20 mayo,2018 8:35 am

Desesperado, el PRI quiere sobrevivir a base de su voto duro

Tras el débil relanzamiento de la campaña del candidato presidencial de la coalición Todos por México, José Antonio Meade, y frente al arranque de las campañas en los 30 estados donde habrá elecciones locales, la dirigencia nacional del PRI, encabezada por René Juárez Cisneros, comenzó a operar para asegurar el voto duro priista, estimado en poco más de 6 millones de sufragios, y atraer el de los indecisos –que según algunas encuestas sería de 28 millones–, para evitar caer hasta el tercer lugar, incluso en el Congreso de la Unión.

José Gil Olmos / Agencia Proceso
Foto: Cuartoscuro
Ciudad de México. A partir de que asumió la dirigencia del Partido Revolucionario Institucional el viernes 4, René Juárez Cisneros se ha dedicado a viajar por diversas partes del país con la intención de inyectarle ánimos a la militancia y simpatizantes, que se sienten desalentados porque José Antonio Meade Kuribreña sigue en tercer lugar en las encuestas.
“No hay espacio para lamentarnos, para ponernos de rodillas, para echarnos para atrás, para bajar la mirada. No hay tiempo ni espacio para pensar en lamentaciones, para justificar por qué no se hacen las cosas”, reclamó en su gira por Ciudad Victoria, Tamaulipas, el viernes 18, en plena campaña por recuperar la confianza de los priistas.
Dijo que en 37 días va a recorrer todo el país dándole más importancia a los estados de mayor peso electoral y luego hará 17 cierres de campaña.
“No llegué al PRI para estar aplastado en un sillón escuchando lamentaciones; es tiempo de dejar de pelear para dedicar el tiempo a ganar, es tiempo de dejar de confrontar, de descalificar; es tiempo de que todos hagamos algo juntos. Nadie va a venir a decirnos lo que debemos hacer; si cada quien hace su parte podemos salir adelante”, sostuvo.
El exgobernador de Guerrero es un personaje ligado al grupo político de Enrique Peña Nieto, por medio de Arturo Montiel, quien lo recomendó ante Miguel Ángel Osorio Chong para hacerlo subsecretario de Gobernación.
El guerrerense llega al PRI a la mitad de la campaña por la Presidencia, como nunca antes se había hecho. Un cambio que –explicó José Antonio Meade en la ceremonia de toma de posesión de Juárez Cisneros– es para que el partido y su equipo caminen sobre el mismo riel, sobre todo porque en las encuestas publicadas antes del segundo debate, el candidato de la alianza PRI, PVEM y Panal sigue en tercer sitio, muy por debajo de Andrés Manuel López Obrador, que lo aventaja por 20 puntos, y de Ricardo Anaya, que lo supera en 10 puntos.
Esa distancia parece difícil de remontar, porque si la elección rebasa 60% de la votación general, cada punto porcentual representa entre 600 y 650 mil votos. Es decir, que López Obrador aventaja a Meade por más de 12 millones de votos y Anaya, por más de 6 millones, aproximadamente.
El lastre del PRI
Dulce María Sauri, ex presidenta del PRI, ex gobernadora de Yucatán y actual candidata a diputada plurinominal, ve con cautela las encuestas que ponen a Meade en tercer lugar y advierte que hay una población de indecisos.
“Es muy difícil en estos momentos tener un pronóstico sobre resultados electorales porque hay un gran sector de la opinión pública que no ha logrado ser capturado por las distintas encuestas de opinión. Hay un agujero negro todavía en cuanto a la intención de voto y de pronósticos electorales”, sostiene en entrevista.
Para Sauri, el cambio de la dirigencia en el PRI se da en un momento en que adquiere una nueva dinámica y protagonismo la estructura de la militancia priista: “Se ve a todas luces, con los nuevos nombramientos, que se quiere redoblar el esfuerzo de las estructuras priistas tradicionales, como son los comités seccionales, distritales, las estructuras y movimientos territoriales. Queda muy claro que en muchas partes del país hay una pelea cuerpo a cuerpo entre los adversarios y creo que la dirigencia nacional está haciendo lo conducente para el mejor desempeño en el territorio del PRI”.
En este mismo sentido Juárez Cisneros habló ante los priistas de Tamaulipas, entidad gobernada por el panista Francisco García Cabeza de Vaca, de no dejarse ante nadie y de remontar esta situación de desventaja, de no avergonzarse de los errores de otros priistas que abusaron del partido.
“Cuando alguien nos señale y nos quiera arrinconar y ofender, no lo permitamos, porque se equivocan los hombres o las personas, no el partido, no las instituciones, y si hay hombres que cuando tuvieron responsabilidad le fallaron a la gente, fallaron los seres humanos, no la institución. La institución es noble, tiene principios, tiene historia, la institución no camina sola, la tiene que orientar un hombre o una mujer; y si esa orientación, ese camino, ese sendero se tuerce o se desvía, no es culpa de la institución; nuestro partido es una organización política que es fundamental, piedra angular de la grandeza de México. No nos avergoncemos. Si alguien falló, que asuma su responsabilidad, pero que no nos culpen a todos de los errores de otros.”
(René Juárez Cisneros y José Antonio Meade Kuribreña, el 3 de mayo pasado, cuando el primero tomó las riendas del PRI nacional. Foto: Cuartoscuro)