En tiempo de compensación aparece la figura de Henry Martín para dejar a los felinos helados con un 3-3, que les dolió como si hubiera sido una derrota.
Ciudad de México, 7 de marzo de 2020. Al América no hay que darlo por muerte nunca, un equipo con el ADN de las Águilas es capaz de rescatar un partido en el último segundo.
Hoy le tocó comprobarlo a los Pumas de Míchel, que paladeaban el triunfo cuando apareció la figura de Henry Martín en tiempo de compensación para dejarlos helados con un empate 3-3, que dolió como si hubiera sido una derrota.
El punto puso al cuadro de Coapa momentáneamente en el liderato de la competencia y le dio al equipo de Miguel Herrera una bocanada de oxígeno, al evitar derrotas consecutivas.
El Piojo le demostró a Míchel, que es un técnico con mucho oficio, un mata felinos, porque desde que dirige al América solo Bruno Marioni pudo pintarle la cara.
Las Águilas contaron con cierta dosis de fortuna, pues un error del portero Alfredo Saldívar los puso en ventaja en el segundo tiempo, pero su mayor virtud fue que jamás se cayeron mentalmente, ni siquiera cuando Nacho Malcorra y Juan Dinenno armaron la voltereta.
El cuadro de Coapa respondió siempre con aplomo en los momentos de mayor presión. Herrera incluso dejó a un lado las diferencias con Roger Martínez, pues le dio minutos en el segundo tiempo.
Se trató de un encuentro espectacular, que mantuvo en la afición al filo de sus butacas, aplaudiendo a ambos cuadros, que si algo dejaron en la cancha fue calidad y espectáculo, incluida la incorporación de Memo Ochoa en la última jugada donde Henry Martin rescató el empate.
Pumas también se lleva cosas valiosas como el aporte de Ignacio Malcorra y la combinación de Juan Dinenno con Carlos González en la ofensiva. El único negrito en el arroz de este encuentro es Saldívar, el nuevo villano de la afición puma que ayer incluso pidió su salida del arco universitario, como nunca antes había sucedido.
El punto deja a los felinos en el cuarto lugar con 15 unidades y las Águilas en el primero con 17.
Sorprende violencia antes del Clásico
La seguridad se enfocó tanto en cuidar a las barras de Pumas y América, que sufrieron un fuerte golpe por donde menos lo esperaban.
Cuatro horas antes del silbatazo inicial, la Policía Capitalina se desplegó en distintos puntos alrededor del Olímpico Universitario para vigilar a los aficionados concentrándose en dos grupos: la Rebel, a la cual cercaron del lado norte de las astas banderas, y a la porra visitante, a la que metieron en un corral.
Durante tres horas, los oficiales cuidaron que nadie se brincara las trancas ni que americanistas, sin importar edad o sexo, se despojaran de sus jerseys si es que querían pasar desapercibidos en la zona visitante.
Pero no contaron con que la gente de casa les haría pasar un trago amargo.
Una hora antes del inicio del cotejo, cerca de 20 policías corrieron hacia el acceso “H” del Olímpico Universitario debido a un portazo dado por seguidores del cuadro auriazul que quisieron entrar a la fuerza luego de que no les entregaran sus cortesías, según relató gente del control de accesos.
Después de superar una primera puerta, decenas de aficionados bajaron las escaleras con el objetivo de tumbar otra reja que fue reforzada por granaderos para evitar el acceso de la gente.
Cerca de 10 minutos duró el forcejeo entre los oficiales y los seguidores, hasta que poco a poco fueron replegados por la Policía, que tuvo que soportar patadas y proyectiles cuando intentaron dejar libre el estacionamiento en el que se encontraban.
Después de cientos de ofensas, latas y botellas de cerveza arrojadas, los aficionados se fueron sin poder ver el gran espectáculo que dio su equipo, y manchando de violencia el clásico capitalino.
Texto: Alejandra Benítez / Agencia Reforma / Foto: Agencia Reforma
