29 octubre,2018 8:49 pm

Con consulta ciudadana, México sigue ejemplo del primer mundo

Francia, Alemania y Kansas City han decidido acerca de sus aeropuertos mediante consultas. Los motivos para cancelar en México: cuatro años de trabajos, 32% de avance, más de 107 mdp gastados en… comunicación.
Acapulco, Guerrero, 29 de octubre de 2018. En medio de la controversia por la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAICM), Andrés Manuel López Obrador declaró que recibió ayuda de Emmanuel Macron para agilizar los dictámenes que le ayudarán a determinar las repercusiones de dicha cancelación.
Recordemos que Macron tiene experiencia en el tema, pues ya en enero de este año, canceló la construcción de un aeropuerto en Notre-Dame-des-Landes, Cerca de Nantes, en el noroeste de Francia.
La obra había resultado polémica, pues tenía enfrentados a los ecologistas con los políticos de la localidad, que consideraban la obra importante para el desarrollo de la región.
Edouard Philippe, primer ministro, fue el encargado de anunciar al decisión, que describió como “excepcional” y que argumentó “era necesaria”, pues ya había logrado la división de la población: era una infraestructura que había estado detenida por casi medio siglo.
La medida fue en extremo simbólica, pues supuso la primera renuncia de Macron a uno de los compromisos que hizo durante su campaña presidencial, en la cual se había comprometido a respetar el resultado de un referéndum popular que tuvo lugar en 2016, en el que el 55% de los habitantes de esas zona se manifestaron a favor de la construcción del aeropuerto.
Una vez que Macron alcanzó la presidencia del país galo, y luego de la nominación del ecologista Nicolas Hulot (opositor a la terminal aérea), como ministro de Medio Ambiente, Macron solicitó un informe a tres mediadores, que al hacer el análisis abrieron la puerta a otras alternativas. Una de ellas, una remodelación a fondo del actual aeropuerto de Nantes.
Al final, en enero de 2018, Macron anunció el abandono definitivo del proyecto, la devolución de las tierras expropiadas a los campesinos y el desalojo, incluso por la fuerza, de los opositores, que ocupaban el lugar desde hacía años, a tal decisión.
Al final, Philippe aseguró que se remodelaría el aeropuerto de Nantes, y se buscarían soluciones que redujeran las molestias acústicas sobre la ciudad, también se busca desde entonces los mejores enlaces ferroviarios entre la región de Nantes y los aeropuertos de París, para que los usuarios puedan tener conexiones internacionales.
El primer ministro dijo que la decisión se tomó pues los tiempos cambiaron, así como las prioridades del sector aeronáutico, que en la actualidad busca concentrar las conexiones internacionales en las grandes ciudades.
A cambio, Macron obtuvo la avenencia de activistas y ecologistas que defendían las tierras en las que se construiría la terminal, cerca de 300 personas.
Y como sucede hoy, Macron también se echó encima a un gran sector de empresarios de la región así como de los conservadores, que lo acusaron de ceder ante las presiones de los ecologistas.
El pueblo tiene el poder
Sin embargo, el ejemplo de la cancelación del aeropuerto de Nantes, no es el único caso en el que las decisiones gubernamentales se han tomado basándose en la opinión popular.
En el caso de México, la consulta comprendía una decisión técnica para la que muchos ciudadanos se sentían poco informados e incapacitados, y de acuerdo con ellos, era una decisión para “expertos”; para la otra parte de la población, la consulta estuvo relacionada con un ejercicio de democracia participativa que no había tenido lugar antes en México.
De acuerdo con este segundo grupo, tomar decisiones de esta forma, quita poder a la cúpula asentada en él, que está acostumbrada a decidir pasando por encima de los derechos de los ciudadanos.
Lo que se pierde de vista con la consulta en México, es que no es ésta la primera vez que una decisión de tal envergadura se toma a partir de la opinión popular.
En Europa y Estados Unidos el futuro de tres aeropuertos se decidió de esta manera
En septiembre de 2017, el gobierno alemán tuvo que aceptar muy a disgusto la decisión de los alemanes de mantener abierto el Aeropuerto de Berlín-Tegel, luego de perder la consulta popular organizada para tal fin.
