El CJNG tomó el poblado de la sierra de Coyuca de Catalán, quemó las casas, se apoderó de hectáreas de maguey y destruyó las fábricas. Vecinos refugiados en Vallecitos piden seguridad a la gobernadora Evelyn Salgado y al presidente López Obrador para regresar y ayuda para recuperar la producción y su trabajo
Vallecitos de Zaragoza, Guerrero, 18 de diciembre de 2021. La guerra por el maguey comenzó en Zihuaquio, municipio de Coyuca de Catalán, donde el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), tomó el pueblo, desplazó a la gente, quemó las casas y destruyó las fábricas de mezcal que era el sustento de las familias que salieron huyendo ante el temor a ser asesinados.
La caída del precio de la amapola ocasionó que los grupos del crimen organizado optaran por los recursos naturales de los pueblos; en Zihuaquio optaron por desplazar a los pobladores y ahora se quedaron con el maguey que sirvió por años para la producción del mejor mezcal de Guerrero.
“Ahora da más dinero el mezcal que la amapola, en nuestro pueblo todos trabajábamos el maguey, muy pocos se dedicaban a la siembra de la droga, con el maguey trabajábamos toda la familia, producíamos y lo vendíamos, eran buenas ganancias sin estar violando la ley”, reveló uno de los desplazados que ahora vive refugiado en Vallecitos de Zaragoza, municipio de Zihuatanejo.
El miércoles, reporteros y pobladores acompañados por la Guardia Nacional (GN), intentaron entrar al poblado de Zihuaquio, en la Tierra Caliente, para documentar las condiciones en que quedaron viviendas quemadas donde hasta hace dos años habitaban más de 320 familias que sobrevivían de la venta del mezcal.
Las condiciones del camino y las amenazas del grupo que opera la zona impidieron la llegada al pueblo que quedó solo desde enero del 2019, cuando decenas de habitantes salieron huyendo por ataques armados que hicieron los integrantes del CJNG.
“La guerra comenzó en 2017, nosotros muchas veces nos tuvimos que defender, pero dos años después llegaron muchos hombres armados, nos pidieron que nos fuéramos y tuvimos que salir dejando todo, muchos caminaron aterrorizados por los cerros, algunos se fueron en sus camionetas y sus motos, pero la mayor parte de las cosas se quedaron ahí, la policía (del estado) sólo fue a ayudarnos para salirnos, no para regresar”, expresó un joven mientras viajaba en una cuatrimoto para intentar llegar a Zihuaquio dos años después de que fue desplazado.
El camino a Zihuaquio es de terracería, desde hace dos años ni una máquina ha entrado a rastrillar la zona, muchas de las brechas ahora están cubiertas por ramas, sólo se puede entrar en cuatrimoto y los cerros están llenos de hombres armados que tienen el control de esta parte de la sierra de Tierra Caliente que colinda con la Costa Grande.
Durante el trayecto de reporteros y pobladores, una de las camionetas de la Guardia Nacional quedó atascada, los pobladores tuvieron que ayudar para sacar el vehículo, abortar la misión de llegar al pueblo y dormir a la intemperie junto a los reporteros ante la falta de condiciones en la zona para transitar libremente.
“Se escucha feo lo que voy a decir, pero a veces está bien que les pase esto, para que vean las condiciones que nosotros vivimos todos los días, para que vean que lo que decimos es verdad, nosotros le decimos al gobierno lo que pasa y no nos hace caso, pareciera que no les interesamos, pero ellos vienen y ven lo que realmente se vive en carne propia y que por muchos años hemos estado soportando en los pueblos”, reclamó un joven mientras ayudaba a sacar el vehículo de la Guardia Nacional.
El jueves, luego de la fallida caravana, los desplazados dieron una conferencia a los medios de comunicación en una de las viviendas en las que quedaron refugiados en Vallecitos de Zaragoza, donde reclamaron que desde la llegada del gobierno de Evelyn Salgado Pineda no han recibido ningún apoyo y exigieron que les ayude a regresar a su pueblo para seguir trabajando.
“Queremos el apoyo de seguridad para poder regresar, queremos que se nos apoye en trabajar, como ahora las casas que nos quemaron difícilmente vamos a comprar lo que perdimos. Queremos recuperar las vinatas, los equipos porque son muy caros y para comprarlos de nuevo no tenemos de dónde, aquí todos votamos por Morena y el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que iba a apoyar a todos, entonces pues nos cae de raro que ya llevamos más de dos años y no hemos podido regresar a Zihuaquio”, declaró Santiago, un mezcalero desplazado.
Zihuaquio se encuentra en la sierra de Coyuca de Catalán y se ha caracterizado por ser un pueblo mezcalero, antes de su desplazamiento había 20 fábricas de mezcal que daban el sustento a las 320 familias que fueron desplazadas por la delincuencia. Su mezcal era uno de los más cotizados en el mercado nacional e internacional, donde un litro de su producción llegaba a costar hasta 3 mil pesos.
“Nosotros le dábamos trabajo a mucha gente, cada fábrica empleaba a más de 10 personas y era un buen sueldo, de ahí nos alcanzaba a todos, llevamos dos años sin producir y cada año sacábamos de 20 a 30 mil litros de mezcal, pero todo se perdió y ahora andamos buscando cómo seguir sobreviviendo”, dijo uno de los mezcaleros afectados.
En Zihuaquio los pobladores trabajaban de enero a mayo para sacar su producción, donde cada vinata producía de 2 a 3 mil litros. Para sacar mil litros los mezcaleros gastaban 50 mil pesos y tenían una ganancia libre de por los menos cien mil pesos. Actualmente quedaron 6 mil hectáreas de maguey listos para ser explotados.
Ahora los pobladores se quedaron sin maguey, sin mezcal, sin ganado, sin casa y los niños sin escuela. Después de dos años esperan que el presidente Andrés Manuel López Obrador con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, los ayude a regresar a sus comunidades de La Cañada, Casas Viejas, La Fragua, La Palma, Santa Ana, La Nogalera y Las Vaquitas que pertenecen al ejido de Zihuaquio.
“La caída del precio de la amapola provocó todo esto, nosotros no nos dedicamos de lleno a su siembra, para nosotros la vida era el maguey y por ende el mezcal, pero ahora nos dejaron sin nada y creemos que como están las cosas muchos pueblos que viven de sus recursos naturales seguirán siendo desplazados para que la delincuencia siga teniendo de donde subsistir, realmente esperamos que todo cambie, tenemos muchos años en guerra y creo que ya es necesario tener un tiempo paz”, finalizó uno de los desplazados.
Texto y foto: Lenin Ocampo Torres