo) La tregua del Miércoles de Ceniza”.

El obispo dijo que su deseo es que, ahora, la gente “esté en paz, esté tranquila, que recuperen su vida ordinaria las escuelas, el comercio y las familias, porque lo del transporte creo que ya se zanjó, ya se arregló”.

Salvador Rangel detalló que le contaron que en la reunión Los Tlacos “se portaron muy amables, que fueron unos caballeros, posiblemente para evitar un derramamiento de sangre en ese enfrentamiento que iban a haber”.

Insistió: “Posiblemente recibieron alguna orden del gobierno para arreglar este asunto”.

En medio de la violencia que se desató la semana pasada y las pláticas con los grupos para resolverla, el obispo dijo que se le hace “raro” la renuncia de la titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Sandra Luz Valdovinos Salmerón y la del delegado de transportes en la zona Centro, José Erasto Cano Figueroa Duran, puesto que dijo que sabe que participaron en las pláticas previo a la tregua.

 

La reunión con los obispos

De acuerdo al obispo emérito Rangel Mendoza, la reunión entre los obispos de las diócesis de Guerrero con los líderes del crimen organizado de Tierra Caliente y de la Sierra a la que se refirió el obispo José de Jesús González Hernández y en la que se buscaba llegar a una tregua a la violencia, se realizó apenas hace tres semanas y no en diciembre, como informaron otras fuentes a El Sur.

Aclaró que él no estuvo en la reunión pero que supo que no hubo acuerdos porque uno de los “capos” pidió que le cedieran San Miguel Totolapan y el otro no aceptó.

El prelado no dio los nombres de los grupos, pero fuentes consultadas por El Sur, refirieron que Los Tlacos pidieron ampliarse a ese municipio y la Familia Michoacana se negó “porque es su paso obligado”.

“Como dijo monseñor José de Jesús, no se logró llegar a ningún acuerdo, ya que uno de esos grupos se obstina y sigue peleando y queriendo lo suyo y no cedió para nada”, indicó Rangel Mendoza.

Sin embargo, consideró que ese fue un intento valioso de parte de los obispos, “al acercarse a los narcotraficantes creo que es muy importante llegar a las cabezas porque si se está dialogando con gente menor no se llega a nada, los jefes son los que deciden”.

Dijo lo de siempre: que el diálogo “es un instrumento de oro que tenemos, siempre se ha utilizado y dentro de la Iglesia también, cuando ha habido estas pacificaciones. Creo que es una cosa buena y positiva. Si no se llegó a ningún acuerdo hoy, yo creo que sí se va a llegar algún día de estos. Yo, hace tiempo que lo estoy haciendo y lo sigo haciendo”.

Denunció que derivado de ello sabe que está amenazado de muerte. “Estoy amenazado y sentenciado, yo no sé si por el gobierno o por estos capos”.

Pero dijo que va a seguir trabajando por la paz de Guerrero y en cuanto sea posible y le den oportunidad “esos señores” voy a seguir dialogando con ellos.

Alertó que Guerrero está ahorita “ardiendo” y mencionó que lo que ocurrido en Acapulco con el paro del transporte, igual en Taxco, en Zihuatanejo, en Petatlán y recientemente en Chilpancingo, “es algo terrible, los niños no van a la escuela, los empleados no van a sus trabajos, las familias se quedan encerradas en sus casas”.

Mientras tanto reprochó que “el gobierno o no tiene voluntad de apagar esos fuegos, le tienen miedo al crimen organizado, o hay ciertos arreglos con ellos. Lo cierto es que el gobierno ha sido ineficaz para arreglar esos asuntos”.

Salvador Rangel criticó la declaración del presidente de la República Andrés Manuel López Obrador durante su conferencia matutina en Acapulco, cuando dijo que todo lo que se haga a favor de la paz es bueno y positivo; “es una desgracia lo que dijo el presidente, sobre el diálogo que tuvieron los cuatro obispos con los narcos, porque yo creo que sí todo lo que se haga en favor de la paz es bueno y positivo, pero debe haber responsabilidad de las instituciones para garantizar la paz y la concordia, que no le saquen, pues”.