Dicho aeropuerto es viejo, y se creía estaba por desaparecer, ante la saturación por la demanda turística, debido a que se localiza muy cerca de Berlín, y a que recientemente se había construido el Aeropuerto Internacional de Berlín-Brandenburg, una terminal moderna con capacidad media y distante del centro financiero y habitacional de la capital alemana.
Luego de meses de manifestaciones, el gobierno alemán se vio obligado a organizar una consulta popular. La votación se decidió con un 56 por ciento de los votos a favor de conservar en operaciones la vieja terminal aérea, lo cual implicó, más tarde, una compleja situación  legal y financiera para Berlín, de acuerdo con declaraciones del alcalde, Michael Muëller.
Los alemanes aún tenían apego por su viejo aeropuerto, lo que obligó a su remodelación (próxima a inaugurarse), tendrá una mayor capacidad, y el viejo aeropuerto será un parque ecológico, centro financiero y hogar para refugiados.
En otro caso, como ya se explicó arriba, en febrero de 2016, el presidente de Francia en ese momento, Francois Hollande, hizo un referéndum para decidir qué hacer con el plan que tenía de construir el Aeropuerto de Notre-Dame-des-Landes, que estaba dividiendo a la sociedad.
El nuevo aeropuerto francés buscaba crear un nuevo punto de referencia económico para Europa, pero sus detractores y varios activistas denunciaron que el plan en realidad, era enriquecer a una cúpula política a cambio de la destrucción de mil 650 hectáreas de bosques, esenciales para el ambiente del país.
La consulta tardó medio año en ser organizada, y al final, en junio de 2016, se llevo a cabo con un resultado que favoreció seguir con la construcción con un 55 por ciento de los votos.
Pero la polémica no concluyó aquí. Cuando los activistas revisaron los datos, descubrieron que quienes mayoritariamente votaron en contra de la construcción del aeropuerto, eran los ciudadanos que habitaban cerca de la obra, en cambio, quienes dijeron que sí al aeropuerto, eran quienes vivían lejos de la zona. Conclusión: quienes padecerían las consecuencias directas de la obra no querían el aeropuerto.
Después de muchas protestas y una invasión de los activistas a la obra para proteger las áreas verdes, a comienzos de este año, Macron anunció su cancelación, y se quedó con la decisión de ampliar el ya existente aeropuerto de Nantes.
En un tercer caso muy semejante, en noviembre de 2017, el gobierno de Kansas City, Estados Unidos, se vio forzado a preguntar a los ciudadanos de los principales condados si querían un nuevo aeropuerto que sustituyera las terminales aéreas que ya existían, y que deberían ser destruidas.
La consulta se organizó luego de que miles de habitantes se quejaron del alto costo del proyecto original. Para impulsar el proyecto, el gobierno de la localidad tuvo que modificar la propuesta original, para que los fondos de la construcción se obtuvieran de los impuestos cobrados a las empresas de la iniciativa privada que se verían beneficiadas con la obra, y no de los impuesto ciudadanos.
Luego de este ajuste, la votación concluyó que el 75 por ciento de los votantes estaban a favor del nuevo aeropuerto, que se espera sea inaugurado el próximo 2021.
Motivos para cancelar: cuatro años de trabajos, 32 por ciento de avance, más de 107 mdp gastados en… comunicación
Según un dictamen técnico del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), la obra incrementó su costo de 169 mil millones que tendría en el origen, a 300 mil millones, lo cual representa un aumento de 77.5 por ciento.
De acuerdo con datos del mismo documento, para el momento, la obra apenas alcanzaba el 30 por ciento de avance en su construcción después de cuatro años de haber sido presentada como viable.
A pesar de contar con esta información el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) tomó del gobierno federal una estrategia publicitaria que promocionaba una obra que avanzaba a paso de tortuga.
El GACM es una empresa con una mayor aportación estatal y es la responsable de construir, administrar, operar y explotar el NAIM, de acuerdo con un título concesionado otorgado por el Gobierno Federal y publicado en el Diario Oficial de la Federación el 26 de enero de 2015.
Desde entonces, el GACM ha gastado 107 millones 442 mil 209 pesos para hacer publicidad a una obra que tiene un 32 por ciento de avance.
