30 diciembre,2018 8:26 am

Derrumba 2018 la popularidad del “Júpiter” francés

Apenas 27% de los franceses están satisfechos con Emmanuel Macron, de acuerdo con un sondeo de la empresa BVA, el más positivo para el Presidente. Para la encuestadora Ipsos, el número de satisfechos cae al 20%.
París, Francia, 30 de diciembre de 2018. Emmanuel Macron prometió ser un presidente jupiteriano, evocando al padre de los dioses, la figura central del panteón de la mitología romana. Pero, un año y medio después de su elección, los mortales están abandonando el templo del líder galo.
La tasa de popularidad de Macron registra nueve meses de caída constante, un dato que repiten las siete principales encuestadoras en Francia.
Sólo 27 por ciento de los franceses están satisfechos con él, de acuerdo con un sondeo de la empresa BVA, el más positivo para el Mandatario. Para la encuestadora Ipsos, el número de satisfechos cae al 20 por ciento.
“Macron termina el año muy mal. Es su nivel más bajo desde que asumió la presidencia”, señaló Federico Vacas, director adjunto del departamento político de Ipsos.
“Incluso está cerca de los niveles más bajos desde que existe nuestro barómetro de popularidad presidencial, en 1997.”
Hace sólo 19 meses, el Presidente de Francia caminaba bajo la pirámide del museo del Louvre frente a miles de personas que se acercaron a celebrar su cómoda victoria en la segunda vuelta de la elección presidencial.
En esos días ya lejanos, el 62 por ciento de los franceses decían estar satisfechos con su nuevo líder, según una encuesta del Ifop publicada por el semanal JDD.
El derrumbe de su popularidad no es excepcional en la historia francesa. Luego de un año y medio de mandato, su predecesor, Francois Hollande, tenía una aprobación ligeramente peor que la de Macron.
El antecedente no es buen augurio para el actual jefe de Estado de Francia porque Hollande nunca logró recuperarse de esa caída, y se convirtió en el primer líder francés que no se presentó para un segundo mandato.
El paisaje es aún más sombrío para Macron. Del 76 por ciento de los franceses que tienen una opinión desfavorable, la mitad lo evalúa cómo “muy desfavorable”, según el sondeo de Ipsos.
“Muestra claramente el nivel de crispación entre los franceses”, agrega Vacas.
El desencanto de los ciudadanos con el Presidente comenzó en julio, cuando se destapó el llamado affair Benalla, por el apellido del ahora ex responsable de seguridad de Macron, filmado mientras agredía a dos jóvenes manifestantes durante la marcha del 1 de mayo pasado.
“Esa caída de la popularidad se aceleró a principio de noviembre con los chalecos amarillos. Primero entre los sectores populares y rurales, pero en diciembre el descontento se desbordó alcanzando las categorías medias y medias altas”, explica Vacas.
La pérdida del poder adquisitivo está en el centro de la cólera contra el Ejecutivo.
La subida del precio del barril del petróleo llegó en el peor momento, cuando el gobierno acababa de anunciar una nueva tasa a los combustibles. Y, a partir de enero, el impuesto a las ganancias será directamente deducido del salario mensual, en vez de hacer un pago anual como hasta el momento. Los franceses verán entonces una baja en el sueldo neto, una percepción de la caída del poder adquisitivo que podría complicar las cosas para la imagen de Macron.
“Los problemas de comunicación del gobierno es uno de los factores que explican la baja de la popularidad. Los franceses sienten que el gobierno está desconectado con la realidad”, dice Vacas.
En septiembre, el Presidente le había respondido a un joven horticultor desempleado que para conseguir trabajo había que “cruzar la calle” e ir a un restaurante.
En otro intento fallido, el ministro de Hacienda, Gerald Darmanin, dijo entender lo difícil que es vivir con sólo 950 euros (unos mil 086 dólares) si “un restaurante parisino cuesta alrededor de 200 euros (228 dólares)”. Una cifra muy alejada de la realidad cotidiana de los franceses.
Macron tiene todavía tres años para intentar reformar Francia, como lo prometió en su campaña, y reconquistar al pueblo francés.
Luego de las violentas manifestaciones de los chalecos amarillos, el gobierno dio marcha atrás con el impuesto a los combustibles y anunció un aumento del salario mínimo. Pero, una gran parte de la sociedad francesa lo considera todavía como un gobierno de ricos y para ricos. Cambiar esta imagen quizás sea una de las más duras batallas que deberá dar el Presidente jupiteriano.
Texto: Mario Alberto Rivera Gaona / Agencia Reforma
Foto: Archivo El Sur-EFE
Ex guardaespaldas de Macron aún usa
pasaportes diplomáticos para viajar
Y en Parí, este domingo se dio a conocer que el exguardaespaldas de la Presidencia francesa que fue despedido por agredir a un manifestante durante la Marcha del Día de los Trabajadores, Alexandre Benalla, ha reconocido que sigue empleando pasaportes diplomáticos para viajar y que los devolverá inmediatamente a pesar de que las autoridades aseguran que se lo han solicitado dos veces.
En declaraciones al Journal du Dimanche, Benalla ha asegurado que nunca se ha aprovechado de estos documentos oficiales en su nuevo trabajo de “asesor”. “Es posible que me haya equivocado al usarlos, pero quiero dejar claro que lo hice por mi propia comodidad, para facilitar mi paso a través de los aeropuertos”, ha explicado.
Sobre las dos peticiones de devolución que le hizo el gobierno, Benalla ha asegurado que llegó a entregar sus dos pasaportes diplomáticos en agosto, pero que volvió a recibirlos de manos de “un miembro del personal del presidente” en octubre.
“Estoy convencido de que la justicia podrá poner fin ahora a los rumores y las insinuaciones sobre mi persona, y espero ser considerado un ciudadano común, ni más ni menos”, ha agregado.
El exguardaespaldas de Macron está siendo sometido a una investigación judicial y hay además comisiones de investigación en las dos cámaras del Parlamento sobre la gestión que hizo la Presidencia francesa de todo este asunto.
En julio, Benalla admitió que hizo “una tontería enorme” al acudir a esas protestas y aseguró que cree que el mandatario galo todavía cree en él. “Es alguien que tenía y creo que tiene todavía, pienso yo, confianza en mí, en mi acción a diario”, manifestó.
Texto: Europa Press