5 diciembre,2022 9:59 am

Fallece el destacado artista Rafael Cauduro, un revolucionario de la plástica, a los 72 años

Remarca el presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, el mural que hizo en el recinto

Ciudad de México, 5 de diciembre de 2022. El artista mexicano Rafael Cauduro, considerado uno de los más relevantes a nivel mundial, falleció a la edad de 72 años.

El ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, informó sobre su deceso en su cuenta de Twitter. El artista plástico estaba enfermo y permanecía alejado de la escena pública, pero no se informaron cuáles fueron las causas de su muerte.

“Lamento profundamente el fallecimiento del gran Rafael Cauduro. Una enorme pérdida para el arte de México”.

Además, elogió su trabajo que forma parte del patrimonio de la Suprema Corte.

“Su mural en la SCJN será un grito permanente en contra de las injusticias. Mi pésame y un abrazo solidario para Liliana, Elena y Juliana. Descanse en paz”, expresó.

Artista indómito

Resistiéndose en todo momento a ser encasillado en el hiperrealismo, Cauduro prefería identificarse más con la fantasía, la ficción, la mentira.

“Rafael siempre decía que, en todo caso, él era un gran mentiroso. Y que hiperrealista, seguramente era sólo la naturaleza y, si existía, pues Dios mismo, por sus creaciones. Pero él realmente se consideraba mucho más un mentiroso”, recuerda en entrevista telefónica la historiadora del arte Alesha Mercado.

Ante el fallecimiento del artista originario de Ciudad de México, el sábado a los 72 años, uno de los más relevantes del país y fuera de éste, la curadora de la retrospectiva Un Cauduro es un Cauduro (es un Cauduro) insta a reflexionar mucho más acerca de la amplia gama de creaciones y toda la experimentación de su obra, “y no estarlo encasillando en un solo movimiento.

“Para Rafa, eso era como estar limitando su obra y su camino”, resalta Mercado, quien a lo largo de dos años y medio trabajó de la mano con Cauduro para preparar su retrospectiva de medio siglo de quehacer artístico, teniendo acceso a algunos de los aspectos más íntimos de su vida: sus dibujos, sus cuadernos, sus anotaciones, sus cartas, su biblioteca y su archivo fotográfico.

“En los últimos años, la verdad es que su salud había ya empezado a menguar bastante, pero seguía siendo un ser humano lleno de manifestaciones de amor y de cariño y de entrega”.

Tal cual compartió por escrito a Reforma, este mismo año, el artista había permanecido en su casa en Cuernavaca, Morelos, sometido a diversos tratamientos y en reposo, alejado de las entrevistas presenciales debido a problemas con el habla, y con una serie de diagnósticos distintos por parte de los médicos.

“El más acertado, al parecer, es que, al momento de trabajar con tantos materiales, gases y residuos tóxicos, dejaron alguna secuela en mi salud”, externó a Cauduro a Reforma en febrero, cuya constante búsqueda de nuevas texturas y elementos iría definiendo su visión única.

“Fui criticado muchas veces por atreverme a usar impermeabilizantes, resinas epóxicas, pegamentos sintéticos… para crear las bases de mi trabajo. La suma de todos estos procesos se ha convertido en el sello de mi obra”, remarcaría días antes de la inauguración en el Colegio de San Ildefonso de Un Cauduro es un Cauduro (es un Cauduro), actualmente expuesta en el Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano.

Creador comprometido

Cauduro, artífice de un cuerpo artístico concebido fuera de los cánones, se desenvolvió siempre con una mirada crítica sobre las injusticias y la indolencia de la sociedad hacia los marginados, quienes pueblan su pintura, ya sea como ángeles mercenarios, migrantes, mártires o seres monstruosos.

Inaugurado en julio de 2009, el mural Un clamor por la justicia. Siete crímenes mayores, que Rafael Cauduro plasmó en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es considerado una de sus obras maestras.

Los 290 metros cuadrados de pintura comprenden los pasajes: Procesos viciados, Cárcel, Homicidio, Represión, Secuestro, Tortura y Violación, con escenas que recuerdan los niveles de injusticia e impunidad que se viven a diario en México.

“En la historia de la justicia hay también otro tipo de historia, menos obvia si se quiere, pero más constante y permanente: la historia de sus limitaciones, de sus fallas, de sus problemas no resueltos. Seguiremos buscando y exigiendo la justicia –es decir: la justicia seguirá teniendo historia–, mientras siga existiendo un caso en el cual por tardanza o papeleo se le niegue a alguien la justicia; mientras se torture a alguien para obtener una confesión; mientras haya homicidios no resueltos, violaciones y secuestros impunes; mientras la cárcel siga teniendo semejanzas con un juego de azar donde caen quienes carecen de defensa; mientras el derecho no frene la represión y la violencia. Esta historia de fondo es la que importa, ya que revela lo que queremos evitar con la justicia, su razón de ser, la esperanza que la anima”, dijo el artista sobre el mural.

Texto: Agencia Reforma