El obispo emérito también lamentó las declaraciones de la presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez quien el lunes dijo que los chilpancingueños ya nos estamos acostumbrando a la violencia.

“Eso no lo podemos aceptar, el hombre está para vivir en paz, estar tranquilo, pero no para convivir con la violencia, la violencia le toca solucionarla y atacarla al Estado y yo les digo que no se hagan para atrás ni volteen para otro lado”, agregó.

 

 

Diez días de temor, de caminar kilómetros, de pérdidas en los negocios vivió Chilpancingo

Dos niños juegan entre los puestos de comida del mercado central de Chilpancingo, deberían estar en la escuela primaria pero debido a la violencia no hay clases desde la semana pasada, el lugar comúnmente repleto se ve con pocos comensales, doña Marta quien vende pozole, dice que no se recupera la afluencia y que mientras los transportistas están aterrorizados, los comerciantes de esta central de abasto están desesperados ante las pocas ventas, “estamos bien jodidos”.

Como lo dijo, los choferes están temerosos, ya salieron a trabajar, para algunos ayer fue su primer día después de los ataques del 5 de febrero que dejaron cuatro trabajadores asesinados a balazos, uno de ellos calcinado. Herméticos, en las bases de las camionetas Urvan, que los usuarios llaman Combis, de las rutas de Rectoría, Figueroa Mata e Independencia, se negaron a hablar, temen al crimen organizado, a quienes se les preguntó contestaron con monosílabos y se retiraron del lugar. Sólo uno dijo que se acabó el poco dinero que tenía ahorrado, se endeudó y ahora no le queda más que salir a las calles a ganarse el sustento.

Pero también tienen miedo albañiles, amas de casa, trabajadores de tiendas de autoservicio, todos aquellos que por sus labores cotidianas tienen que andar en la calle después de las 7 de la noche a pie, cuando se termina el servicio de transporte, para llegar a sus hogares después del trajín diario.

Así lo relató Miguel, un albañil que termina sus labores a las 8 de la noche y tiene que irse caminando a su casa, a 5 kilómetros y medio de su lugar de trabajo, distancia que recorre en una hora y 30 minutos, después de la pesada labor de albañilería.

En el camino, contó, constantemente ve pasar patrullas de la Guardia Nacional, el Ejército y de la Policía del Estado, el problema es cuando se aleja de las zonas concurridas, las avenidas y el centro, ya no hay fuerzas de seguridad que vigilen, y aunque estén, menciona, siguen ocurriendo los homicidios, como el de la colonia Javier Mina del lunes pasado.

A los ataques a balazos y autos incendiados se suman decenas de mensajes vía WatsApp y difundidos en Internet, en los que se amenaza con asesinar a quien se vea en la calle, se decreta un toque de queda, se acusa a los transportistas de pertenecer a uno y a otro grupo criminal, es decir, hay toda una campaña de terror dirigida a la población. La mayoría de los mensajes han resultado mentira.

Pero también mienten las autoridades, por ejemplo, el gobierno del estado reporta 90 por ciento de reactivación del transporte y se ven en las paradas de Urvan 20, 30, 40 personas esperando su ruta y no llega ni un vehículo. O manda boletines en los que dice que hay paz y seguridad mientras asesinan a un hombre o a varios en Chilapa, Taxco, Iguala.

 

En el mercado central

Ayer había un extraño vacío en el mercado central, normalmente uno anda sus pasillos chocando contra marchantes y compradores, pero ayer se podía andar de manera holgada.

En la entrada había agentes de la Policía del Estado y de la Guardia Nacional que vigilaban la parada del transporte público.

El estacionamiento, siempre un caos de autos y ciudadanos, parecía una abandonada avenida para andar sin problema, igual las áreas de juguetes, ropa y zapatos.

Se vio un poco de gente, sin llenar los negocios, en las naves de carnes, granos y comida.

En una breve charla, un vendedor de carne de res lamentó la situación de violencia, dijo que no hay ventas desde la semana pasada.

