7 agosto,2020 5:32 am

Contraloría Campesina III

Bajo el ala del sombrero

Carlos García Jiménez

 

Nuestro reconocimiento a Víctor Manuel Toledo Manzur por su valentía de enfrentar, desde el gabinete presidencial, a los neoliberales vendepatria incrustados en la 4T

 

¿Cómo debe operar el Programa de Fertilizante en 2021 para que efectivamente contribuya a mejorar la producción y el bienestar de las familias campesinas? Fue ésta la pregunta generadora –que derivó en propuestas innovadoras, integrales y estratégicas–, en la reunión de evaluación y planeación de la Coordinadora de Comisariados de Guerrero del pasado 26 de julio.

Los representantes ejidales y comunales, instalados como Contraloría campesina, luego de evaluar la fase distributiva del Programa de Fertilizantes, concluyeron que en el próximo año deberán corregirse las deficiencias en lo que se refiere a padrón de beneficiarios, paquetes de insumos, centros de distribución y acompañamiento técnico. Además, el Programa deberá dirigirse bajo una verdadera coordinación interinstitucional; y una estrategia que integre principios de agroecología, créditos y comercialización. “Sin estos cambios, el programa seguirá siendo un lastre en el movimiento de la Cuarta Transformación”, señalaron. 

Fertilidad y Manejo agroecológico de Suelos

En el marco de lo que debiera ser una política pública de rescate de la agricultura campesina y su transición hacia la agroecología, la Contraloría campesina plantea que en 2021 el Programa de Fertilizantes deberá evolucionar y denominarse Programa de Fertilidad y Manejo agroecológico de Suelos.

Siendo el padrón de beneficiarios el componente del Programa que más conflictos ha provocado en los últimos años, la Contraloría campesina plantea que su elaboración o depuración se inicie en noviembre y diciembre de este año, en asambleas ejidales y comunales. Ello, con la coadyuvancia de las instituciones involucradas: Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Bienestar social (servidores de la nación), Procuraduría Agraria, Registro Agrario Nacional y ayuntamientos municipales. De este modo se busca contar con un Padrón 2021 que sea transparente, oportuno, confiable y ajustado a la realidad (las asambleas avalarán a productores que efectivamente cultiven la tierra).

Los componentes que –a juicio de los contralores campesinos– debe contener la versión 2021 del Programa, son los siguientes:

Estudios de suelos. Estos estudios deberán estar a cargo de un grupo de especialistas y contar con la colaboración de los productores. Los mapas de tipología de suelos que resulten de dichos estudios serán el sustento de las fórmulas y dosis de fertilización que deberá considerar el programa para cada región o provincia agroecológica.

Fertilización química u orgánica. Las fórmulas y dosis de los fertilizantes químicos deberán racionalizarse con base en los estudios de suelos y el impacto que han tenido en cada región y cultivos. Además, se deben incorporar a la oferta institucional los fertilizantes orgánicos y biofertilizantes para los productores que lo soliciten.

Harinas minerales. Estos insumos, esenciales para activar procesos físicos, químicos y biológicos en el suelo, potencian el aprovechamiento de los fertilizantes en el desarrollo vegetativo de los cultivos y su resistencia a plagas y enfermedades. Por ello deben ser incorporados al paquete de insumos.

Instalación de biofábricas de abonos orgánicos. En este caso se propone establecer una biofábrica en cada uno de los 81 municipios de la entidad para producir composta, lombriabono, bocashi, biofertilizantes y semillas de abono verde. Estas biofábricas pueden contribuir a fomentar las bondades de este tipo de fertilización a escala de localidades, parcelas campesinas y traspatios familiares.

Acompañamiento técnico. En contraparte al extensionismo tradicional que en 2019 se implementó tardíamente en el programa, para 2021 es conveniente que se incorpore un modelo de acompañamiento técnico que reconozca la experiencia y los saberes campesinos; en este caso se debe considera la contratación de un equipo de técnicos profesionales y comunitarios (jóvenes construyendo el futuro) que aplicando la metodología De Campesino a Campesino se asuman como facilitadores del desarrollo de conocimiento y capacidades de los agricultores.

Parcelas demostrativas. Este componente es vital para validar, demostrar y evaluar el impacto de los insumos en los cultivos. Por ello se debe considera la instalación de al menos una parcela demostrativa en cada uno de los 1250 núcleos agrarios reconocidos. 

Fertilizando el rescate del campo

Si el Programa de Fertilizante sigue siendo lo más relevante de la política pública rural, éste debe convertirse en una palanca de reactivación de la agricultura campesina en su conjunto. Es decir, no solo debe permitir la fertilización de la fase productiva de los cultivos, sino también, la fertilización de los otros servicios productivos necesarios en el campo, como el financiamiento, la comercialización y la cultura de emprendimiento entre los campesinos.

Para potenciar el Programa de Fertilizantes y que impacte en los demás eslabones de las cadenas productivas de granos básicos, es necesario incorporar: semillas mejoradas (hibridas y criollas), involucrando a los ayuntamientos y al gobierno del estado; el crédito (para equipamiento y otros insumos agrícolas), haciendo que regrese al campo la Financiera Rural; los precios de garantía, mejorando la eficacia de Segalmex; y una estrategia de fomento del asociativismo empresarial, desde las secretarias de Agricultura y Desarrollo Rural, Economía y Bienestar Social.

Se dice fácil, pero para lograrlo se necesita un gran esfuerzo, visión estratégica y voluntad política de todos los actores. Las propuestas que ahora hemos adelantado –y que la Coordinadora de Comisariados ampliará en próxima conferencia de prensa–, es apenas un pequeño paso en la ruta de la verdadera Cuarta Transformación que el campo guerrerense necesita.

A pleno sol. El pasado 4 agosto cerca de una veintena de líderes de organizaciones campesinas tradicionales y cupulares (entre ellas CCI, UNTA, Licasceg, Unorca, Alcanos, etc.) anunciaron aliarse en una autodenominada “Fuerza Guerrerense Campesina y Popular”, para “dialogar con los tres niveles de gobierno para que sean tomados en cuenta” … Deseamos que esta “gran alianza” ponga por delante el rescate del campo guerrerense, y que no sean un acto contestario y de relumbrón, nada más.

 

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