19 noviembre,2018 11:39 am

Evaluará Uruguay pedido de asilo de Alan García en “plazo prudencial” 

Esta es la segunda vez que el ex presidente peruano recurre a esa medida. En 1992, poco después del “autogolpe” de Alberto Fujimori, escapó a un intento ilegal de encarcelamiento y solicitó asilo a Colombia.
Lima, Perú, 19 de noviembre de 2018. El vicecanciller de Uruguay, Ariel Bergamino, aclaró hoy lunes que su país aún no ha decidido sobre el pedido de asilo político del ex presidente peruano Alan García y que se evaluará el tema en un “plazo prudencial”.
“Una cosa es aceptar la solicitud, otra expedirse sobre la misma. Lo que hemos dicho es que la solicitud está recibida y se están dando los pasos para resolver”, dijo Bergamino en la radio peruana RPP, después de que versiones de la prensa generaran confusión.
El vicecanciller sostuvo que el gobierno de Uruguay ha tomado “con naturalidad y sin dramatismos” el pedido que realizó García la noche del sábado, pocas horas después de que la Justicia le prohibiera salir del Perú durante 18 meses mientras se le investiga por presunto lavado de activos y colusión agravada.
García, sospechoso de recibir dinero ilícito de la constructora brasileña Odebrecht, pasó su segunda noche en la casa del embajador de Uruguay en Lima, Carlos Barros, desde donde pidió el asilo.
En el frontis de la casa de Barros, en el distrito de San Isidro de Lima, hay menor cantidad de manifestantes en pro y contra de García tras las agresiones que sufrió anoche el ex vicepresidente del Perú Luis Alva Castro, jefe histórico del Partido Aprista Peruano.
“Según el tratado de 1954, si se concede (el asilo), Uruguay considera que hay persecución política”, añadió Bergamino, quien recordó que su país “tiene una larga tradición de asilos”.
En una carta enviada al presidente de Uruguay, Tabaré Vásquez, el ex presidente peruano señaló que la investigación fiscal en su contra no es imparcial y que vive en “un ambiente de persecución política”.
El presidente peruano, Martín Vizcarra, conversó sobre el tema por teléfono con Vásquez y le recordó el acuerdo que suscribieron para luchar contra la corrupción.
En un corto diálogo, Vizcarra le dijo a su homólogo que enviará información judicial y fiscal sobre García para que el gobierno de Uruguay “tome la mejor decisión”.
García, derechista de 69 años que gobernó entre de 1985 a 1990 y de 2006 a 2011, es percibido, según sondeos, como uno de los políticos más corruptos del Perú.
Esta es la segunda vez que García recurre al asilo político en su vida. En 1992, poco después del “autogolpe” de Alberto Fujimori, escapó a un intento ilegal de encarcelamiento y llegó hasta a la casa del entonces embajador de Colombia, país que le dio asilo.
García vivió protegido entre Bogotá y París hasta 2000, cuando volvió al Perú con Fujimori caído y las acusaciones en su contra por enriquecimiento ilícito, cohecho, y colusión ya habían prescrito.
Según documentos, Odebrecht presuntamente le dio 100.000 dólares al ex mandatario por una conferencia que éste dictó en 2012 ante la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo. El dinero fue sacado de la “caja 2”, con la que la firma hacía pagos ilegales.
Las claves de la solicitud de
asilo de Alan García a Uruguay 
El ex presidente peruano Alan García solicitó el sábado asilo a Uruguay, después de que se le prohibiera salir del Perú durante 18 años mientras se le investiga por presuntos lavado de activos y colusión agravada.
A continuación las claves para entender la conducta de García, quien gobernó al Perú de 1985 a 1990 y de 2011 a 2016 como derechista.
¿Por qué es investigado García?
Por presuntamente formar parte de la red de corrupción que montaron Odebrecht y otras constructoras de Brasil en varios países. En su segundo mandato, esas firmas consiguieron lucrativos contratos y hay testimonios y documentos de que se pagaron sobornos.
¿Por qué se complicó la semana pasada la situación de García?
Por la aparición de documentos que aparentemente muestran de la “caja 2” (para pagos ilícitos) de Odebrecht le dio 100 mil dólares, disfrazados supuestamente como pago por una conferencia en Sao Paulo. Para la Fiscalía, es la punta del iceberg.
¿Qué medidas dispuso la Justicia?
El sábado, por pedido del fiscal José Domingo Pérez, el juez Juan Carlos Sánchez le prohibió a García -que reside actualmente en España y regresó a Lima solo para un interrogatorio- salir del país por 18 meses.
¿Cómo reaccionó García ante la disposición?
La calificó como parte de una persecución de “caviares” (nombre despectivo para progresistas) y “comunistas”. Empero, se abstuvo de apelar y prometió “allanarse” (obedecer) a la Justicia.
¿Cómo se dio el asilo?
El mismo sábado, García entró en la casa del embajador de Uruguay, Carlos Barrios, y pidió asilo. La solicitud, basada en la supuesta persecución, está en estudio en Montevideo.
¿Por qué se presume que escogió a Uruguay?
Por ser un país que respeta la figura del asilo y porque García tiene una relación personal con el presidente Tabaré Vázquez. Pese a su giro hacia la derecha, el Partido Aprista, de García, se mantiene en la Internacional Socialista como el Frente Amplio, de Vázquez.
¿Qué pasa si Uruguay concede el asilo?
El gobierno peruano estará obligado a extenderle salvoconducto y permitir la salida, tal como pasó con el propio García en 1992 con Colombia, aunque en esa época, a diferencia de la actual, había en el Perú un régimen dictatorial.
¿Y si no lo concede?
García podría buscar desde la casa diplomática que otro país lo reciba. Si no lo logra, tendrá que salir y quizás la Justicia, al considerar que hubo un plan de fuga, le dicte prisión preventiva.
¿Cúal es el ambiente popular que rodea el caso en el Perú?
Hay desagrado por la actitud de García, quien según la más reciente encuesta de la firma CPI tiene un 5.6 por ciento de aprobación frente a un 93.3 de rechazo. Los peruanos, además, según los sondeos, descartan que haya una persecución.
¿Cuándo podría definirse el caso?
Existe una gran incertidumbre al respecto, ya que no hay plazos preestablecidos ni Uruguay se los ha autoimpuesto.
Textos: DPA / Foto: Vidal Tarqui / Agentur Andina / DPA