11 abril,2024 9:00 am

Destaca mexicana en estudio molecular hecho en colaboración con el MIT

 

Ciudad de México, 11 de abril de 2024. Al poco tiempo de su egreso de la carrera de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), la regiomontana Diana Victoria Vera alistó sus maletas para trabajar en la reconocida Mayo Clinic, en Estados Unidos.

Tres años después, y desde el laboratorio de Jacksonville, Florida, la vecina de San Nicolás es parte del equipo de 20 investigadores que descubrió la identidad molecular de células afectadas en la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la degeneración lobar frontotemporal (DLFT).

Se trató de una colaboración con académicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Los resultados de la investigación, titulada Single-cell dissection of the human motor and prefrontal cortices in ALS and FTLD (Disección unicelular de la corteza motora y prefrontal humana en ELA y DLFT), fueron publicados en la revista de ciencias básicas CELL el 22 de marzo de 2024.

“La esclerosis lateral es una enfermedad degenerativa que no tiene tratamiento y su diagnóstico es muy difícil porque no hay marcadores (Indicación de un padecimiento) que podamos detectar”, dice vía Zoom la joven, de 31 años.

“Esto se debe a que todavía no se conoce la enfermedad a nivel molecular”.

El aporte, indica Vera, es que el equipo logró descifrar la patología de la ELA utilizando la Inteligencia Artificial (IA).

“Generamos un modelo de inteligencia artificial que nos ayudó a analizar las células nerviosas, las neuronas, y encontramos los mecanismos moleculares patológicos”, explica.

El equipo presentó un mapa detallado que muestra cómo se ven las células cerebrales de quienes padecen estas enfermedades en comparación con personas sanas.

Ahí descubrieron que las células afectadas tienen mayor cantidad de genes que aumentan el riesgo de aparición de estas enfermedades y que hay un patrón común de debilidad entre varias partes del cerebro y las células nerviosas.

“Tal vez sin inteligencia artificial hubiera sido muy difícil hacer un análisis extensivo de las neuronas para encontrar estos componentes moleculares.

“Ahora la inteligencia artificial nos ayuda a comprender esta patología. Es una herramienta muy prometedora en cualquier campo de la ciencia”, afirma.

 

Vence el temor

La joven, graduada como médico cirujano y partero en 2019, sigue el ejemplo del doctor Guillermo Elizondo, actual director de investigación de la UANL, y el reconocido neurocirujano Alfredo Quiñones-Hinojosa.

Ambos médicos son mexicanos y migrantes, como Diana.

“Se siente muy gratificante saber que eres mujer, mexicana, que y estás haciendo ciencia fuera de tu país”, señala.

“A veces uno piensa que no es posible, que es muy difícil, pero una vez que estás aquí (en el extranjero) ves que sí se puede”.

La investigadora cuenta que, al principio, se avergonzaba de hablar en inglés con sus compañeros, pero pronto descubrió que Mayo Clinic es muy diverso.

“Me daba miedo hablar porque pensaba ‘es que suena mal’, ‘me van a ver mal’ o ‘no entenderán lo que digo’, pero vas perdiendo el miedo y empiezas a comunicarte.

Mayo Clinic tiene su sede en Rochester, Minnesota, pero hay sedes -hospitales y clínicas- en Jacksonville, Phoenix, Scottsdale, Iowa y Londres.

La organización suele aparecer en los primeros lugares de los mejores hospitales de Estados Unidos por sus especialidades médicas.

“Obviamente fue algo muy atrevido soñar con trabajar en esta institución, pero yo decía: ‘El no ya lo tengo’, entonces tengo que seguir trabajando para estar al nivel y que esta puerta se abra.

“Y se abrió y llegué acá (a la sede de Jacksonville)”, dice.

 

Texto y foto: Agencia Reforma