20 mayo,2020 5:33 am

El significado histórico del acuerdo franco-alemán

Gaspard Estrada

 

El pasado lunes, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller de Alemania, Angela Merkel, llevaron a cabo una conferencia de prensa a distancia – por causa del coronavirus –que promete tener repercusiones históricas.

En efecto, por primera vez en la historia de la Unión Europea, las dos principales potencias de la UE se comprometieron a impulsar, frente a los veinticinco países socios de la UE y a las instituciones comunitarias –léase Comisión Europea, Parlamento Europeo y Consejo de la Unión Europea– una iniciativa que permitiría que la UE emita deuda soberana, por un monto de hasta 500 mil millones de euros. Si bien la UE, por la vía del Banco Central Europeo, ya ha puesto en marcha un plan para relanzar las economías de la UE ante la recesión histórica que se avecina, esta iniciativa franco-alemana hará a todas luces historia tanto por su amplitud financiera, como por su impacto político.

En efecto, desde su fundación, la UE ha sido marcada por numerosas crisis, durante las cuales el “eje franco-alemán” ha sido clave para evitar su implosión. Y en esta ocasión, no fue diferente. Todo empezó el pasado 5 de mayo, cuando la corte constitucional de Alemania, basada en la ciudad de Karlsruhe, amenazó con declarar la inconstitucionalidad de la compra de obligaciones de los Estados de la UE por parte del Banco Central Europeo (BCE). Desde 2015, la BCE ha comprado más de 2 mil seiscientos miles de millones de euros de obligaciones de países de la UE. De tal suerte que el Banco Central de Alemania, que hace parte del sistema de bancos centrales de la BCE, de entre los títulos depositados en sus cofres, tendría que deshacerse de sus títulos de deuda europeos, lo cual supondría un terremoto sin precedentes para la economía de la zona euro. Además de esto, esta decisión de la corte de Karlsruhe supondría que las normas de la UE, que tienen una jerarquía superior a las leyes nacionales, dejarían de respetarse en Alemania. En efecto, la Corte de Justicia de la Unión Europea, basada en Luxemburgo, ya se pronunció al respecto y decidió que el programa de compra de deuda impulsado por la BCE era legal. Es decir, la corte Alemana provocó un verdadero terremoto político, económico e institucional en la UE. Durante algunos días, buena parte de la clase política y mediática de Europa estuvo al borde de un ataque de nervios.

Sin embargo, esta decisión de la corte alemana, que tuvo un componente político evidente – +desafiar a las instituciones europeas y al modelo de construcción europea, reveló ser contraproducente. En efecto, su decisión dejó en evidencia que la acción del BCE había llegado a los límites de lo posible, en el marco de la abierta hostilidad de ciertos actores y gobiernos, en particular Países Bajos y Austria. De manera más general, dejó en evidencia el principal problema de la zona euro: ser una unión monetaria sin un mínimo de unidad presupuestal que permita llevar a cabo transferencias financieras para corregir los desequilibrios que puedan desarrollarse en su seno. Así que si querían evitar que la UE comience a fracturarse, lo cual podría ser de mal augurio después del Brexit, los líderes de las dos principales economías de la región tenían que hacer un gesto. En particular Angela Merkel, que había sido reticente hasta ahora a hacer cualquier tipo de concesión hacia un federalismo presupuestario en la UE.

Pero Merkel entendió que a Alemania solo le irá bien si le va bien a la UE. Así que aceptó dejar de lado dos tabúes de la integración europea: el de las transferencias de países ricos a países menos ricos y el del endeudamiento en común. De tal manera que la integración europea, que estaba amenazada de muerte, parece recuperar su iniciativa, a través de esta propuesta. Todavía es demasiado temprano para saber si los demás países de la UE aceptarán esta propuesta. Pero queda claro que, a través de este anuncio histórico, la UE ha recuperado su capacidad de iniciativa, inclusive en tiempos de incertidumbre.

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina el Caribe (OPALC), con sede en París

Twitter: @Gaspard_Estrada