28 marzo,2018 7:56 am

Costaría hasta medio millón de pesos representar la Pasión en Chilapa, dicen

Texto y foto: Luis Daniel Nava
Chilapa, Guerrero, 28 de marzo de 2018. Desde hace 32 años, las hermanas Magdalena y Hortensia Casarrubias Guzmán han organizado la representación de la Pasión de Jesucristo en Chilapa, una obra, que según su director de escena llega a costar hasta medio millón de pesos.
Las hermanas Casarrubias, así como las actrices Victoria Hernández y Claudia Vela, fueron entrevistadas ayer por El Sur en su taller, en el centro de la ciudad, donde seleccionan y diseñan el vestuario, accesorios y utilería de los 92 actores que representan la actual edición de algunos pasajes de la vida y muerte de Jesucristo.
Detrás de los vestuarios que por 32 años han portado en escena los reyes, mujeres de la realeza, Cristo, apóstoles, bailarinas, soldados y hasta los integrantes de la turba, ha estado la señora Hortensia Casarrubias Guzmán, quien en esta temporada cierra por dos o hasta tres semanas su negocio para dedicarse de tiempo completo a diseñar el vestido de los actores, seleccionarlo y actualizarlo.
Asegura que en 1986 y los primeros años, inició de maquillista, luego empezó a hacer los trajes documentándose en imágenes bíblicas de los personajes para que se viera más original la presentación.
El costo de los vestuarios va de acuerdo con la calidad y cantidad de tela, así como del personaje a interpretar. Por ejemplo, los vestuarios de Poncio Pilatos, Herodes o los integrantes del tribunal judío llegan a costar 3 mil pesos, mientras que los menos costosos son los de los integrantes de la turba que sólo llevan una túnica y el turbante de la cabeza.
“Hay personas que años atrás nos apoyaban económicamente con pequeños donativos de las casas comerciales de Chilapa, con eso íbamos solventando los gastos que tenemos cada año, que siempre son los mismos a pesar de que ya tenemos material, utilería, y vestuario”, asegura Hortensia Casarrubias.
Ahora Hortensia Casarrubias también participa como directora de escena durante los ensayos.
Magdalena Casarrubias, dueña y cocinera del popular restaurant Casa Pilla, ha encabezado el patronato Semana Santa Atenas del Sur, encargado de organizar la representación de la obra, en sus inicios junto al señor Jesús Lara Cantú, quien por diferencias se distanció del patronato y creó un grupo nuevo que por unos años organizó la escenificación.
Doña Lena, como se le conoce, recuerda que en el primer año había unos 60 actores y la tela para su vestuario les fue regalada por amistades en la Ciudad de México.
Para la escenografía, uno de sus hermanos, dedicado a la albañilería, le consiguió madera para los templetes; su hermana Hortensia maquilla a los personas y ayuda en la precaria utilería; Antonio Hernández ayudó en la logística.
El extinto Gilberto de la O fue el primer Jesucristo; el joven Juan Miguel Calderón Gutiérrez va en su segundo año consecutivo representando el papel.
Lena Casarrubias y su hermana rememoran que el gusto o motivo de organizar la obra lo traen de su padre Procopio Casarrubias, ya fallecido, quien en Tlapehuala –en la región Tierra Caliente– le ayudaba al párroco de la población a preparar una representación de la vida y muerte de Jesucristo.
“De niños veíamos cómo mi papa le ayudaba al padre de ahí (Tlapehuala) a preparar la Semana Santa, hacía los gorros con los costales de cemento, y en algún tiempo tuvo la idea de traerla a Chilapa, (pero) él ya no vio esto (la actual representación)”.
Otro dato de sus inicios, agrega Magdalena Casarrubias, es que los sacerdotes Justino Salmerón y Antonio Silva asesoraban la representación.
“Pidieron el libreto, lo analizaron y lo aceptaron, dijeron que estaba bien para hacer las escenificaciones, el padre Tino presentaba la obra, iba adelante de todos los actores”, recuerda.
En esas ocasiones participaban jóvenes y adultos, pero ahora se pueden ver muchos niños en algunas escenas del Domingo de Ramos, Jueves y Viernes Santo.
Los niños, justifican, son hijos de los actores que han participado. Entre los requisitos que deben cumplir los principales actores –como el que interpreta a Jesucristo– es que tengan una buena conducta en la sociedad, pero si no la tienen, con la representación “se corrigen”, dice doña Lena.
De acuerdo con las hermanas Casarrubias Guzmán y las actrices, el director de escena hizo una evaluación general de los gastos de la representación y les informó que la obra cuesta medio millón de pesos “si se les pagara a los actores, directores, maquillistas, utileros así como por la utilería, escenografía y ambientación”.
La única motivación para realizar la escenificación que ahora es vista por una multitud en el Zócalo de la ciudad y en sus principales calles, al grado que ahora hasta la dirección de Cultura del municipio la promueve.