16 junio,2020 8:59 am

Dejan por un momento las ventas en el tianguis de Chilapa y optan por sembrar

Alfonsa Tolentino y Francisco Perales, de la comunidad de Mexcaltepec I, cambian de estrategia para poder sobrevivir los próximos meses

Chilapa, Guerrero, 16 de junio de 2020. Como desde hace cuatro años, este domingo Alfonsa Tolentino y Francisco Perales salieron en la madrugada de la comunidad de Mexcaltepec I rumbo a Chilapa a vender las blusas que elaboran en la semana.

Se levantaron antes de las 5 de la mañana, cargaron un bulto de prendas y huevos de rancho, salieron de su casa y caminaron hasta la camioneta pasajera. Viajaron una hora.

En Chilapa es domingo de tianguis, pero por la contingencia sanitaria desde el pasado 3 de mayo el ayuntamiento de Chilapa ordenó el cierre de más de mil puestos.

Aun así, Alfonsa y Francisco no han dejado de asistir al tianguis, como desde hace cuatro años. A la pareja no la ha detenido ni violencia ni desastres por fenómenos naturales.

Este domingo, Alfonsa y Francisco llegaron a las 6 de la mañana a Chilapa. Desayunaron y trazaron la ruta que siguieron hasta las 5 de la tarde ofreciendo las 38 blusas y vestidos con diseños vivos y coloridos que bordaron a mano y las docenas de huevos frescos de sus gallinas.

También hicieron una parada para mostrar por algunas horas su producto en un local que les prestan en la avenida Municipio Libre.

Alfonsa y Francisco viven en la comunidad de Mexcaltepec I, un poblado rural habitado por unas 400 personas ubicado entre la carrera Chilapa– Hueycantenango.

Francisco siembra maíz y frijol por temporadas para subsistir.

Alfonsa Tolentino, a los 15 años aprendió de su madre el oficio de la costura y hasta hace cuatro lo utiliza para mantener a su familia.

De este oficio, Alfonsa sostiene a su familia –ella, su esposo y sus dos hijos– y también las cuatro mujeres que le ayudan a bordar y la mujer que corta y cose las blusas y vestidos en una máquina.

Alfonsa y las cuatro señoras más tejen a mano las prendas. A veces, cuando no tiene trabajo en el campo, Francisco también se incorpora al bordado.

A cada blusa o vestido le dedican uno o dos días de trabajo.

Por la hechura de una blusa básica y el bordado, Alfonsa paga 30 pesos y después las vende en 80 o hasta 130 pesos. Los vestidos los ofrece en unos 300 pesos.

Francisco, además de ayudarle a vender, es su traductor del náhuatl al español.

La costura y venta de vestidos les ayuda a sobrevivir, pero sólo eso. Alfonsa y Francisco, dicen, necesitan ayuda: requieren comprar una máquina de coser, tela popelina y cuadrillé además de hilos.

Pero hasta Mexcaltepec I no ha llegado información de algún programa gubernamental para apoyar a los comerciantes en medio de la contingencia sanitaria y económica.

No vendieron nada

Alfonsa y Francisco no utilizan cubrebocas, la pareja no está atenta del avance del coronavirus en el país y Guerrero. Desconocen que en Chilapa las autoridades sanitarias han contabilizado 32 contagios y ocho muertes por Covid-19.

Lo único que tienen tangible de esta enfermedad es que sus ventas desaparecieron.

El domingo 17 de mayo, dos semanas después de la suspensión del tianguis, Alfonsa y Francisco regresaron a Mexcaltepec I con toda su mercancía, no vendieron ninguna prenda.

Cuando las ventas son buenas, Alfonsa y Francisco aprovechan y en el mismo tianguis compran lo que necesitan para su despensa, pero cuando no, su dieta se reduce a huevo, frijoles, tortillas y salsa. No les alcanza para comprar carne de res o pollo.

Este domingo sólo vendieron cinco blusas. Apenas compraron jitomate y chile verde para la semana y pagar los 60 pesos del pasaje de regreso.

“Compramos tomate, chile verde y a veces nada más dejamos unos 10 pesitos para los niños, no hay nada”, dice Francisco sobre las ventas de las últimas semanas.

Con la suspensión del tianguis, los visitantes dejaron de llegar de la ciudad. En los días buenos, vendían hasta 10 prendas.

Por ahora el tianguis no es la mejor opción para Alfonsa y Francisco, comenzaron las lluvias y la pareja decidió hacer una pausa en sus ventas; aprovecharán para arar su tierra y sembrar maíz, frijol y calabaza, con eso piensan sobrevivir los próximos meses. Regresarán al mercado a principios de julio, todo depende de que el coronavirus ceda.

Texto y foto: Luis Daniel Nava