Dicha cantidad se ha pagado por concepto de 128 contratos celebrados con diversos medios de comunicación, editoriales y agencias de publicidad en 2014, 2016, 2017 y 2018, de acuerdo con datos obtenidos del portal de la Secretaría de la Función Pública y del GACM.
Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, la obra pasó de ser fundamental a ser polémico, y a la controversia se sumó el gobierno entrante de Andrés Manuel López Obrador.
El 17 de agosto, AMLO y el futuro titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier Jiménez Espriú, presentaron un dictamen técnico del NAIM con el cual se determinó hacer la consulta pública para decidir el futuro de la obra.
En ese momento, Jiménez Espriú explicó que se cuenta con financiamiento para el 75 por ciento de la inversión y que la obra tenia un avance de 32 por ciento.
También se hizo relevante el dato de que la obra pasó a costar de 169 mil millones de pesos a 300 mil millones de pesos, de 2014 a la fecha (un incremento de 77.5 por ciento), con una retraso de al menos cuatro años.
A pesar de contar con estos datos, Federico Patiño, director general del GACM, hizo andar una estrategia de comunicación social que incluía publicidad en diarios impresos, levantamiento de imágenes, e incluso, un libro.
Gastos de cuatro años de publicidad
En el año 2014, de acuerdo con un contrato publicado en el portal del NAIM, se gastó un millón 540 mil 187 pesos para la edición y distribución del libro Proyectos para el NAIM. La licitación fue una invitación a tres personas y los beneficiarios fueron la Sociedad I.F. Cultura SA de CV.
En 2016, hubo un primer contrato para Servicios, audio, Representaciones y Artistas SA de CV en sociedad con Videoservicios Profesionales SA de CV por 14 millones de 400 mil pesos para hacer levantamiento de imágenes y videos en el NAIM.
En 2017 el gasto se disparó, y se concedió un segundo contrato a Adjudicación Directa de Audio, Representaciones y Artistas SA de CV, por 60 millones 937 mil 487 pesos, también para hacer levantamiento de imágenes y videos, con lo que el gasto se disparó a 83 millones 557 mil pesos.
En ese mismo año, se pagaron 22 millones 619 mil 712 pesos mediante 85 contratos con medios de comunicación, de acuerdo a los datos de la SFP.
Y para mayo de este año, el GACM ya había pactado 40 contratos con medios de comunicación por una cantidad de 7 millones 944 mil 892 pesos.
Los datos de la SFP son preliminares, pues en el sitio electrónico aún no hay cifras definitivas de los gastos de comunicación social de NAICM en 2017.
Es decir, que en 17 meses, el GACM concentró la publicidad en 11 medios de comunicación y agencias de publicidad, de acuerdo con las cifras preliminares al corte de mayo de 2018.
La empresa que más dinero ha recibido a través de tres contratos por 8 millones 430 mil 981 pesos es Estudios Churubusco Azteca.
Le sigue la agencia 5M2 que se hace cargo de la publicidad del Metrobús, el Mexibús y el Tren Ligero, con cinco contratos que equivalen a 2 millones 679 mil 625 pesos.
En la lista de beneficiados también se encuentra El Universal, con tres contratos con valor total de 959 mil 783 pesos; Roberto Gaudelli, con tres contratos por 824 mil 499 pesos; El Economista, con dos contratos de 513 mil 187 pesos y la Organización Editorial Mexicana con siete contratos por valor de 429 mil 188 pesos.
Con contratos de menores cantidades se encuentran medios como Expansión, con dos contratos por valor de 390 mil 813 pesos; Milenio con dos contratos con valor total de 338 mil 906 pesos; Excélsior, con un contrato de 332 mil 641 pesos; TvNotas con un contrato por 279 mil 590 pesos, y Saga, cuya propietaria es Adela Micha, que ganó 199 mil 999 pesos con un solo contrato.
El total en gasto de comunicación se da de la siguiente manera:
2014    1 540 187 pesos
2016    14 400 000 pesos
2017    83 557 130 pesos
2018    7 944 892 pesos
TOTAL 107 millones 442 mil 209 pesos
Texto: redacción con información de Sin Embargo, Expansión y Huffington Post / Foto: Twitter
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