17 agosto,2020 5:19 am

Como anillo al dedo

Silvestre Pacheco León

 

Jamás pudimos los guerrerenses tener mejor momento que la conferencia mañanera del viernes pasado para plantearle al presidente de la República el complemento de lo que requiere el estado para enfilarse en el progreso.

Dos reporteros locales expusieron las demandas más sentidas por los diferentes sectores sociales de lo que a su juicio significaría un verdadero aporte del gobierno federal para pasar de las medidas asistencialistas y justicieras, a una plataforma de desarrollo como parte de la nueva normalidad.

Después de que escuchamos del gobernador Héctor Astudillo lo que en sus cifras parece ser un incuestionable descenso de la incidencia delictiva del 32 por ciento, logrado mediante la estrategia coordinada de los tres órdenes de gobierno contra la delincuencia, pudimos dejar el primer lugar que parecía inamovible para nosotros con el resto del país.

Igual de atractiva resultó la noticia sobre la reducción en el número de fallecimientos por la pandemia gracias también a la coordinación oficial y a la disciplina de la mayoría de los guerrerenses para quedarse en casa, lo cual han sido clave para que de 608 fallecimientos por Covid-19 registrados en el mes de junio, la cifra haya bajado a 375 en julio, y con esa tendencia se espera que en agosto no rebase los 300 decesos, con un promedio diario de nueve fallecidos en el umbral de la obtención de la vacuna que con el anuncio del jueves pasado se espera que pronto esté al alcance de todos los mexicanos.

Igual de elocuentes han sido los resultados finales que ha tenido el programa del fertilizante cuya oferta y demanda no provocó la conmoción por inconformidades que vimos del año pasado.

El subsecretario de la Sader, Miguel García Winder dijo que se superó en 50 mil la meta que el programa se fijó para el presente año con lo cual se distribuyeron gratuitamente  entre 335 mil campesinos más de 150 mil toneladas de fertilizante para beneficiar hasta más de medio millón de hectáreas de maíz, frijol, arroz y calabaza que son alimentos básicos para los guerrerenses.

El funcionario dijo que en ocho meses y con el apoyo de las Secretarías de la Defensa, Semar y Guardia Nacional pudieron distribuir en las siete regiones del estado el insumo indispensable para los cultivos de temporal en que se están ocupando las familias del medio millón de beneficiados que no tendrán que emigrar en busca de empleo y con su trabajo aprovecharán productivamente sus parcelas al tiempo que asegurarán el alimento de calidad.

Después de esa información provechosa los reporteros locales hicieron gala del conocimiento que tienen de la problemática estatal, planteando al presidente hechos puntuales con la necesidad de darle solución, marcando un parteaguas en la historia del estado.

El primero fue en torno al tema de la minería donde Taxco aparece como ejemplo de las injusticias cometidas por los concesionarios que son favorecidos por las propias autoridades del trabajo, pues ahí a pesar de que los mineros pertenecen a uno de los sindicatos más poderosos del país, no han podido sentar a sus patrones para negociar la conclusión de una huelga que ha cumplido 13 años sin resolverse.

El caso expuesto sirvió para que el presidente reiterara su opinión sobre la explotación minera en el país y fijara su postura al respecto después de comprometerse a intervenir frente a las partes para resolver dicha petición.

Pero también señaló su interés de vigilar que en la explotación de los yacimientos mineros se respete el medio ambiente, la salud y los salarios de los trabajadores. Para eso dijo que tendrá una próxima visita a Teloloapan porque quiere conocer la realidad que le han contado los dueños de la mina de oro Capela, del buen trato y la oportunidad de empleo que reciben los jóvenes de las comunidades.

Con la visita comprometida a Teloloapan en compañía del gobernador veremos si el sector minero en la entidad está cumpliendo con las normas ambientales y contribuyendo al desarrollo del estado como se han comprometido.

Como no faltó entre las preguntas de los reporteros las expresadas por quienes aún esperan mayor atención del gobierno federal para Guerrero, el presidente reconoció, como lo ha reiterado en otras visitas, el aporte histórico de los guerrerenses en la transformación del país, incluida la 4T, y con ello su compromiso de seguir apoyando.

En este contexto cayó como anillo al dedo que conociera la problemática acapulqueña que involucra casi la mitad de los guerrerenses que viven en el puerto.

Los reporteros expusieron parte de la problemática en el desarrollo turístico de Punta Diamante donde el ánimo privatizador de las empresas inmobiliarias coludidas con las autoridades responsables de la zona federal dejaron sin acceso público a las playas, cuando la ley establece que no debe faltar uno cuando menos cada medio kilómetro.

Ese modelo de turismo excluyente es el que ha predominado en el puerto donde la modernidad solamente alcanza de la franja que divide el bulevar de la Costera con el mar, donde están los grandes hoteles y sus mega albercas y sus playas casi privadas, porque al otro lado viven los acapulqueños, la mayoría carentes de los servicios básicos, privados hasta de la vista a la bahía por las grandes construcciones si no viven de plano en lo más alto del anfiteatro.

Este concepto de turismo que provoca la mayor desigualdad social es el que ha propiciado la enorme contaminación de las playas de la bahía que últimamente se ha dejado de ocultar, como si el problema hubiera nacido ayer.

El déficit en la urbanización, infraestructura y equipamiento de la ciudad, junto con la escasez de agua es lo que se ha hecho patente y se identifica como el mayor reto ahora para la 4T.

Los guerrerenses son los más conscientes de que se requiere el apoyo federal para ir a la raíz del problema porque su persistencia  agrava la desventaja del puerto y limita su viabilidad como destino turístico.

Respecto al agua potable cuya disponibilidad privilegia la demanda de la zona hotelera y los desarrollos habitacionales exclusivos, en detrimento del resto de la población, los acapulqueños en voz de los reporteros pusieron el dedo en la llaga y comprometieron al presidente para dar una respuesta inmediata que alegró a todos los presentes.

En efecto, López Obrador se ha comprometido a enfrentar el huachicoleo que existe en torno a la CAPAMA, organismo que ha sufrido la misma política depredadora que ahora todos conocemos de Pemex.

Se requiere pues de la intervención enérgica del gobierno federal para limpiar desde la raíz la enorme corrupción que impera en el manejo del organismo responsable de dar de beber agua a los acapulqueños. Ese es el mayor reto que el viernes le cayó como anillo al dedo a la 4T.