16 abril,2020 6:00 am

Fallece el escritor Rubem Fonseca, el autor que narró la violencia social de Brasil

La dictadura militar del país sudamericano prohibió sus libros porque retratan “una cara oscura de la sociedad, basada en la delincuencia, el soborno, el latrocinio”. Recibió el premio FIL de Literatura en Lenguas Romances en Guadalajara en 2003

Acapulco, Guerrero, 16 de abril de 2020. Al Brasil más crudo, pero también al más auténtico, se entregó siempre Rubem Fonseca, nacido en 1925 en Juiz de Fora, en Minas Gerais, pero forjado en el violento Río de Janeiro, en donde ejerció como comisario en el Distrito Policial 16 durante la década de los 50. Murió el miércoles a los 94 años, de un infarto. Había estudiado Derecho, especializado en la rama penal, y su carrera en la literatura aún no asomaba.

Las letras llegaron hasta 1963 con Los prisioneros, cuando ya rozaba los 40 años, irrumpiendo una trayectoria que lo llevaría a posicionarse como uno de los narradores más destacados de la lengua portuguesa, galardonado en 2003 por dos premios trascendentales: el Camões, el más importante de su idioma, y el FIL de Literatura en Lenguas Romances, entonces llamado Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, e Guadalajara. Y es difícil entender cómo no se hizo del Nobel.

Sus libros estuvieron prohibidos en 1977 por el Ministerio de Justicia de la dictadura militar brasileña de la época, que descalificó a sus personajes por estar cargados de “complejos, vicios y taras, con el propósito de ilustrar una cara oscura de la sociedad, basada en la delincuencia, el soborno, el latrocinio”.

Ese era el mundo de Fonseca, quien falleció el miércoles a los 94 años en su Río de Janeiro de toda la vida, y, como toda su vida, en una suerte de misterio y de ermitaño, lejos de los reflectores y los reporteros.

Su lenguaje era directo, violento, erótico, pero sobre todo, realista desde sus propios submundos.

Entre sus obras, en su mayoría policiacas, destacan Feliz año nuevo, El collar del perro, El seminarista, Calibre 22 y Axilas y otros cuentos indecorosos, que describen el día a día del crimen, la prostitución y las desigualdades sociales.

Retrató sin miedo y de forma cruda la naturaleza humana, y él mismo reconocía que, como autor, debía decir lo que otros no se atrevían a mostrar. Por ello siempre apostó por un lenguaje “obsceno”, entendiendo que los escritores no debían “discriminar las palabras”.

“Yo escribí 30 libros. Todos llenos de palabras obscenas. Nosotros, los escritores, no podemos discriminar las palabras. No tiene sentido que un autor diga ‘eso no puedo usar’”, sentenció el propio Fonseca cuando en 2015 fue premiado con el galardón Machado de Assis, otorgado por la Academia Brasileña de Letras.

Algunas de sus obras, además, narran la historia de Brasil a través de la ficción, como es el caso de su novela Agosto, donde cuenta las conspiraciones que terminaron en el suicidio del ex presidente Getúlio Vargas.

Fonseca no solo destacó como cuentista y novelista, sino que su talento también desbordó en la pantalla.

Incluso Mandrake, el abogado criminalista que fue uno de los personajes centrales de los libros El gran arte y La biblia y la bengala inspiró la serie Mandrake, producida en 2005 por HBO y representada por el actor brasileño Marcos Palmeira.

Reacciones

Como un gran maestro de generaciones diversas, Fonseca fue despedido por múltiples autores, editores y colegas mexicanos que celebraron su obra ante la noticia de su muerte.

Camarada en el género de la novela negra, el escritor Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica (FCE), recordó cómo México recibió los libros del autor tras la censura que sufrió en su país.

“Rubem Fonseca: Gran compañero, gran amigo, gran novelista; sus libros fueron prohibidos en Brasil, aquí los salvamos”, compartió en Twitter.

La editorial Cal y Arena, que durante tres décadas fungió como su casa en México, lo recordó con unas palabras de su director editorial, Rafael Pérez Gay: “Rubem Fonseca fue un milagro literario y un escritor que murió, literalmente, escribiendo”.

“Murió Rubem Fonseca. El narrador que mejor leyó y escribió la América Latina real, la desigual, hiperviolenta, irónica, vital y caudalosa América Latina. Su prosa sigue siendo la más viva de nuestros países, con distancia. #ElPutoAmo”, escribió en Twitter Antonio Ortuño. Mientras que el escritor y editor Martín Solares pidió a todos detenerse un instante para rememorar al “Jefe Absoluto”: “Dejen todo lo que están haciendo y cierren los ojos por un momento: murió uno de los más grandes escritores que cabía imaginar. Fue cuentista, novelista, guionista, ensayista. Renovó la novela negra en el continente americano. Adiós al Jefe Absoluto, don Rubem Fonseca”.

Texto y foto: Agencia Reforma