19 noviembre,2018 6:49 am

Disparan a desplazados de la sierra que volvían a sus pueblos; regresan al refugio en Chichihualco

El retorno de los desplazados de Filo de Caballos y otras comunidades del municipio de Leonardo Bravo (Chichihualco) a sus pueblos fue frustrado por policías comunitarios de Heliodoro Castillo el sábado, después de un tiroteo entre Los Morros y Campo de Aviación por donde pasaba la caravana.
Leonardo Bravo, Guerrero. El retorno de los desplazados de Filo de Caballos y otras comunidades del municipio de Leonardo Bravo (Chichihualco) a sus pueblos, fue frustrado por policías comunitarios de Heliodoro Castillo el sábado, después de un tiroteo entre Los Morros y Campo de Aviación por donde pasaba la caravana.
El gobierno estatal no cumplió su compromiso de que replegaría a los policías comunitarios que tienen tomado Filo de Caballos, para que las familias desplazadas regresaran sin riesgos.
La noche del sábado, el gobierno del estado emitió un comunicado en el que dice que lo sucedido el sábado cuando se trasladaba la caravana de desplazados a Filo de Caballos fueron disparos al aire, y que no existieron personas lastimadas o agredidas.
Por falta de garantías de seguridad, los desplazados regresaron la noche del sábado al auditorio municipal de Chichihualco, y ayer permanecían en esta cabecera municipal en donde denunciaron que el gobierno estatal pretendía “entregarlos” el sábado a los comunitarios, que los sacaron de sus pueblos hace 8 días.
El sábado la caravana de desplazados de la sierra de Leonardo Bravo fue atacada a balazos con armas de alto poder por civiles armados que dispararon desde los cerros, a unos 2 kilómetros de la comunidad de Los Morros, cuando pretendían regresar a sus comunidades.
Reporteros de diferentes medios de comunicación, funcionarios del gobierno del estado encabezados por el subsecretario de Asuntos Políticos, José Martín Maldonado del Moral y el coordinador en Guerrero de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Hipólito Lugo Cortés, acompañaban a las familias con el resguardo de dos camionetas del Ejército y cuatro de la Policía del Estado cuando intentaban llegar a la comunidad Campo de Aviación.
Este sábado al mediodía más de 70 carros particulares en los que viajaban los mil 800 desplazados por la violencia, entre niños, mujeres, adultos mayores y hombres que se refugiaron una semana en la cabecera municipal de Chichihualco, intentaron regresar a sus comunidades a través del camino de terracería que conduce a la comunidad Los Morros, ubicada a 24 kilómetros.
La caravana era custodiada por dos camionetas del Ejército y 12 camionetas de la Policía del Estado, pero a pesar de que el gobierno se comprometió a brindar la seguridad con el Ejército al llegar a la carretera estatal que conduce a Los Morros, no había ningún convoy esperando a los desplazados.
En la entrada de Los Morros una de las tres comunidades donde se forzó a las familias a salir estaba un grupo de policías comunitarios que esperaban la llegada de la caravana, mientras que delante de la cancha había otras dos camionetas de militares.
Antes de salir de Chichihualco un mando del Ejército aseguró que había seguridad por todo el camino, y que en el crucero al que se llegaría a través de la carretera de terracería estaba un convoy de apoyo.
También aseguró que la operación había 120 soldados que estaban protegiendo todo el camino, e inclusive estaban resguardando la comunidad de Filo de Caballos, pero durante el camino no se vieron retenes militares o circulación de más carros el Ejército.
El ataque
A las 2:10 de la tarde de este sábado la caravana en la que al frente iban soldados del Ejército y policías del estado seguidos por reporteros de diferentes medios de comunicación, entre ellos El Sur, fue atacada con armas de alto poder desde los cerros, al parecer los disparos correspondían a un fusil AK-47 Cuerno de Chivo.
Se escuchó un primer disparo seguido de tres ráfagas de unos 30 tiros que provenían del lado derecho de la carretera estatal, a menos de 50 metros de los carros.
“Tírense al piso y cúbranse” se escuchó gritar a un colega al momento de la primera ráfaga, enseguida todo fue un caos porque no se sabía de donde provenían los disparos, y algunos escuchaban el zumbido de las balas.
De manera inmediata efectivos de las dos corporaciones se bajaron de las patrullas cortaron cartucho y se apostaron en distintas direcciones buscando de donde provenían los balazos, pero en ningún momento respondieron la agresión.