Se le preguntó cómo ha logrado mantener a su familia y respondió que con lo poco que se vende, que el producto no sale, así que no ha comprado más.

Dijo que no le queda más que echarle ganas para superar esta crisis, que no es la primera que sufren los comerciantes.

Mientras que en el área de fondas, se le preguntó a doña Marta por qué estaba cuidando a un par de niños de primaria, cuando no lo hace normalmente.

Respondió que este viernes cumplen dos semanas sin clases, que les dijeron que este jueves se suspendieron las labores por el Día de la Mujer Mexicana, pero “todos saben que es por la violencia”.

En cuanto a cómo le ha ido con la falta de transporte, dijo que muy mal, cayeron las ventas y lo poco que sacó se lo tuvo que dar a taxistas porque incrementaron sus precios, de 60 pesos que le cobraban para llevarla y traerla con enseres y alimentos, le aumentaron a 90.

Afirmó que los choferes, “están aterrorizados”, pero no los comerciantes, “aquí no hay temor, estamos encabronados porque el gobierno no quiere poner orden”.

 

 

Cayó 90% la ocupación hotelera

Esta reciente crisis provocada por la violencia convirtió a la capital del estado en un lugar al que le rehúyen los visitantes, la vocera de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles de Chilpancingo, Yamilet Payán Sánchez, reportó una caída del 90 por ciento en la ocupación hotelera.

“La gente ya no quiso venirse a hospedar a Chilpancingo, cayeron las ventas en un 90 por ciento, y el sector restaurantero va en las mismas cifras”, expuso.

Explicó que el pánico permeó en toda la ciudad, incluso los lugares que usualmente tienen la mayor aglomeración, como el mercado central, estuvieron vacíos.

Advirtió que la violencia se está viendo como algo normal, “como que la gente se va acostumbrando, eso es malo para la sociedad. Podías ver en las principales calles gente caminando en la noche, en el bulevar, con temor y todo pero tenían que salir a trabajar, porque mucha gente vive al día”.

Afirmó que hubo poca gente en hoteles y restaurantes incluso este miércoles 14 de febrero, Día de San Valentín, del Amor y la Amistad, “las mesas se quedaron vacías y muchos restauranteros invierten en show, alimentos, bebidas, todo, entonces quedan en números rojos, igual estamos los hoteles, y no sé cómo rayos se pueda recuperar esta situación”.

Advirtió que el sector empresarial en estos momentos está muy afectado, “y es el que apuntala a la capital del estado con un 70 por ciento de la actividad económica y el otro 30 por ciento es la actividad gubernamental”.

Demandó a los gobiernos del estado y al federal, “que se arreglen las cosas, yo no sé de qué manera, para que pueda haber circulación de dinero en la capital del estado”.

“Con otros gobiernos esto no era así, este gobierno como que no ve, como que no oye, como que no siente, es insensible ante los problemas de la sociedad, no es empático, no sólo con los hoteleros, sino con toda la sociedad”, señaló.

Informó que la semana pasada integrantes del sector hotelero se reunieron con el nuevo general de la 35 Zona Militar, Jorge Pedro Nieto Sánchez, a quien le dieron cuenta de la situación de violencia en Chilpancingo, y les dijo que no es labor del Ejército perseguir delincuentes, que esa es tarea de la Guardia Nacional y de la Policía del Estado, “de qué sirve que haya bastante Guardia Nacional si siguen los delitos, y son delitos que impactan en la sociedad, discúlpame la expresión pero se parecen a la señorita Flor de Noche Buena cuando la pasean en el carro alegórico”.

Clamó, “me gustaría mucho que se dieran resultados, no sé de qué forma vayan las autoridades a reactivar o a controla la situación, la verdad es que estamos pidiendo auxilio, porque no sé cuánto tiempo vayamos nosotros a poder mantener nuestras empresas, estamos en números súper rojos”.

“Hay hoteles que han cerrado hoteles y esto se puede venir en cascada, el problema empezó hace unos tres años, desde entonces han cerrado 10 hoteles”.

