25 agosto,2021 5:19 am

El inicio errático del gobierno de Pedro Castillo en Perú  

 

Gaspard Estrada

 

 

El pasado domingo centenares de personas marcharon por las calles de Lima, la capital del país, para protestar contra el gobierno del presidente Pedro Castillo, e insistir en su destitución. La marcha más nutrida recorrió varias avenidas hasta el distrito de Miraflores, en un céntrico parque donde se colocó un camión para la presentación de varios oradores. Los manifestantes estaban todos ataviados con camisetas blanquirrojas y portaban banderas peruanas, en forma similar a lo que ocurrió en las manifestaciones que realizó la excandidata presidencial Keiko Fujimori, derrotada en segunda vuelta por Castillo. Asimismo, un grupo de políticos de derecha (y de extrema derecha), encabezado por la excandidata presidencial Lourdes Flores, llevó a cabo movilizaciones de protesta en la ciudad de Arequipa, situada en el sur del país. Si estas movilizaciones tuvieron un cierto eco en la opinión pública, es porque el inicio del gobierno de Pedro Castillo ha sido errático, por decir lo menos.

Después de llegar a la segunda vuelta presidencial de manera sorpresiva, Pedro Castillo, un antiguo maestro de primaria de provincia, decidió dar un giro a su campaña en aras de obtener el respaldo de sectores más moderados, para poder derrotar a Keiko Fujimori. Y así sucedió: con poco más de cuarenta mil votos de diferencia, el líder magisterial se alzó con la victoria. Pero Keiko Fujimori desconoció durante semanas la victoria de su rival, al pedir la anulación de los comicios ante diversas autoridades electorales y judiciales por un supuesto “fraude electoral” en su contra. Ante ello, Castillo se esforzó en mantener la moderación de su discurso, al posicionar a un economista de centro-izquierda y ex consultor del Banco Mundial, Pedro Francke, como su portavoz en temas económicos. También mandó una señal a los mercados financieros, al pedir al presidente del Banco Central de Perú, Julio Velarde, que se mantenga en el cargo. Pero, para afianzar su giro hacia el centro y darle sustancia a su voluntad de construir una mayoría política en el Congreso (en efecto, el partido Perú Libre solo dispone de treinta y siete escaños sobre ciento treinta y uno), era necesario que nombrara a un presidente del Consejo de Ministros (el equivalente de un primer ministro) con la misma orientación. Durante semanas la prensa peruana especuló sobre la eventual llegada al cargo de la ex candidata presidencial Verónika Mendoza, que jugó un papel fundamental en la campaña de segunda vuelta. Sin embargo, ese no fue el perfil escogido por Pedro Castillo: se trató de Guido Bellido, un miembro activo del partido que postuló al maestro Castillo a la presidencia: Perú Libre, y una personalidad cercana a su fundador, Vladimir Cerrón. Este último, en vez de tender puentes con la oposición de derecha y buscar la construcción de una mayoría política favorable al nuevo presidente Castillo, se ha dedicado a sabotear el trabajo de acercamiento de Castillo con los congresistas. Varios integrantes del nuevo gabinete ministerial son objeto de investigaciones por parte del poder judicial. De esta manera, podemos decir que en cuestión de semanas, el gobierno de Pedro Castillo ha perdido la batalla de la opinión pública. Según una encuesta de opinión reciente, más de la mitad de los peruanos reprueba las primeras decisiones tomadas por el nuevo gobierno.

Por otro lado, los medios privados peruanos, que nunca disimularon su hostilidad hacia Pedro Castillo, han aprovechado esta coyuntura para ahondar en la fragilidad de su gobierno. La primera víctima de esta estrategia fue el ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Béjar, que tuvo que renunciar al cargo después de que varios periodistas rescataran una declaración suya en la que sostenía que la Marina peruana había originado el terrorismo en el país, suscitando la cólera del sector militar.

Al nombrar como su reemplazo al diplomático de carrera Óscar Maúrtua, Pedro Castillo parece haber entendido que su inicio en la presidencia de Perú fue equivocado, y que está dispuesto a cambiar el rumbo.

Esperemos que así sea.

 

 

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

 

Twitter: @Gaspard_Estrada