La camioneta blindada en la que viajaba el subsecretario Maldonado del Moral dio la vuelta para regresar a la comunidad de Los Morros ante la advertencia de un reportero que le hizo señas del ataque a balazos, con él se regresaron periodistas, personal de la CNDH y las familias desplazadas.
En el lugar donde fue el ataque a la caravana los reporteros restantes se resguardaron entre sus carros, esperando las indicaciones de los policías y militares. Unos 15 minutos después se dio la orden de seguir y se avanzó por unos 30 minutos más hasta llegar 100 metros antes de la comunidad Campo de Aviación.
Metros antes de llegar a la comunidad efectivos militares y de la policía estatal detuvieron la marcha porque vieron a otro grupo de hombres armados apostados en el cerro en la entrada a ese poblado, incluso se escuchó cuando un mando les gritó que se bajaran, pero no acataron la orden.
En el lugar se esperaron otros 15 minutos más hasta que los policías estatales enviaron una patrulla rumbo a Los Morros, a la que se le pidió el resguardo para los reporteros, pero el mando estatal indicó que se dirigiera con prisa sin esperar.
Cuando los carros avanzaban a paso lento con los efectivos a ras de piso, a uno de los soldados se le escapó un balazo, por lo que fue reprendido al no colocarle el seguro a su equipo.
Al lograr regresar a la comunidad de Los Morros donde estaban las ocho camionetas de la Policía del Estado restantes, así como otras dos del Ejército, se abordó al subsecretario de asuntos políticos, Maldonado del Moral quien había logrado regresar en su camioneta blindada de manera inmediata al suscitarse el ataque.
En declaraciones el funcionario con un semblante de nerviosismo y tembloroso informó que el mando del Ejército que se encontraba en Filo de Caballos lo llamó para que encabezara una negociación con el grupo de civiles armados.
“Vamos a ver qué nos dicen, la autoridad militar y posteriormente tomaremos una decisión, vamos a regresar con la información para tomar una decisión”, agregó.
Enfatizó que el acuerdo “está muy trabado”, porque el grupo apostado en la parte superior de la sierra han mantenido su postura de “permanecer”.
A pesar del ataque no se colocaron retenes sobre la carretera Los Morros- Xochipala, incluso ni en el entronque conocido como Casa Verde a pesar de los hechos registrados; dos horas después del ataque iban subiendo un camión y tres camionetas de Ejercito rumbo a Los Morros.
Los Morros
A la 1:30 de la tarde la caravana con los desplazados llegó a la primera comunidad de donde fueron sacados bajo amenazas, ahí se pudo ver que el pueblo estaba completamente abandonado, algunas casas tenían las luces encendidas.
La gente originaria de ahí se dispuso a bajar sus cosas e ingresar a sus casas para revisarlas, mientras que autoridades del gobierno del estado junto con los comisarios y el alcalde de Chichihualco, Ismael Cástulo Guzmán se reunían para definir se continuaba rumbo a Filo de Caballos y Campo de Aviación.
Ante la decisión de avanzar se optó porque al frente irían dos camionetas del Ejército intercaladas con policía del estado y seguidas por los reporteros que viajaban en sus propios carros, y después los funcionarios del estado.
CNDH
El coordinador en Guerrero de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Hipólito Lugo Cortés señaló que tras el ataque registrado se demuestra que en las tres comunidades no hay condiciones para que la población permanezca.
“Ahorita que veníamos aquí en la comunidad escuchamos las detonaciones de arma de fuego, lo que resulta preocupante, y lo que resulta aún más preocupante para las personas es que no hay las condiciones para que las personas regresen a sus lugares y es aquí donde las autoridades del estado deben tomar cartas en el asunto”, enfatizó.
Consultado tras los hechos, Lugo Cortés puntualizó que incluso las autoridades federales al frente de dicho operativo deben de considerar y antes de que se hiciera noche regresen a Chichihualco o incluso a Chilpancingo.
“De lo contrario se las personas se quedan acá son otras inclemencias del tiempo y además hay niños y mujeres y por eso se les comentaba a las propias autoridades del regreso de la gente desplazada bajo la seguridad necesaria”, agregó.
