10 octubre,2022 9:29 am

El homenaje debe ser en memoria de todas las encarceladas en el 68, dice “La Nacha”

En acto en el que le hicieron un reconocimiento, la taxqueña Ana Ignacia Rodríguez Márquez dirigente estudiantil de la Facultad de Derecho de la UNAM en e l movimiento, habla en nombre de todas esas mujeres desconocidas y anónimas en un acto que se celebró el sábado pasado en la Cdmx

Ciudad de México.-Una semana después del aniversario 54 de la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco, Ana Ignacia Rodríguez Márquez, La Nacha, recibió un homenaje en el centro Pilares Santa María Tomatlán de Iztapalapa, cuyos organizadores la buscaron para hacerle un reconocimiento por su destacada participación en el movimiento estudiantil del 68, pero la guerrerense pidió que se realizara en memoria de todas sus compañeras mujeres activistas de entonces.

“Hay varias sobrevivientes, pero nunca han hablado. A otras les dio mucho miedo cuando perdieron a sus hijos el 2 de octubre, o les dijeron: ‘les damos el cadáver, pero no digan que fuimos nosotros’”, comentó a El Sur. “Muchas personas quedaron espantadas y ya no quisieron hablar”, enfatiza.

Por esta razón, La Nacha –como se le conoce desde la época en que estudiaba Derecho–, habló en nombre de todas esas voces de mujeres desconocidas y anónimas en el acto que se celebró el sábado pasado con motivo del Día del Guerrillero Heroico, que se conmemora cada 8 de octubre, en recuerdo de la captura y asesinato de Ernesto Che Guevara en Bolivia en 1967.

La Nacha y Roberta Avendaño, La Tita, fueron dos de las cuatro mujeres de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que fueron encarceladas en el reclusorio de Santa Martha tras los hechos del 2 de octubre. En el homenaje, tres mujeres jóvenes representaron la obra Hermanas de Celda. Memorias de Ana Ignacia Rodríguez Márquez de sus dos años de prisión en Santa Martha Acatitla.

También tuvieron participaciones artísticas la cantante y compositora Úrsula Kemp y el poeta David Roura, ambos amigos de la activista.

Al finalizar el acto, recordó en entrevista que el alias La Nacha se lo pusieron las autoridades. “Intento reivindicarlo. Cuando me apresaron, nos metieron en una prisión común. Para hacernos pasar como delincuentes, nos pusieron alias”. A Avendaño, quien murió en 1999, la nombraron La Tita.

También explicó que quiso que se homenajeara a las mujeres del 68, no sólo a ella, porque “de la UNAM, fuimos cuatro de Derecho que estuvimos en prisión. Las demás eran de otras instituciones, escuelas e inclusive guerrilleras. Yo me enteré que había de estas últimas, y agradezco infinitamente, porque ellas nos protegieron y nos permitieron vivir mejor” durante la reclusión.

“Tengo que representar a mis  compañeras que ya se fueron”

La Nacha, hoy de 78 años, es originaria de Taxco, Guerrero, y se mudó a la Ciudad de México para estudiar Derecho con el propósito de hacer un bufete gratuito que ayudaría a la gente del estado que tenía menos recursos. La vida la llevó, sin embargo, por otro camino. Se juntó con un compañero que estuvo preso en Lecumberri. Tuvieron dos hijas.

Se le pregunta cómo podrían reconstruirse los hechos del 68 a partir de la mirada de las mujeres. Responde que el gobierno actual, “está tratando de hacer cosas que, supuestamente, van a reivindicar todas las luchas del pasado”.

Se refiere a la Comisión de la Verdad que investiga los hechos de la guerra sucia, pero también habla del esclarecimiento de las violaciones graves a los derechos humanos cometidas en los antiguos separos de la policía en Tlaxcoaque de 1957 a 1989.

“Yo no creo mucho en eso. Pero a mí ya me llamaron y estoy involucrada en lo de Tlaxcoaque. Estoy participando porque en los archivos aparezco. Estuve ahí, presa”.

Menciona que, antes de la pandemia de Covid-19, se iba a ir a vivir con una de sus hijas, que reside en Puerto Rico, pero “una voz interior me dijo: ‘no puedes irte porque tu historia está aquí. ¿Qué vas a hacer en una colonia norteamericana?, no vas a poder vivir bien’”.

Así, quedarse en México fue una buena decisión, dice. “Iba a estar añorando estar aquí el 2 de octubre, el 10 de junio, que es lo que me representa. Por eso sigo. Nunca imaginé que en el 55 aniversario, que se va a cumplir el año que viene, hubiera tanta referencia. Ahora, a 54 años del hecho, me han entrevistado, pero será porque soy la única sobreviviente de las cuatro de Derecho que estuvimos en la cárcel”.

Sobrevivir, explica, no es un hecho para agradecer. “Es para luchar. Si soy la única que tiene voz ahora, tengo que representar a mis compañeras que ya se fueron, para que se les haga justicia de de alguna forma, por lo menos algún reconocimiento fuerte, real, que diga que las mujeres del 68 estuvieron presentes”.

Porque, indica, fue el primer movimiento en que las mujeres participaron, “se podría decir políticamente. Empezamos a estar en las guardias, a hacer las brigadas, que para mí es el aspecto fundamental del 68”.

Aprovechar la actual coyuntura

La Nacha terminó la carrera de Derecho, pero prefirió meterse de lleno a la defensa de los derechos humanos. Estudió varios diplomados al respecto.

“Yo condicioné mi participación en el tema de Tlaxcoaque. Pedí a las autoridades que se haga un sitio de memoria para las mujeres que fueron encarceladas. Porque creo que es necesario. Si no aprovecho esta coyuntura para que se haga un sitio, me voy a ir y ya no va a haber muchas mujeres que lo promuevan”.

–¿Qué opina de las iniciativas para esclarecer el pasado? –se le pregunta por último.

–Está perfecto que esclarezcan, pero ¿qué tan real es? Siento que hay un doble discurso. Yo, por ejemplo, no estoy de acuerdo con que los militares estén en mi país. Les han dado un crédito absoluto. No estoy de acuerdo con la militarización. Prometieron que no tendrían esa fuerza y la tienen.

Texto: Guillermo Rivera