Aunque en el reglamento se especifica que las vacantes deben ser dadas por concurso, esto no ocurre, señalan profesores
Ciudad de México, 13 de mayo de 2024. “Avientan la semilla y peléense pollos”.
Con esa frase, el profesor Carlos Barajas resume la manera irregular de asignar las plazas docentes en las escuelas profesionales del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
Aunque el reglamento vigente para la promoción de los académicos estipula que cada plaza vacante debe ponerse a concurso, en la práctica es letra muerta.
En entrevista, el consejero general del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Secretaría de Cultura (Sinitsec) explica que los directores de las escuelas están facultados para hacer una asignación directa si se presenta una vacante cuando un ciclo escolar ya ha dado inicio, con la salvedad de que, al terminar el ciclo, se debe poner a concurso, y puede participar la persona que estuvo laborando.
“Eso es lo que dice el reglamento, sin embargo, desde hace varios años no se aplica. Entonces, ¿qué sucede? Que se libera una plaza y el director o la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas (SGEIA) del INBAL la asignan de manera directa y no se pone a concurso.
“Lo que provoca es que decimos que ‘ahí avientan la semilla y peléense pollos’. Pues los allegados a los directores o a la Subdirección son los que de manera totalmente unilateral y discrecional asignan la plaza incluso a personas que no están laborando en el INBAL”, denuncia Barajas, representante de unos 200 docentes del INBAL.
Una práctica que reprueba el contratenor Héctor Sosa, docente en la Escuela Superior de Música (ESM), a quien se le negó una plaza de tiempo completo.
El cantante demanda que las plazas vacantes salgan a concurso y “no se otorguen por dedazo!”.
“Sería lo justo”, asegura en entrevista Sosa, profesor en la Academia de Canto desde 1996.
“No hay convocatorias, no se concursan las plazas y no hay respeto a las trayectorias de los maestros”.
En una carta dirigida a Lucina Jiménez, directora del INBAL, Sosa expone que al comenzar el curso escolar 2023-24 el ahora ex director de la ESM, Alfredo Antúnez, le ofreció la plaza de tiempo completo que dejaba por jubilación el pianista que acompañaba sus clases de canto.
Antúnez anunció su decisión al Consejo Académico al ponderar los méritos docentes y artísticos del cantante, y después a la Academia de Canto, una noticia bien recibida en ambos cuerpos colegiados.
Pero en enero pasado, cuando se liberó la plaza del pianista por 40 horas, el entonces director de la ESM dio marcha atrás. Argumentó que Margarita Villagómez, directora de la SGEIA, le informó de un acta administrativa en su contra, lo que impedía otorgarle la plaza.
Sin embargo, tal acta administrativa fue desechada por la Dirección de Asuntos Laborales, según consta en el oficio dirigido a Jiménez el pasado 6 de febrero del cual Reforma posee copia.
En este documento, se establece además que “por ningún motivo deberá generar perjuicio en su desempeño como trabajador” ni será impedimento para su permanencia y promoción, como los concursos de oposición.
“Pues ni chana ni juana”, responde el cantante, quien ya había cumplido con las horas de trabajo de la plaza ofrecida por Antúnez, la más atractiva de Titular C de tiempo completo.
En la misiva a la directora del INBAL, Sosa se dice dispuesto a concursar la plaza de tiempo completo, “en pos de acabar de una vez con dedazos y amiguismos” en las escuelas de la dependencia.
“La tónica que yo he visto en la escuela es ésa, todo el tiempo es de dedazo, como de la gente cercana al director, como si le caes bien. Todo es de cuates, y eso se lo digo a Lucina (Jiménez). No sé si esté enterada, si lo sepa.
“Ya son hábitos y costumbres, usos y costumbres; en el Instituto todo se da entre amigos, en lo oscurito y nos la llevamos bien: tú me ayudas, yo te ayudo. A mí me dejaron chiflando en la loma”, denuncia el contratenor, quien tiene una plaza de profesor titular C de tres cuartos de tiempo.
Barajas, por su parte, acusa cotos de poder en algunas escuelas.
“Incluso podríamos decir que hasta ciertas mafias, donde a los opositores los mantienen sin promoción ni posibilidad de una base”, plantea el consejero general del Sinitsec.
Lo que también indigna, añade, es que las mejores plazas las tengan personas que ejercen funciones no académicas, y sin que se pongan a concurso.
“Sabemos que muchas de las plazas altas la tienen trabajadores o de confianza o administrativas y son plazas docentes”, acusa el dirigente sindical, sin precisar la cantidad de plazas en este caso, pero que corresponderían a puestos directivos.
La exigencia del sindicato desde hace más de un año es que se aplique el reglamento para la asignación de plazas al ser un mecanismo dirigido a transparentar el proceso y evitar el amiguismo.
“Pero la verdad es que no lo hacen”, remarca Barajas.
El Sinitsec, junto con otros sindicatos de docentes, empuja la idea de elaborar un nuevo reglamento para el ingreso y promoción de docentes.
Mientras tanto, continúa la práctica discrecional.
Texto y foto: Agencia Reforma