Insistió que desde su particular punto de vista como está la situación en la sierra no es conveniente que los desplazados se queden o regresen a sus comunidades, más porque se dio un hecho de violencia incluso ante la presencia de la seguridad.
Indicó que en este caso existe una responsabilidad compartida por parte de los tres niveles de gobierno, para propiciar las condiciones de seguridad de los habitantes de las comunidades.
“Hasta en tanto, no estén las condiciones dadas para que regresen en cuestiones de seguridad de su vida y su integridad o sus propiedad y salud, se debe de actuar con madurez sobre todo porque hay mujeres y niños”, enfatizó.
Querían entregarlos
El coordinador de los desplazados, Mario Palacios Salgado, informó ayer que el sábado después de la reunión en Filo de Caballos con militares y los representantes de los comunitarios de Heliodoro Castillo, el subsecretario Maldonado del Moral no les informó de los acuerdos.
Sólo les pidió que se quedaran una semana en Los Morrros para que sirviera de presión y los policías comunitarios fueran replegados a su municipio.
En seguida el funcionario y los policías estatales se retiraron del lugar por la ruta de Xochipala-Casa Verde.
Contó que, entonces, muchas de las familias al verse sin la protección y debido a que horas antes habían escuchado disparos, además, por el frío pues pernoctarían en una cancha techada pero sin paredes, decidieron regresarse a Chichihualco por la misma ruta que habían llegado pero ya sin el resguardo de militares ni policías estatales.
“El regreso fue peor, muchos de los niños llegaron llorando, algunos enfermos de temperatura, con infecciones de garganta o estomacal. Algunos de los padres también lloraron al llegar aquí de impotencia, otros de coraje”, contó una mujer ayer en el auditorio municipal en donde se encuentran nuevamente refugiados.
Denunció que el gobierno estatal “los traicionó”, y que su intención era “entregarlos” a los policías comunitarios que hace 8 días los desalojaron de sus pueblos.
El coordinador de los desplazados informó que en la reunión de Filo de Caballos, la gente que dirige a los comunitarios, le dijo a Maldonado del Moral que el comisario de Filo de Caballos, Alfonso González Pacheco; el de Campo de Aviación, Santiago Flores Salgado; el de El Ranchito, Guillermo Guzmán, y el de Puentecillas, del que solo conoce como Crispín, están de acuerdo en que se quede la Policía Comunitaria en Filo de Caballos y que las familias desplazadas pueden llegar sin problema y ocupar sus casas.
Pero una mujer replicó que como van a llegar a sus casas, si la mayoría de ellas ya están ocupadas por los comunitarios, “¿que, quieren que vivamos en nuestra casa junto con nuestros verdugos”?, cuestionó.
Otra mujer dijo que cuando llegaron a Corralitos después del mediodía del sábado, escuchó cuando uno de los mandos militares expresó a uno de sus subalternos: “aquí ya se los cargó la verga, si se quedan se tienen que aliar con los comunitarios”.
Luego le reprochó que por qué no usaban la fuerza del gobierno para correr a los comunitarios de Filo de Caballos para que pudieran quedarse en sus pueblos sin temor. Entonces el mando militar le respondió: “mire jefa, yo con 20 grupos les doy en su madre y los corro a la chingada, pero la orden de que se queden es de allá arriba”.
Palacios Salgado declaró ayer que al dejarlos solos el gobierno estatal los desplazados ya no quieren saber nada de él, y que van a esperar hasta que entre en funciones el nuevo gobierno federal para solicitarle su intervención.
Dijo que desde ayer vieron que la intención es disgregarlos, que cada quien se vaya por su lado, a vivir con sus familiares, a rentar “o a donde quieran” pero ya no estén juntos.
Sin embargo, agregó que decidieron permanecer unidos y que resolvieron que los representantes en todas sus gestiones el Centro Regional de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón (Centro Morelos).
En el transcurso de ayer ya sólo se vieron de entre 200 a 300 desplazados en el auditorio municipal, aunque el Centro Morelos informó que tiene registrados 500.
El coordinador de los desplazados explicó que durante el día la mayoría se van a las casas de sus familiares y que regresan a la hora de la comida, aunque reconoció que algunos ya no regresaron la tarde del sábado, porque, o se quedaron en sus pueblos o se fueron a otros pueblos con familiares en lo que se normaliza la situación.
Anarsis Pacheco Pólito / Zacarías Cervantes
Lenin Ocampo Torres