15 mayo,2024 6:00 am

Discuten la pertinencia de la lucha armada en la presentación de un libro en Chilpancingo

 

Chilpancingo, Guerrero, a 15 de mayo de 2023.- La presentación en Chilpancingo del libro La Revolución Imposible de Julio César López fue el pretexto para avivar el debate acerca de la pertinencia de la lucha armada en el contexto de un presidente de México “social demócrata”, del pragmatismo de Morena y del control de organizaciones criminales de la vida de en la mayoría de las regiones de Guerrero.

“El hartazgo de la gente tiene límites, es muy posible”, replicó el ex guerrillero Jacobo Silva Nogales, quien en la clandestinidad era conocido como comandante Antonio, fundador del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI).

Destacó la lucha de José Luis Orbe Mesino, también conocido como Omar Guerrero Solís, o comandante Ramiro, también del ERPI, quien fue el precursor de la lucha de los pueblos contra las organizaciones criminales en la entidad, quien “logró que en su región no entrara el crimen organizado”.

El comandante Ramiro fue asesinado por paramilitares en 2009.

A las 12:15 horas de este martes en la sala principal del Palacio de la Cultura de Chilpancingo, se presentó el libro del periodista chiapaneco Julio César López Arévalo La Revolución Imposible (Grupo Azul, 2023).

“Es una novela de amor y guerra, así como el reconocimiento a los luchadores sociales que han arriesgado su vida para cambiar las condiciones de vida de una sociedad pobre y abandonada”, calificó el autor.

Al acalorado espacio llegaron alrededor de 100 estudiantes, periodistas, académicos, profesores, ex militantes de izquierda y de la guerrilla.

Por curiosidad hasta llegaron políticos de Morena, ahora funcionarios del gobierno del estado, como David Loma Hernández, pero luego se retiraron.

También estuvo el estudiante sobreviviente de Ayotzinapa, Luis Uriel Gómez, colaborador de otro normalista, el diputado plurinominal de Morena, Manuel Vázquez Arellano.

López Arévalo cubrió la primera conferencia de prensa que se dio en 1996, un año después de la masacre de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas el 28 de junio de 1995.

La obra fue comentada por Jacobo Silva Nogales, el moderador fue el fotoperiodista de El Sur, Lenin Ocampo. Al final el fotógrafo José Luis de la Cruz, también trabajador de esta casa editorial, regaló fotografías al escritor y al ex guerrillero.

Jacobo Silva de 66 años es oriundo de Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca, e hijo del carpintero Florentino Silva.

En la presentación del libro “La revolución imposible” del periodista Julio César López y comentado por el ex comandante “Antonio” del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) Jacobo Silva en el lobby del Palacio de la Cultura. Foto: Jessica Torres Barrera

Estudió en una preparatoria vocacional del Instituto Politécnico Nacional en la Ciudad de México y se incorporó a la guerrilla a los 18 años. Luego de tres meses de intentar sin éxito armar columnas armadas en otra entidad, junto a sobrevivientes de la lucha de Lucio Cabañas, se trasladó a Guerrero en 1979.

Permaneció y luchó en la clandestinidad 20 años como militante del Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo (PROCUP), integrante del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y fundador del ERPI.

El comandante Toño fue detenido y torturado el 29 de octubre de 1999. Fue recluido durante 10 años en el penal de alta seguridad de Almoloya de Juárez.

Del autor de La Revolución Imposible, Jacobo Silva dijo que es hermano de dos militantes de izquierda, uno de ellos también periodista, Fredy, asesinado en San Cristóbal de las Casas, Chiapas en 2021, y otro hermano, José López Arévalo, personaje del libro y quien murió a causa de un cáncer.

Dijo que Julio César López se destaca porque en el periodismo se dedicó a escribir sobre el movimiento armado radical.

“Se enfoca a cubrir lo que el Estado llamó la guerrilla mala, por contraposición a la guerrilla negociadora del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)”.

Dijo que cuando surgió el EPR, el EZLN ya tenía dos años de haber aparecido.

“Con el EZLN se podía negociar, platicar, dialogar, y con el EPR no, así que se hizo tajante la división entre la guerrilla”.

La obra, dijo, revela datos interesantes e intrigas de la izquierda del movimiento armado, “es rico en información y sirve para futuras investigaciones académicas”.

“Es un libro con un abordaje periodístico, no académico. Interesante porque no se limita a dar voz a un solo protagonista, sino que presenta versiones encontradas de líderes acerca de lo que vivía en la clandestinidad”.

Dijo que la narración también ofrece una lectura entre líneas que un lector con un poco de reflexión entenderá su significado.

El libro, añadió Jacobo Silva, se centra en el comandante Francisco y en una musa llamada Helena, “es un entrecruzamiento de historias de lucha, conflicto interno y amor”, apuntó.

El autor del libro expresó que conoció al Comandante Toño con el rostro cubierto, “estoy nervioso por tanta felicidad”.

