17 abril,2020 10:41 am

Detiene la pandemia la lucha pero sigue la esperanza, dice uno de los padres de los 43

La información más reciente que tienen del gobierno federal es que en Cocula hallaron tres escondites y en uno de ellos estuvieron retenidos algunos de los jóvenes, informa Bernardo Campos Santos

Tixtla, Guerrero, 17 de abril de 2020. La pandemia de Covid-19 detuvo las actividades de lucha para exigir la presentación de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, pero sigue la esperanza de encontrarlos, dijo la tarde de este jueves el padre de uno de los desaparecidos, Bernardo Campos Santos.

La información más reciente que tiene del gobierno federal, es que en Cocula hallaron tres escondites y en uno de ellos estuvieron retenidos algunos de los jóvenes.

Su esperanza se mantiene, dice, porque en la última reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador, éste les prometió que el ex procurador de la República, Jesús Murillo Karam; el ex director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Tomás Zerón de Lucio, y el ex comisionado general de la Policía Federal, Enrique Galindo, iban a declarar ante un juez.

En su casa, relata que sus actividades de albañilería, de cocina, venta de mezcal, de riego, atención a rábanos y cilantros, lo mantienen activo en casa. Sufre de carencias, pero está seguro de que va a encontrar a su hijo José Ángel Campos Cantor.

Se le preguntó qué avances hay en el caso Ayotzinapa y cuáles fueron las actividades en busca de los 43, antes del llamado a quedarse en casa para contener la pandemia de coronavirus, y relata, como viviéndolo, el desalojo en Chiapas. Dijo que esa fue una de las represiones más duras que han sufrido en el movimiento, por la presentación de los 43.

Esa agresión dejó como más grave saldo a un joven en coma, Juan Antonio Flores García, de 18 años, quien ya está estable.

En esta cuarentena, debida al Covid-19, “me la paso en la casa, puse lámina de asbesto, sembré rábanos, cilantro, cuido a mi becerra. Tengo comunicación con algunos padres, pero está todo parado por causa del virus”.

De las charlas con el gobierno federal, dice: “Nos preocupaba que no llegaban los expertos independientes, luego supimos que por internet hubo una reunión y que se integró el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) a la investigación. Estoy seguro de que el comité de padres que se formó, ya tiene la información de los avances, y que nos va a decir cómo van las pláticas”.

–¿Cómo le va con la pandemia?– se le preguntó.

–Me siento triste de que no salimos. Creo que estamos dejando la organización, mi temor es que nos vayan a dejar las organizaciones sociales, porque ya nadie sale (a las calles), ni las organizaciones de derechos humanos.

“Todo está parado y está mal. Lo veo mal, porque nos estamos atrasando en saber la verdad, pero espero que siga la comunicación por internet. Los papás ya tenemos a nuestros representantes y estoy seguro de que están trabajando en eso. Tengo fe, porque veo a todo el gobierno con nosotros, nos apoya (Alejandro) Encinas, de derechos humanos; el de Relaciones Exteriores, (Marcelo) Ebrard; la secretaria (Olga Sánchez) Cordero; el presidente (Andrés Manuel López Obrador). Yo tengo fe, y cuando pase la pandemia vamos a seguir luchando”.

El papá, que ronda los 60 años, tiene diabetes y los médicos le dicen que se cuide, pero “me preocupo más por ellos que por mí. Yo no tengo miedo, veo que no agarra parejo, veo que al que le tocó le tocó”.

Para sobrevivir vendió su casa, “de eso vivo, me la están pagando, porque no hay trabajo. Cuando me falta, mando a pedir un abono”.

“Además de lo que siembro, mi esposa vendió comida en la cuaresma, pero ese dinero es de ella, ella sabe”.

Aseguró que su lucha por los 43 va a seguir, que es su responsabilidad como padre. Perdió dos dedos debido a la diabetes y sus constantes marchas, “se me tostó el pellejo, me dijeron que me pusiera tenis, pero yo andaba con huaraches”, relata.

Texto: Rosendo Betancourt Radilla / Foto: Lenin Ocampo Torres