5 octubre,2018 8:22 am

Ayutla ahora sí es de los Libres

Margarita Warnholtz
La semana pasada tuve el honor de ser invitada al Segundo Congreso del Colegio de Ciencias Antropológicas del Estado de Guerrero. Lo que más me llamó la atención en el evento fue que, además de los antropólogos, arqueólogos y demás académicos guerrerenses y otros invitados, participaron en las mesas temáticas varios líderes indígenas y de movimientos sociales, a pesar de que no asistieron todos los convocados. Esto demuestra el interés y el compromiso de los colegas con los movimientos sociales del estado, y debería ser un ejemplo a seguir en este tipo de eventos, donde se habla de los movimientos y de los pueblos indígenas exclusivamente desde la academia, sin tomar nunca en cuenta a los actores de los procesos. Se pretende “analizarlos” desde las alturas académicas y se les ve como informantes, pero no como participantes. Mis felicitaciones al Colegio por eso, y por su excelente congreso.
Después tuve el privilegio de asistir desde el sábado 29 del presente por la tarde a los festejos y a la toma de posesión de las nuevas autoridades municipales de Ayutla de los Libres, elegidas por sistema normativo propio (usos y costumbres).
Desde la tarde del sábado la plaza comenzó a llenarse, acudieron mixtecos y tlapanecos desde sus lejanas comunidades, vecinos de la cabecera municipal, comisarios, todos los miembros de los nuevos concejos de gobierno  ̶ el Concejo de Gobierno Municipal y el Concejo de Seguridad y Justicia ̶   y la mayoría de los integrantes de la asamblea de representantes, la máxima autoridad.
El ambiente fue de fiesta, mientras iniciaba el acto protocolario, se presentaron grupos de música y danza de las distintas comunidades. Previamente se realizó una misa en la iglesia principal de Ayutla. Todo esto mientras los tres coordinadores municipales, Longino Julio Hernández, Patricia Guadalupe Ramírez Bazán e Isidro Remigio Cantú, junto con los concejales, discutían dentro del palacio del ayuntamiento (ahora llamado “casa de los pueblos”) con los funcionarios salientes, encabezados por la presidenta municipal, Hortencia  Aldaco Quintana, quienes se negaban a completar los trámites de entrega- recepción, particularmente todo lo relacionado con las finanzas del municipio.
En los primeros minutos del domingo 30 de septiembre, inició la ceremonia de toma de protesta de las nuevas autoridades municipales. No pudieron esperar hasta las 10 de la mañana, hora en la que estaba programado el acto solemne, pues, según dijeron, eso implicaba 10 horas de vacío de poder.
Primero, como debe ser y como se acostumbra, tanto en las comunidades indígenas como en las no indígenas, se hicieron los honores a la bandera. Por primera vez se escuchó el himno nacional en los tres idiomas del municipio: mixteco, tlapaneco y español. Después hablaron los invitados especiales y a continuación el diputado local Alfredo Sánchez Esquivel tomó protesta a los integrantes del nuevo gobierno.
Después vino la ceremonia de entrega de bastones de mando. Los tres coordinadores recibieron de los comisarios de las comunidades sendos bastones, con lo que depositaron en ellos simbólicamente su confianza, el mando y el compromiso para coordinar el municipio.
Al finalizar el acto se realizó la ceremonia de limpia del Palacio Municipal. Con copal, palabras en mixteco y rezos en español, como afirmó uno de los espectadores con una enorme sonrisa “ahora sí sacamos al chamuco del ayuntamiento”.  Mientras tanto, la presidenta municipal y su equipo continuaban en su oficina, visiblemente molestos y resistiéndose a entregar el poder al pueblo.
El mismo domingo pero a las 10 de la mañana, se llevó a cabo el acto solemne programado, similar al de la noche anterior, pero a éste se sumaron los invitados especiales, un representante del gobernador del estado, representantes del Instituto Nacional Electoral, otros funcionarios y, en representación del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador,  el futuro director del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, Adelfo Regino Montes.
Fue sin duda un hecho histórico, no solamente para el municipio, sino para el país, aunque los medios nacionales de comunicación prácticamente lo ignoraron. Después de más de tres años de lucha legal, de sufrir amenazas, intentos de saboteo del proceso y de trabajo organizativo en las comunidades, por fin, como dicen ellos, “Ayutla ahora sí es de los Libres”.
A ninguno de los dos actos asistió la presidenta municipal saliente, ni nadie del ayuntamiento, salvo la regidora Hilda Ruth Lorenzo Hernández, que asistió a la sesión solemne realizada por la mañana.  Tal vez para no arriesgarse a algún reclamo, pues no solamente no entregaron todo lo que tenían que entregar, sino que dejaron al municipio sin servicio de limpia, con problemas de abasto de agua y, como afirmó Longino Julio Hernández, coordinador por la zona mixteca, en bancarrota.  Pero eso no ha detenido al nuevo gobierno que desde los primeros días está trabajando, reuniéndose con distintos sectores para solucionar problemas y atendiendo todo lo necesario.
Les esperan tres años de mucho trabajo, pero en los que podrán hacer justicia a las comunidades indígenas abandonadas, esas a las que se les decía que no había recursos para arreglar sus escuelas, o pavimentar unos cuantos kilómetros de carretera, mientras se reportaban, por ejemplo, gastos de alrededor de 50 millones de pesos, para la remodelación de la plaza principal de la cabecera municipal.