Arturo Martínez Núñez
El próximo 15 de octubre se cumplirán dos años de que la maestra Evelyn Salgado Pineda asumiera la titularidad del poder ejecutivo guerrerense. Dos años, la tercera parte ya, de estar al frente de uno de los encargos más desafiantes del servicio público mexicano: el poder ejecutivo del Estado Libre y Soberano de Guerrero.
Evelyn ha sido una agradable sorpresa para todos. Los que teníamos el gusto de conocerla, antes de asumir su encargo, sabíamos de su gran carácter, pero desconocíamos que, al asumir esta gran responsabilidad, habría de mostrar talentos y dotes desconocidos. Evelyn ha tenido que sortear complicadas crisis mediáticas y de gobernabilidad y lo ha hecho con temple y firmeza. Evelyn encabeza todas las mañanas las reuniones de Construcción de Paz que determinan las acciones estratégicas y operativas en materia de seguridad de los tres órdenes de gobierno. Prácticamente no ha faltado a ninguna y cuando tiene que ausentarse físicamente se conecta por vía remota, pero está siempre ahí.
Evelyn ha enfrentado el cúmulo de problemas endémicos que heredó al asumir el gobierno: pobreza, falta de infraestructura, finanzas públicas estresadas, diversos grupos delincuenciales, grupos subversivos “históricos”, organizaciones sociales combativas y una sociedad civil desarticulada con pocas organizaciones intermedias de confianza. No podemos exigirle a la gobernadora que en dos años ponga en orden un desastre tras abandonos centenarios. Lo que sí le podemos exigir a la gobernadora es que haga su mayor esfuerzo y lo siga haciendo con eficacia y honestidad.
Quizás lo único que se le pueda reprochar a Evelyn es la falta de un equipo más robusto que la apoye y evite que sea ella la que lleve la mayor parte de la carga. Pero finalmente esa es una facultad de la gobernadora y si ella se encuentra a gusto con el equipo de trabajo que ha construido, no hay más que apoyarla. En su entorno más cercano, Evelyn cuenta con un grupo de jóvenes eficientes que trabajan sin descanso desde el anonimato y sin agenda personal y que se han convertido en una guardia personal cuyo único objetivo es apoyar a la gobernadora.
Los sexenios suelen dividirse en tres tercios: el primero para tomar el control y afianzar el equipo, el segundo para consolidar y crecer y el tercero para cerrar proyectos y obras y preparar la entrega. Hoy que comienza el segundo tercio del sexenio, el de la consolidación y crecimiento, Evelyn debe de apretar el paso y exigirles a sus colaboradores mayor compromiso y entrega. La curva de aprendizaje ya terminó, el gobierno está más que acomodado. De ahora en adelante se trata de cosechar los frutos del trabajo sembrado. Lo que tenga que cambiar que cambie, lo que tenga que permanecer que permanezca.
Evelyn Salgado es una gobernadora madura y consolidada. Está entregada a su misión y no la turban las guerras de papel ni las insidias ni golpes enviados desde el anonimato. Entiende que mientras esté cerca del pueblo, lo que digan los privilegiados de antes es irrelevante. Evelyn cuenta además con el apoyo absoluto e incluso con el afecto personal del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y de la próxima presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Con esas condiciones inmejorables enfrentará los dos últimos dos tercios del gobierno que sin duda será en beneficio de los guerrerenses. Evelyn ganó su legalidad a punta de votos, pero se ha ganado la legitimidad política gracias a su trabajo constante y fructífero en escritorio y de manera sobresaliente en territorio.
Enhorabuena.
