25 enero,2023 5:02 am

El relanzamiento de la integración regional latinoamericana tras el regreso de Lula

Gaspard Estrada

 

El día de ayer marcó el reinicio de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Reunidos en Buenos Aires, los representantes de los treinta y tres Estados de la región, representados por sus jefes de Estado y de Gobierno (o sus cancilleres y embajadores en ausencia de estos últimos), asumieron su voluntad de darle densidad política a este espacio de coordinación intergubernamental nacido en 2011, pero que fue fragilizado tras la salida de Brasil, cuando era gobernado por el líder de extrema derecha, Jair Bolsonaro.

En efecto, tras la salida del poder de los presidentes de izquierda y de derecha que le dieron luz (Lula da Silva, Hugo Chávez, Felipe Calderón, Álvaro Uribe), la Celac padeció de una falta de liderazgo.

Esta situación fue agravada por la voluntad explícita de los entonces presidentes de derecha, empezando por Sebastián Piñera en Chile, y Mauricio Macri en Argentina, de darle la espalda a los mecanismos de integración regional creados durante la década de los años 2000: la Celac y la Unión Sudamericana de Naciones, la Unasur. Tras la elección, en 2018, de Andrés Manuel López Obrador en México, y en 2019, de Alberto Fernández en Argentina, la Celac volvió a la agenda latinoamericana. Sin embargo, la ausencia de la principal economía de la región –Brasil– de este mecanismo disminuye su peso político.

En este sentido, la Celac tiene hoy, en el papel, la capacidad para conducir el diálogo político regional a nivel de líderes. ¿Pero realmente se llevará a cabo por esta vía ese diálogo? Lo más probable es que no. En primer lugar, la Celac no dispone de un marco normativo que le permita darle continuidad a las decisiones tomadas por los Presidentes durante las cumbres: contrariamente a la Unasur, cuyo tratado constitutivo prevé el financiamiento de un secretariado permanente y la existencia de transferencias financieras de los Estados miembros a este ente supranacional; la Celac es un mero tratado internacional sin una existencia propia. El hecho que la presidencia pro tempore de la Celac pase a la isla de San Vicente, deja prever que este mecanismo tendrá menos empuje diplomático en los próximos meses.

Al contrario, el proyecto del Presidente de Brasil, Lula da Silva, es darle mayor fuerza a la Unasur, para relanzar la integración regional en Sudamérica. En este sentido, reforzar la cooperación bilateral entre Brasilia y Buenos Aires es fundamental para ambos presidentes. Brasil es el principal socio comercial de Argentina. En 2022 concentró el 17 por ciento de los flujos comerciales externos y se constituyó en el principal destino de las exportaciones argentinas con el 14 por ciento del total, por casi 12 mil millones de dólares. Las compras a ese país representaron el 20 por ciento de las importaciones argentinas, por aproximadamente 15 mil millones de dólares, ubicándose en el segundo lugar después de China. Para Brasil, Argentina constituye el 7 por ciento de su comercio exterior, siendo el tercer mercado en importancia, después de China y Estados Unidos.

Para reforzar esta alianza, Lula y Fernandez hicieron una serie de anuncios. El primero es relativo a la integración energética. El ministro de Hacienda de Argentina, Sergio Massa, prometió que el 20 de junio se inaugurará el primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner, y que, para el segundo tramo, el Banco Nacional de Desarrollo Social de Brasil (Bndes) propuso entregar 820 millones de dólares para financiar caños que se producen en Brasil y están destinados a esa obra.

Existen dos obras adicionales a lo que son los proyectos de gasoductos: una es la conocida como Reversal del Norte, y la otra la conexión del gasoducto hacia lo que es el gasoducto al norte. El objetivo de estas dos obras es básicamente empezar a preparar el terreno para abastecer a Brasil de gas en momentos en que la provisión boliviana está declinando. Es una oportunidad para el gobierno argentino de abrir otro mercado y para Brasil de conseguir el gas a un precio más conveniente que el producido por Bolivia.

De manera que pesar del reencuentro de Latinoamérica en la cumbre de la Celac de esta semana, lo mas probable es que el relanzamiento de la integración regional empiece por Sudamérica, al menos en un primer momento.

 

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París

 

Twitter: @Gaspard_Estrada