11 abril,2020 10:26 am

Dañará a remesas y al programa 2×1 el Covid-19, advierte migrante en Chicago

El restaurantero Margarito Rodríguez dice que también le preocupa la situación en Guerrero, por las deficiencias en los servicios médicos, y porque muchas personas no han caído en cuenta de las consecuencias que va a acarrear la contingencia

Chilpancingo, Guerrero, 11 de abril de 2020. Restaurantero guerrerense Margarito Rodríguez Serna, residente en Chicago, Ilinois, relató las complicaciones para mantener abierto su negocio familiar en medio de la pandemia, y las consecuencias que los obligarían posponer proyectos del programa 2×1 Migrantes, antes 3×1; así como detendrá las remesas que envían a sus familiares en México.

Ante la recesión económica y los problemas de salud pública, Rodríguez Serna añadió que también le preocupa la situación en Guerrero, por las deficiencias en los servicios médicos, y porque muchas personas no han caído en cuenta de las consecuencias que va a acarrear la contingencia por el Covid-19.

Aclaró que en aquel país las medidas sanitarias son muy estrictas, pues en las grandes tiendas, como Walmart, sólo entran 10 personas a la vez, y el resto espera haciendo fila, dejando 6 pies de distancia entre ellos.

“Ya vamos a hacer un mes en la cuarentena. Como desde el 14 o 15 de marzo, los restaurantes ya no podíamos abrir para el público”, dijo.

Rodríguez Serna es dueño del restaurante Guerrerense, en el 4758 de la avenida Fullerton, muy cerca de la oficina del gobierno de Guerrero, conocida como Casa Guerrero.

Detalló: “Luchándole salimos adelante. No tuvimos la oportunidad en México de tener una vida diferente”.

A casi un mes de la medida oficial, que obligó a los restaurantes a cerrar al público y vender sólo alimentos para llevar, confirmó que la situación es crítica y se agrava.

Hoy, dijo, de todos sus trabajadores sólo laboran dos cocineros, con horarios y jornada reducida, dos días por semana; los meseros se retiraron y las ventas cayeron un 60 por ciento.

Aclaró que la medida es entendible, “para tratar de mitigar la pandemia que está pegando duro acá”. Aunque no recibió capacitación sobre las medidas de protección, aclaró que adoptó la estrategia de la sana distancia que difundió el gobierno estadunidense, similar a la de México; además, estableció una ruta de entrada y de salida en el negocio, así como el uso de mascarillas y guantes para el personal.

Aunque en las calles hay muy pocas personas, aclaró que la actividad se sostiene por grupos que trabajan con aplicaciones en celulares, para distribuir comida para llevar a domicilio, “no sabemos quiénes son, hablan por teléfono, tomamos sus órdenes. Después viene el repartidor o el chofer a recoger los pedidos”.

A la fecha, dijo que directamente no conoce a ninguna persona infectada por conoravirus, pero Chicago es una de las ciudades más afectadas por la pandemia en la Unión Americana.

Consideró que si en Estados Unidos hay tantos infectados, qué le espera a México.“Si a nosotros aquí, tanta gente enferma que se ha contagiado, ahora me puse a pensar. Mamá falleció hace un año, en diciembre; y en el hospital de Iguala, donde se atendió, los baños no tenían ni agua. Mire, horrible, me dieron ganas de reportar, pero no sabes con quién”.

A partir de conversaciones con sus familiares en Taxco, señaló que muchas personas en Guerrero “no quiere ver el problema. Lo toman a juego, aún piensan que es mentira”.

Sin embargo, indicó que un joven de 35 años, en la localidad de Huahuastla, Taxco, conocido de su familia, fue internado en un hospital de Cuernavaca. Aunque la noche del jueves les avisaron que no había resultado positivo de coronavirus, ya lo pusieron en un respirador, por problemas en las vías respiratorias. Advirtió que tal vez se trate de una falla en la toma de muestras en México.

En esta circunstancias, aclaró que será complicado volver a Guerrero, a pesar de los planes de ir en 2020, “nos vamos a aguantar este año”.

Asimismo, dijo que será difícil apoyar los proyectos comunitarios que durante varios años han impulsado con el programa 3×1 Migrantes, convertido en 2019 a 2 x1, “estábamos pendientes con unas obras. Supongo que se van a posponer, la gente no va a tener dinero para apoyar”.

Además, reconoció que se van a mermar los apoyos a sus familiares, que envían como remesas.

De vuelta a las complicaciones en el restaurante por la contingencia, indicó que el alcohol, el gel antibacterial y los cubrebocas comenzaron a escasear. Además, que batallan para conseguir verduras y otros alimentos, que subieron de precio.

Por ejemplo, indicó que regularmente una docena de huevo se adquirían en 10 dólares, y ahora se triplicó, pues está en 30 dólares.

Estimó que si se amplia el periodo de contingencia para después del 30 de abril, estará obligado a cerrar, porque ya no le alcanzará para cubrir los pagos de renta, luz, gas, teléfono, impuestos y salarios, pues ya comenzó a tomar dinero de sus ahorro.

Aclaró que aún no recibe nada de los apoyos anunciados por el gobierno estadunidense, “dijeron que nos iban a apoyar, nos hemos inscrito en los programas posibles, y todavía no, nadie ha recibido nada todavía. Ni siquiera en lo individual”.

Texto: Lourdes Chávez / Foto: El Sur