Dijo que siendo estudiante de sociología intentó sin éxito ingresar al PROCUP.

Lo rechazaron, dijo, porque su hermano José López Arévalo a quien en el libro describe como “dordito de espejuelos” recién había declinado a su militancia.

“Serví más como periodista, de militante no hubiera aguantado”, consideró.

El título del libro, reveló, es pretencioso y provocador a las diferencias internas de las organizaciones de izquierda en el país, o dicho en palabras chiapanecas, “así no se pinches puede”.

También dijo que se sorprendió al conocer que el país precursor de los vuelos de la muerte para exterminar a simpatizantes e integrantes de la guerrilla de los 60 y 70, fue México.

López Obrador no es de izquierda, sino un nacionalista revolucionario

La discusión se abrió cuando se dio participación al público. Sergio Morales Carmona, del Partido Popular Socialista preguntó acerca de una táctica ante la llegada de Claudia Sheinbaum al poder.

En ese momento el escritor del libro mostró su simpatía con la política del presidente Andrés Manuel López Obrador, que dijo no es de izquierda sino un nacionalista revolucionario.

Dijo que ahora el Ejército ya no reprime y que ve esperanzas en la elección del 2 de junio cuando por primera vez México tendrá a una mujer presidenta, que viene de una militancia de izquierda.

El maestro de la CETEG, Filemón Sánchez y el estudiante de sociología, Carlos Fonseca se refirieron al ex gobernador Rogelio Ortega Martínez, quien se asume como guerrillero de la década de los 70.

Lo calificaron como un oportunista que llegó a ser nombrado gobernador interino gracias a la tragedia de los estudiantes de Ayotzinapa de 2014.

El periodista Sergio Ocampo Arista cuestionó al autor y al ex guerrillero, si es pertinente una lucha armada en la actualidad con un país militarizado, miles de desaparecidos, un presidente que no cumplió a los padres de Ayotzinapa y el acecho de las mineras y los grupos criminales en la mayor parte del territorio del estado.

“La revolución siempre es posible porque siempre es necesaria. Ahora mucho más que antes porque hoy es difícil identificar al enemigo”, contestó el comandante Toño.

Añadió que hace 50 años había mil 500 desaparecidos y ahora existen más de 100 mil personas de las que se desconoce su paradero, además de cientos de miles de asesinados.

“La violencia se justifica y es necesaria. Es parte de la necesidad de defenderse, antes te reprimían, ahora te matan, te desaparecen, prostituyen y venden tus órganos. La necesidad de armarse ahí está, pero es más difícil, es más peligroso”.

“Si estuviera en mis buenos tiempos, estuviéramos ahí”, dijo Jacobo Silva.

También se abrió un espacio para que el ex guerrillero hablara de la vida y lucha del comandante Ramiro a quien conoció cuando tenía 14 años, junto al adolescente Miguel Ángel Mesino, en una reunión en la sierra en 1987.

Narró su trabajó en la Tierra Caliente haciendo conciencia y reclutando gente a su causa, además de la participación de las mujeres en la guerrilla.

“Sólo una región se defendió del narco, la del comandante Ramiro, que aunque sólo tenía estudios de primaria vio y entendió que era necesario defenderse de un nuevo enemigo”.

El crimen aprendió de la guerrilla

Jacobo también puntualizó la diferencia entre la policía comunitaria de la CRAC que dijo obedece a un pueblo y a una asamblea, y a las autodefensas que surgen de manera improvisada y son las que más infiltración tienen de criminales.

“El crimen aprendió de la guerrilla. Cumplen las necesidades del pueblo, pero luego los someten y crean sus propios grupos de autodefensa”, dijo.

También habló de las 17 características del ideario del maestro normalista y comandante guerrillero Lucio Cabañas, conocidas como El Cabañismo o El Pobrismo que llegó a reclutar hasta 150 comunidades.

Entre ellas destacan la formación de columnas armadas, la creación de asambleas y comisiones y el espíritu conciliador entre los pueblos, no así con el Estado.

En otra parte de las intervenciones Hugo Herrera, de la organización Hacia el Poder Popular, consideró al presidente Andrés Manuel López Obrador como un “Social- demócrata”, “que es la cara bonita del capitalismo y que ha retrasado la revolución porque mucha gente le cree”.

El escritor y ex militante del PRD, José Francisco García Gonzáles, conocido como El Chery, denunció que las autoridades municipales, los precios de la canasta básica, la extorsión, las policías comunitarias como la del Fortín en Tixtla y el saqueo de los recursos naturales en las regiones Tierra Caliente, Norte y Centro del estado están controladas por las organizaciones criminales.

Advirtió que si esta situación no se detiene podría haber una guerra civil.

“El hartazgo de la gente tiene límites, es muy posible”, replicó el comandante Antonio.

Texto: Luis Daniel Nava / Foto: Jéssica Torres Barrera