3 diciembre,2022 11:12 am

Celebra Guillermo del Toro la buena recepción a su versión de “Pinocho” en salas independientes

Tenía la intención de tener 100 sitios, apoyado por una cadena nacional de exhibición, pero al final “fuimos reducidos a 50 inmediatamente, y ya vamos para las 90 o más”. Sin embargo, hubo una “generación espontánea” de recintos que decidieron apoyar la proyección, aplaude el director

Ciudad de México, 3 de diciembre de 2022. En cuanto la exhibición de su nueva cinta, Pinocho, en la pantalla grande comenzó a verse limitada, Guillermo del Toro constató cómo la solidaridad de una comunidad fílmica en México ayudó a llevar su obra a una audiencia más amplia.

El director tapatío, cuya adaptación de la historia de Carlo Collodi llegará a Netflix el próximo viernes, celebra que a pesar de que Cinemex no exhibiera el filme en sus complejos, Pinocho encontrara una cálida acogida en el circuito de salas independientes.

“Teníamos la intención de tener 100 salas, apoyados por una de las cadenas. Fuimos reducidos a 50 inmediatamente, y ya vamos para las 90 o más. Eso se hizo como generación espontánea, de la gente de las salas decidiendo apoyarnos.

“Eso, creo que los mexicanos lo tenemos muy fuerte, y espero que lo podamos hacer también con el Taller del Chucho (en Guadalajara, donde se produjo parte del proyecto), con la animación. Hay animación muy buena en Monterrey, Guadalajara, Ciudad de México. Hay talleres como Cinema Fantasma, en Ciudad de México, que son muy activos. Si nos conectamos todos, podemos hacer un circuito de stop-motion fortísimo. Esa es una lección muy bonita”, dijo Del Toro, en entrevista virtual.

El realizador de La forma del agua y ganador de dos premios Oscar sitúa la historia de su nuevo filme en la Italia fascista de Mussolini, en la que Gepetto está de duelo por la muerte de su hijo, Carlo, y ve desconcertado cómo el niño vuelve a tomar forma en Pinocho, un muñeco de madera que cobra vida.

El entorno en el que viven los personajes se expresa en la banda sonora, que inicia con temas donde todos expresan sus visiones del mundo, pero también incluye himnos fascistas, particularmente a medida que avanza la historia.

“Teníamos claro que el Pinocho nuestro, cuando el alma de Carlo reencarna en él, lo hace de manera no domesticada. Es un niño difícil, caprichudo, pero lo entiendes con la canción. Todo es nuevo para él, y así, cada uno de los personajes.

“Gepetto le canta a su hijo perfecto, que era Carlo. Le dice lo que representa para él. El conde Volpe canta sobre la época en la que era un famoso artista. El gran contrapunto de eso es el grillo, que es el que debería cantar las canciones de sabiduría, y lo apachurran cada vez que empieza a cantar”, afirmó el director.

Al ser una producción encabezada por Del Toro y con la contribución del Taller del Chucho, la película incluye varias alusiones a la cultura mexicana, particularmente en la concepción de la muerte y en la presentación de un personaje que remite a los alebrijes. También se puede ver en el rol del Espíritu del Bosque, cuyas alas azules están llenas de ojos, algo para lo que el cineasta tomó inspiración de ángeles mexicanos.

“Es una película guiada, producida, coescrita, codirigida por un mexicano. Es simplemente todo. El que codirigió esta película llora con José Alfredo Jiménez. El que coprodujo esta película creció con Pedro Infante. Es inevitable que esté toda nuestra raíz ahí.

“Lo que creo que es interesante entender es que tenemos el derecho a viajar intelectualmente por todo el mundo. Eso me gustaba mucho de mi paisano celebrísimo Juan José Arreola, que tenía una imaginación muy europea pero su raíz era muy mexicana. Eso lo admiro y lo atesoro desde que era un lector muy joven”, expresó el también director de El laberinto del fauno.

Texto: Juan Carlos Molina / Agencia Reforma