4 abril,2023 5:55 am

El turismo que necesita Guerrero

Arturo Martínez Núñez

Concluyó una edición más del Tianguis Turístico esta vez con sede en la Ciudad de México. Otra vez imágenes de autoridades de los tres órdenes de gobierno, legisladores, empresarios y periodistas.
Bonitos stands, folclore a todo lo que da y mucha fiesta, mucho baile y mucho color. Mucha forma y poco fondo.
El problema del turismo en Guerrero no es solamente de promoción ni de difusión, es, sobre todo, un problema de infraestructura, de oferta y de calidad. A los guerrerenses nos encanta escuchar que somos un gran destino y que lo tenemos todo. Eso es parcialmente cierto; en efecto, la naturaleza ha sido muy benevolente con nuestra entidad y tenemos una posición geográfica envidiable, un clima sin igual y una biodiversidad única. ¿Es eso suficiente para atraer al turismo mundial? Desde luego que no. Acapulco por ejemplo, carece de actividades nuevas. Los esfuerzos que se realizan son principalmente de la iniciativa privada. El gobierno fomenta y regula pero no participa. Al Ayuntamiento por ejemplo, le correspondería garantizar servicios públicos de primera, vialidades seguras para conductores y sobre todo, para peatones; áreas verdes bien cuidadas y agua potable, alumbrado y saneamiento impecable. Le correspondería también regular a los comerciantes informales y supervisar que los establecimientos formales respeten la normatividad. Me pregunto si los ayuntamientos cumplen con estas funciones básicas antes de salir a promocionar destinos que muchas veces ni siquiera cuentan con habitaciones de hotel que ofertar.
Conste que ni siquiera estoy hablando de la inseguridad, los bloqueos carreteros y otros importantes temas que salen de la esfera y alcance de las autoridades locales. No hay que pedirle peras al olmo. Solo hay que exigirle al olmo que nos cubra con su sombra. Que haga su trabajo pues. Ni más ni menos.
El turismo debe de ser la principal palanca del desarrollo. El problema es que no es suficiente haber tenido la suerte de vivir en el paraíso. Los visitantes no van a volver solo por un video bonito o porque algún danzante les bailó La Iguana en una expo o en un tianguis. Los turistas volverán cuando la seguridad deje de ser un tema, cuando la seguridad jurídica permita que los inversionistas se atrevan a volver a invertir en hoteles; los turistas volverán cuando haya servicios públicos de primera, cuando cruzar la avenida Costera deje de ser un deporte extremo, cuando la conectividad nos permita que los extranjeros lleguen sin tener que pasar por el viacrucis que significa hacer una conexión en la Ciudad de México.
Los turistas volverán cuando nuestros destinos vuelvan a estar de moda y los jóvenes anhelen venir a Acapulco. Está muy bien honrar y recordar el pasado pero nadie vive de las glorias del ayer.
Guerrero lo tiene todo y al mismo tiempo carece de todo. Tenemos todo el potencial para ser lo que algún día fuimos: el principal destino turístico del mundo. Pero tenemos que reinventarnos. Tenemos que tener un solo plan, una sola estrategia y jalar todas y todos en la misma dirección.
Tenemos que tener calidad total, servicio, innovación, tecnología y nuevos productos. No es uniformándonos cada año con guayaberas y huipiles que el turismo regresará a Guerrero. Para que los visitantes regresen tenemos que ordenar la casa, renovarla, pintarla, aprender modales y fumigarla para terminar con los roedores y las cucarachas. Esta no es una obra que le corresponda solo al gobierno, ojo, nadie va a hacer por nosotros lo que nosotros mismos no hagamos. Abramos el debate, opinemos, discutamos e imaginemos el destino que deseamos. Hagámoslo posible. Pero enfrentemos y aceptemos en primer lugar que tenemos un problema: sólo a partir de tocar fondo es que puede comenzar la recuperación.