Ciudad de México, 12 de noviembre de 2023. Al llegar a los 90 años, la religiosa de Monterrey Leonor Aída Concha se describe como una promotora social y, claro, feminista.
“He puesto mucho interés en el impulso, la liberación, la lucha de las mujeres”, cuenta la Hermana de cabellos blancos y gran energía.
Nacida el 12 de noviembre de 1933 en Chihuahua, se acercó a la religión católica cuando tenía 11 o 12 años, impulsada por la fe de su madre.
Así conoció y se unió a las Hermanas del Servicio Social, una congregación originaria de Monterrey, que se diferenciaba del resto al no enfocarse exclusivamente a la evangelización y la catequesis, sino en el servicio social, algo que, hasta entonces, las religiosas no hacían.
“La mujer no jugaba el papel que podía jugar políticamente, públicamente”, indica la Hermana, quien desde 2017 vive en la casa de la congregación, ubicada en la esquina de Arista y Espinosa, en el Centro de la Ciudad.
“Buscábamos impulsar esa organización específica de las mujeres en relación con el resto de la sociedad, no centrarnos exclusivamente en cuestiones religiosas.
La motivación e inspiración sí era cristiana, de fe, pero para actuar política y socialmente”.
Su paso por la congregación, fundada en 1945 por la madre Ymelda Tijerina, la inspiró a iniciar, en 1979, Mujeres para el Diálogo, organización, todavía activa, enfocada en impulsar la organización de las mujeres, lo que la religiosa considera que es clave para lograr cambios.
“Es una manera de actuar con más fuerza como mujeres”, dice.
“Individualmente, tu acción se limita mucho; en cambio, colectivamente, puedes hacer mucho más.”
También propició la reflexión y la formación de las mujeres, convencida de que todas deben descubrir su lugar en el mundo y cómo pueden actuar, individual y colectivamente, para lograr cambios en la sociedad.
Las reflexiones parten desde un análisis antropológico y de la Teología de la Liberación:
¿qué es lo que Dios demanda de las mujeres y qué pueden hacer ellas desde la fe?
“Ha hecho un trabajo muy loable”, expresa la Hermana Cecilia Bonilla sobre la religiosa Leonor, a quien conoce desde hace seis décadas.
“Siempre ha sido muy emprendedora y, sobre todo, tenía muy claro el objetivo: el trabajo con las mujeres y todo lo que eso implicaría”.
A lo largo de estas décadas de trabajo, la Hermana Leonor ha tenido la oportunidad de viajar a diferentes países, hacer vínculo con otras mujeres y organizaciones.
Sin falta, siempre ve las noticias y se sorprende al enterarse de que hay quienes prefieren no hacerlo; es, dice, como querer no ver la realidad.
“Creo que la mujer se ha colocado en distintos puestos de poder y en forma colectiva para seguir actuando”, reflexiona sobre el panorama actual. Sobre su cumpleaños 90, que celebra hoy, la religiosa dice sentirse plena.
“Me siento con salud, con capacidad de actuar”, comenta. “Me siento como una persona normal”.
Texto y foto: Agencia Reforma
