4 mayo,2024 5:18 am

El impacto positivo de acciones de conservación

Octavio Klimek Alcaraz

 

La disminución continua e importante de la biodiversidad mundial, así como las consecuencias negativas asociadas para el bienestar humano, se encuentran a la par del cambio climático, entre las crisis contemporáneas más apremiantes para la sociedad. Por lo tanto, los gobiernos han adoptado objetivos para abordar crisis de la pérdida de biodiversidad y sus impulsores, como son: las 20 Metas de Aichi para la Diversidad Biológica en el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2010-2020, a través del Convenio sobre la Diversidad Biológica. Sin embargo, a pesar de la urgencia, ninguna de las metas de Aichi se cumplió plenamente. Ahora se tiene el Marco Mundial de Diversidad Biológica de Kunming-Montreal de 2022 del citado Convenio con cuatro metas para 2050 y 23 metas para 2030. Metas similares se reflejan en los 17 objetivos de desarrollo sostenible presentados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Habrá que ver si se cumplen las metas en el 2030 de Kunming-Montreal. Ya que a veces se observa que las respuestas a la actual crisis de biodiversidad son insuficientes e ineficaces o ambas cosas.

En general, puede existir la idea de que las respuestas a la actual crisis de biodiversidad son insuficientes, ineficaces o ambas cosas y que es probable que tampoco se alcancen los objetivos establecidos en el nuevo Marco Mundial de Diversidad Biológica de Kunming-Montreal. Pero, hay que promover que esto no suceda. Por ello, es importante evaluar si las acciones en materia de conservación de la biodiversidad están siendo eficaces hacia 2030. En consecuencia, existe la necesidad de una evaluación sólida de los objetivos de las políticas y una evaluación de si las acciones de conservación están funcionando, es decir, si tienen impactos positivos y proporcionan mejores resultados que la ausencia de éstas, a medida que los gobiernos comienzan a comprometer recursos e implementar el Marco Mundial de Diversidad Biológica de Kunming-Montreal.

Por ello, un nuevo estudio publicado en línea el pasado 25 de abril, en la revista científica Science proporciona la evidencia más sólida hasta la fecha de que no sólo la conservación de la naturaleza es exitosa, sino que ampliar las intervenciones de conservación sería transformador para detener y revertir la pérdida de biodiversidad, una crisis que puede conducir al colapso de los ecosistemas y a un planeta menos capaz de sustentar la vida, y a reducir los efectos del cambio climático (Langhammer et al. 2024). The positive impact of conservation action. Science, 384 (6694), 453-458. En: https://www.science.org/doi/10.1126/science.adj6598).

El estudio fue concebido y financiado a través de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y dirigido por la organización conservacionista Re:wild con la participación de 33 investigadores de diversas universidades, gobiernos y grupos conservacionistas.

“Si nos fijamos sólo en la tendencia de la disminución de las especies, sería fácil pensar que no estamos protegiendo la biodiversidad, pero no estaríamos viendo el panorama completo”, afirmó Penny Langhammer, autora principal del estudio y vicepresidente de Re:wild. “Lo que mostramos con este estudio es que la conservación, de hecho, está trabajando para detener y revertir la pérdida de biodiversidad” (https://www.rewild.org/press/study-definitively-shows-that-conservation-actions-are-effective).

Aunque muchos estudios analizan proyectos e intervenciones de conservación individuales y su impacto en comparación con la falta de acción, estos artículos nunca se han incluido en un análisis único para ver cómo y si las acciones de conservación están funcionando en general. Para determinar si las diferentes medidas de conservación funcionaron, el equipo de investigadores examinó los resultados en un metanálisis de 186 estudios diferentes que examinaron diversas estrategias y evaluaron los resultados a lo largo del tiempo comparando que habría sucedido sin esas intervenciones. En total, hubo 665 métricas diferentes para calificar el resultado, porque cada estudio podría tener múltiples mediciones para evaluar el efecto sobre la biodiversidad (por ejemplo, los cambios en las poblaciones de varias especies). Estos estudios cubrieron más de un siglo de acciones de conservación y evaluaron acciones dirigidas a diferentes niveles de biodiversidad: especies, ecosistemas y diversidad genética.

El metanálisis encontró que las acciones de conservación, incluido el establecimiento y manejo de áreas protegidas, la erradicación y control de especies invasoras, el manejo sustentable de ecosistemas, la reducción y restauración de la pérdida de hábitat, mejoraron el estado de la biodiversidad o desaceleraron su disminución en la mayoría de los casos. Así, entre sus resultados encontraron que el 45 por ciento de esas 665 métricas mostraban una mejora en la biodiversidad, y otro 21 por ciento encontró que la intervención al menos había frenado su disminución.

En general, centrarse en especies invasoras y problemáticas mostró el mayor efecto. Por ejemplo, eliminar mapaches y cerdos salvajes, depredadores nativos invasores y problemáticos en dos de las islas barrera de Florida, Cayo Costa y North Captiva, resultó en una mejora inmediata y sustancial en el éxito de anidación de las tortugas bobas y los charranes menores, especialmente en comparación con otras islas barrera donde no se aplicó ningún manejo de depredadores.

