29 marzo,2021 9:21 am

Fallece el poeta y periodista Javier Molina; fue parte del Consejo de Huelga del 68

 

Ciudad de México, 29 de marzo de 2021. La Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) informaron del deceso, este domingo, del poeta y periodista chiapaneco Javier Molina, a los 78 años.

El autor de obras como Bajo la lluvia (1974), Para hacer plática (1978), Muestrario (1984) y La luz se rebela (2003) era originario de San Cristóbal de las Casas (1942), estudió sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y trabajó como reportero cultural en los diarios Unomásuno y La Jornada, del que fue uno de los fundadores.

En un comunicado, el INBAL señala que Molina era reconocido y estimado por los pobladores de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, donde desde hace más de 15 años daba talleres de literatura como parte de los programas del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, y fue esa institución la que en 2011 le otorgó un reconocimiento por su trayectoria.

De acuerdo con amigos cercanos, en las semanas recientes había tenido problemas de salud, pues se le había inflamado el pie izquierdo y tenía dolor, lo que le impedía caminar, aunado a complicaciones en el hígado.

Javier Molina estudió sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, desde donde vivió el movimiento estudiantil de 1968. Fue representante ante el Consejo Nacional de Huelga.

En esa época compartió el activismo con José Vicente Anaya y Jaime Goded, en la Brigada Marilyn Monroe, que conjuntaba lo lúdico, la poesía y la alegría con la concientización política.

El cronista de la ciudad, Luis Urbina Zepeda, dijo en entrevista para La Jornada que su muerte “es una pérdida lamentable para San Cristóbal”.

Afirmó que Javier “era una gran persona dotada de cualidades excepcionales, no sólo para la literatura y la construcción de la poesía, sino que tenía un gran conocimiento de la literatura latinoamericana y universal”.

Recordó que en 1993 regresó a San Cristóbal, “nos vino a enseñar mucho. Fue un luchador social con la pluma y de un calibre excepcional porque la humildad y la sencillez que tenía era algo intrínseco a su persona”.

Molina sostenía que en el periodismo “con el paso del tiempo, todos vamos cuidando la forma y el estilo en que nos expresamos. En la poesía esto ocurre también, sólo que de manera más depurada. Afortunadamente para la poesía, ésta no es un género que requiera de horario o de una cuota de cuartillas diarias”.

En su trabajo poético, de casi 50 años, expresó que había llegado a un “ritmo claro. Esa es mi ganancia en el oficio: la voz propia y las imágenes personales manifestadas en un ritmo que me he fabricado”.

Texto: Redacción