10 agosto,2018 6:15 am

Día Internacional de las Poblaciones Indígenas

Margarita Warnholtz
 
Ayer 9 de agosto se celebró el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas. Hubo conferencias, foros, presentaciones de libros, lecturas de poesía, jornadas de reflexión y cuanto evento se nos pueda ocurrir en diversas partes del país y en todo el mundo. Tanto funcionarios como líderes indígenas organizaron y participaron en diversas actividades.
Está bien que se conmemore, que se recuerde aunque sea una vez al año que los pueblos indígenas existen y son importantes, etc. Pero ¿de verdad hay motivos para celebrar? Basta ver las noticias de las últimas semanas, para no irnos más atrás, y de nuestro país, para no irnos más lejos, para darnos cuenta de que no hay muchos motivos de celebración o que la celebración termina siendo un acto de hipocresía, pues mientras se festeja y se alaba a los pueblos, continúan violándose sus derechos y siguen siendo los más marginados y discriminados.
En Guerrero, recientemente se reformó el artículo 14 de la constitución política estatal, desapareciendo a las policías comunitarias y rurales. El reconocimiento constitucional de estas policías fue producto de una larga lucha de los pueblos indígenas y ahora se los quitaron de un plumazo. Además, parece haber una campaña mediática contra estas fuerzas ciudadanas indígenas e intenciones de desaparecerlos, a pesar de que han resguardado exitosamente la seguridad en las regiones donde operan.
En Oaxaca continúan los asesinatos de activistas y líderes indígenas. El 17 de julio fue ejecutado Abraham Hernández González, coordinador regional del Comité de Defensa de los Derechos Indígenas en San Pedro Pochutla. El 22 de julio fue asesinado Rolando Crispín López, quien era integrante de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio y de la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco, organizaciones que están luchando contra la empresa Eólica del Sur.
En San Luis Potosí Pemex pretende comenzar a realizar operaciones de fracking sin consultar a las comunidades que serán afectadas. Los pueblos ya están protestando.
En la Ciudad de México indígenas triquis y mazahuas bloquearon hace unos días la avenida México-Coyoacán para exigir que les cumplan acuerdos realizados hace seis años sobre la construcción de viviendas para ellos. Los medios de comunicación notificaron el bloqueo como una molestia para los automovilistas, pero no se preocuparon por averiguar qué es lo que estaban solicitando los manifestantes y por qué tomaron esa medida.
Estos son sólo algunos ejemplos. La lista es larga y habría que agregarle la situación de empobrecimiento en que se encuentran los pueblos indígenas en nuestro país y en el mundo, la discriminación de que son objeto y un largo etcétera.
Al festejar el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas, los indígenas celebran los derechos que han conquistado a través de años de lucha, de muertos, desaparecidos y encarcelados, celebran que no han logrado extinguirlos. Y aprovechan la fecha para recordarnos a todos que ahí están y ahí seguirán. Pero los grandes festejos que se inventan las instituciones, nacionales e internacionales, son, repito, un acto de hipocresía.