En la Cuenca del Congo, la deforestación fue un 74 por ciento menor en las concesiones madereras bajo un Programa de Manejo Forestal (PMF) en comparación con las concesiones sin un PMF.

Se demostró que las áreas protegidas y las tierras indígenas reducen significativamente tanto la tasa de deforestación como la densidad de incendios en la Amazonia brasileña. La deforestación fue entre 1.7 y 20 veces mayor y los incendios provocados por el hombre ocurrieron entre cuatro y nueve veces más frecuentemente fuera de los perímetros de la reserva que en el interior.

La cría y liberación en cautiverio aumentaron la población natural de salmón chinook en la cuenca del río Salmon en el centro de Idaho con impactos negativos mínimos en la población silvestre. En promedio, los peces introducidos en el criadero produjeron 4.7 veces más crías adultas y 1.3 veces más crías adultas de segunda generación que los peces que se reproducen naturalmente.

En tanto, que tratar de fomentar el uso sostenible de especies, como la caza controlada, mostró signos de ganancias, pero no fueron estadísticamente significativos.

“Nuestro estudio muestra que cuando las acciones de conservación funcionan, realmente funcionan. En otras palabras, a menudo conducen a resultados para la biodiversidad que no son sólo un poco mejores que no hacer nada en absoluto, sino muchas veces mayores”, dijo Jake Bicknell, coautor del artículo y científico conservacionista de DICE, Universidad de Kent (https://www.rewild.org/press/study-definitively-shows-that-conservation-actions-are-effective).

La creación de áreas protegidas mostró beneficios, aunque fueron menores. El estudio también sostiene que debe haber más inversión específicamente en la gestión eficaz de las áreas protegidas, que siguen siendo la piedra angular de muchas acciones de conservación. En concordancia con otros estudios, este estudio encuentra que las áreas protegidas funcionan muy bien en general. Condición de ello, una buena gobernanza y la eficiencia en la aplicación de la ley. Ya que se señala, que cuando las áreas protegidas no funcionan, suele ser el resultado de una falta de gestión eficaz y de recursos adecuados, así como una aplicación de la ley deficiente. En síntesis, las áreas protegidas serán aún más efectivas para reducir la pérdida de biodiversidad si cuentan con buenos recursos y buena gestión.

También se descubrió los fracasos. Más del 20 por ciento de las veces los intentos de conservación parecieron hacer más daño que bien. Así, en algunos casos en los que la acción de conservación no logró beneficiar a la biodiversidad objetivo en comparación con ninguna acción en absoluto, otras especies nativas se beneficiaron involuntariamente. Por ejemplo, la abundancia de caballitos de mar fue menor en los sitios protegidos porque las áreas marinas protegidas aumentan la abundancia de depredadores de caballitos de mar, incluidos los pulpos.

Incluso en 12 por ciento, la conservación mejoró sin la intervención humana. Sin embargo, los investigadores se beneficiaron del conocimiento adquirido y pudieron perfeccionar sus métodos. En algunos casos la intervención humana es absolutamente negativa. Por ejemplo, en la India, la eliminación física de algas invasoras provocó su propagación a otros lugares porque el proceso las rompió en muchos pedazos, lo que permitió su dispersión. Los investigadores y tomadores de decisión ahora pueden implementar una estrategia diferente para eliminar las algas que tiene más probabilidades de tener éxito.

Esto también podría explicar por qué los coautores encontraron una correlación entre las intervenciones de conservación más recientes y los resultados positivos para la biodiversidad: es probable que la conservación se vuelva más efectiva con el tiempo. Otras posibles razones de esta correlación incluyen un aumento de la financiación e intervenciones más específicas.

Dados los resultados positivos generales, los autores señalan que una barrera importante para el éxito es ampliar el trabajo a una escala que satisfaga las necesidades de la conservación de la biodiversidad. Esto significa necesidades de inversión de entre 178 mil y 524 mil millones de dólares, centrada principalmente en países con niveles particularmente altos de biodiversidad. Hoy en día se invierten anualmente más de 121 mil millones de dólares en conservación en todo el mundo, y estudios anteriores han encontrado que la relación costo-beneficio de un programa global eficaz para la conservación de la naturaleza es de al menos 1:100. Es decir, de cada dólar invertido se recuperan 100 a través de las contribuciones de la naturaleza y su biodiversidad a los seres humanos.

En el futuro, los coautores del estudio piden más estudios rigurosos que analicen el impacto de las acciones de conservación frente a la inacción para una gama más amplia de intervenciones de conservación, como aquellas que analizan la eficacia del control de la contaminación, la adaptación al cambio climático y el uso sostenible de especies, y en más países, especialmente en los biodiversos.

En conclusión, el estudio demuestra que el trabajo de conservación está marcando una diferencia medible. Sin embargo, para que realmente funcione se necesita invertir como prioridad de supervivencia de la humanidad mucho más ahora y en los próximos años en conservación de la naturaleza y su biodiversidad.