 

 

La violencia cambió la vida cotidiana en la capital del estado y ayer volvió la normalidad

Comer pozole los jueves en Chilpancingo es toda una tradición, los restaurantes se llenan y los comensales disfrutan de ese platillo prehispánico, muchas veces con un buen trago de mezcal. Pero por la violencia de esta semana y la anterior casi no se vivió la tradición.

Normalmente, en las pozolerías tradicionales de la capital, que se encuentran en los barrios de San Mateo, San Francisco, Santa Cruz y San Antonio, encontrar una mesa es difícil, los propietarios hacen reservaciones y la gente hace filas para comer.

La violencia de los grupos delincuenciales de Los Tlacos y Los Ardillos inhibió y cambió la vida cotidiana en Chilpancingo dos semanas, del 5 al 15 de febrero, cuando los transportes dejaron de circular, las escuelas cerraron, los comercios bajaron sus cortinas más temprano y las tiendas departamentales cambiaron sus horarios.

“Lo mismo pasó en las pozolerías, desde la semana pasada la gente ya no vino, nosotros cerramos el miércoles a las 9 de la noche, cuando lo hacemos a las 11, pero no había clientela y tampoco taxis”, platicó uno de los dueños de la pozolería popular El Balsas en la colonia Los Ángeles.

El Balsas, que normalmente es un restaurante donde acude mucha gente, se vio afectado por la falta de transporte y, sobre todo, por el miedo de la gente de salir algún lugar a comer ante la psicosis creada principalmente por los mensajes de las redes y del WhatsApp.

En la mayoría de los locales la gente acudió mejor a comprar pozole para llevarlo a su casa, que comerlo en los locales y apoyar a la economía.

Una de las meseras de otra pozolería del barrio de San Antonio, recordó los tiempos de la pandemia del “Covid, donde cuando abrieron los restaurantes para llevar comida se hacían largas colas para poder llevarse el pozole”.

“Ahora a mi patrona se le quedó mucho pozole y botana, el jueves de la semana pasado no había gente, pero nosotros pensamos que, porque no era quincena, pero hoy que es quince casi nadie vino, puro para llevar nos compran”, dijo la trabajadora, que también se vio afectada porque vive de las propinas que le dejan.

Regularmente en fechas de pagos, los trabajadores principalmente de la burocracia convergen en estos negocios como parte de una tradición, donde muchas veces son amenizados por grupos musicales, tríos norteños o rondallas que acompañan la tarde.

“La gente no regresa a trabajar, es como un día perdido los jueves en Chilpancingo y ya hasta los jefes lo saben, pero ahora nos ganó la violencia, no vinieron” explicó un cliente.

Ayer, el transporte en Chilpancingo volvió a transitar las calles desde muy temprano, pero también dejó de trabajar temprano porque “aun hay miedo en los trabajadores”.

Durante un recorrido en la noche por la capital, en varios puntos se vio a la gente esperando alguna Urvan para poder trasladarse a sus viviendas.

Uno de los transportistas dijo anónimamente que “sólo un 80 por ciento del transporte regresó, porque muchos siguen con miedo y tampoco ven mucha seguridad en las calles”.

Los comercios del centro siguieron cerrando más temprano; Galerías Plaza, sus tiendas, Liverpool y su restaurante bajaron las cortinas a las 7 de la noche.

A la misma hora dejaron de circular la mayoría de las Urvan y algunos taxis continuaron en las calles, pero solamente con viajes que no fueran a colonias cercanas a Petaquillas o Tixtla.

Las escuelas públicas en su mayoría siguieron cerradas y por los días de asueto regresan hasta el lunes.

Durante la noche, en una entrevista en el canal Latinus en Youtube, el obispo emérito Salvador Rangel Mendoza, reveló que en Chilpancingo los grupos de Los Tlacos y Los Ardillos lograron una tregua y garantizó que mientras no se rompa habrá paz en la capital.

Tal vez por eso, de un día para otro, todo regreso a la normalidad en las calles de Chilpancingo.

 

 

 

Texto: Ramón Gracida Gómez, Zacarías Cervantes, Rosendo Betancourt Radilla y Lenin Ocampo Torres / Foto: Carlos Carbajal

 

 

 

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