10 mayo,2023 1:01 pm

Comparten madres militares como concilian su vida en el Ejército y la familia

Una de ellas es conductora, maneja camiones de 6.5 toneladas y la otra es sicóloga

Acapulco, Guerrero, 10 de mayo de 2023. Gisela Guadalupe Córdova Suárez y Yazmín Magallón Arellano son dos mujeres militares, adscritas a la Novena Región Militar, comparten la pasión por su trabajo y servir al país, pero también el hecho de ser madres. Comentan que es difícil dejar a sus hijos, pero cuentan con el apoyo de sus esposos y familia para cuidarlos.

Ayer en las instalaciones del cuartel, ubicadas en Cumbres de Llano Largo, ambas militares de 27 y 35 años de edad platican con reporteros de diferentes medios de comunicación cómo mezclan su trabajo y el hecho de ser madres, tienen diferentes responsabilidades, una de ellas es conductora, maneja camiones de 6.5 toneladas y la otra es sicóloga.

Córdova Suárez tiene 27 años, es sargento segundo auxiliar conductor, es madre de un niño de dos años de edad, que es cuidado por sus suegros en la Ciudad de México. Ella tiene cinco años sirviendo al Ejército, como conductora de camiones de 6.5 toneladas que transporta a 31 soldados a sus servicios y los viajes más largos son cuando sale de la Ciudad de México.

A los 22 años ingreso a Ejército, una de las razones fue por el uniforme “porque desde que lo ves impone, el informe impone y ser una mujer uniformada no cualquiera se atreve; mi especialidad es porque soy bien atrabancada”.

Empezó como soldado en el servicio de transporte, le faltaba su especialidad, porque el área se divide en mecánicos, tapiceros, herreros y conductores. Para obtener el grado, fue luego de una convocatoria que aprovechó, se inscribió e hizo sus exámenes.

Ella no porta armas, “pero cuando sale a viajes muy largos, dependiendo el comandante si dice se armen todos, todos nos armamos, pero si no es el caso salimos con las escoltas”.

Cuando nació su bebé hace dos años, “era soldado, pero he tenido las facilidades por parte de los comandantes que han llegado, tenemos un área de lactancia que nos permite el acercamiento con nuestro bebé cuando regresamos de nuestra licencia, porque nos otorgan una licencia de un mes antes de que nace y dos meses cuando nuestro bebé nace”.

Mezclar su trabajo y el ser madre es difícil porque son 24 horas que sabes que estará sin su bebé, pero cuando sale “franco”, días festivos y vacaciones que son dos periodos por año de casi 20 días, “esos los aprovecho al máximo para estar con mi bebé y mi esposo”.

“Los abuelitos paternos son quienes cuidan de mi hijo, ahorita mi bebé no radica aquí conmigo el vive en la Ciudad de México, entonces mi esposo también es militar y cuando tenemos fines largos o hay puentes que nos toca la franquicia nos trasladamos para verlo, en vacaciones también lo veo, es así como me doy tiempo para ver a mi bebé y trabajar”, dijo, y precisó que se requiere mucha resiliencia porque “a veces uno tiene que hacer sacrificios que a futuro se van a recompensar todo eso”.

Abundó que fue su suegra quien ofreció cuidar a su nieto, porque para ella se le dificultaba atenderlo por el tiempo, y “estar pidiendo mucho permiso no es de mi agrado”.

“Nunca me imaginé el alcance que te puede dar el ser mamá y creo que somos bendecidas todas aquellas que tenemos un bebé, y que nos de fortaleza de estar con nuestros bebés en la situación en la que nos encontremos siempre”, dijo Giselle Guadalupe.

Agregó que algunas veces le ha pasado por la cabeza dejar el Ejército, pero “es más el apego que tienes con el trabajo y la necesidad que todos tenemos, me gusta mi trabajo, muy independiente de todo, me gusta estar aquí servir al país y a la nación”.

Yazmín Magallón, es soldado auxiliar asistente en tratamiento médico, de profesión sicóloga, ella ingresó en el año 2014 cuando tenía 26 años de edad, inició en el Hospital Militar de Cuernavaca, Morelos; allá tenía contacto con pacientes y apoyaba en conferencias y evaluaciones sicológicas.

En el 2019 llegó su traslado para Acapulco, se encuentra en el Centro de Reclutamiento, ahí hace las evaluaciones sicológicas a todos los que desean ingresar a la Guardia Nacional. Actualmente tiene 35 años de edad y tiene una niña de un año dos meses.

Una de las razones por las cuales decidió incorporarse al Ejército, es porque “veía como se desenvuelve el personal militar y yo dije porqué no darme la oportunidad de ejercer mi profesión en el Ejército y desde que causé alta he ejercido mi especialidad, me siento orgullosa, honrada de estar en las filas del Ejército”.

Ella tiene una niña de un año dos meses, y desde que nació ha disfrutado la etapa de ser mamá, y como profesional en sicología “se que la etapa de la infancia les genera mucha seguridad a ellos. Como me he desenvuelto como mamá y militar, pienso que es muy importante las redes de apoyo, el tener una familia que está ahí contigo, como es mi esposo, mis papás, hermanos el saber que cuento con ellos, decir me voy a trabajar, pero se que mi hija se queda con ellos me da tranquilidad”.

“Nosotros estamos cada tres días de servicio y hay noches que no voy a casa, pero ahí mi esposo es quien se queda con la bebé y organiza el cuidado de ella, y me apoya bastante”, dijo la sicóloga militar, al tiempo que mencionó que su jefe, es decir los comandantes “son muy accesibles y tenemos la estancia de lactancia para que nosotros podamos estar con nuestros bebés”.

Aseguró que en el Ejército ha tenido mucho apoyo, “me siento muy orgullosa y honrada de estar en esta institución militar”, porque gracias a su trabajo “le puedo dar ciertos beneficios, porque contamos con mucho apoyo y la verdad lo que le ha dado tanto a mi familia es aquí por este trabajo y no lo dejaría, me siento muy bien y voy por más”.

Texto: Aurora Harrison