16 diciembre,2017 8:23 am

Golpeado y abandonado, cumple el Centro Histórico de la Cdmx 30 años como Patrimonio

Ciudad de México, 16 de diciembre de 2017. El Centro Histórico recuerda mañana, entre cicatrices, el 30 aniversario de su inscripción en la lista de Patrimonio de Humanidad de la UNESCO, junto con Xochimilco.

Cicatrices por el sismo del pasado 19 de septiembre, pero también por las heridas que resultaron de la ausencia de conservación en inmuebles –edificios escolares, por ejemplo–, agravadas por el movimiento telúrico, asegura Martha Jarquín, coordinadora de Acciones de Gobierno de la Autoridad del Centro Histórico (ACH).

Un año antes del temblor, padres y madres de familia advirtieron a la Delegación Cuauhtémoc de los problemas en los colegios en la zona. La alerta derivó en una mesa de trabajo con diversos funcionarios que constató no sólo rezagos de mantenimiento, sino en documentación: no había planos arquitectónicos de las escuelas.

Jóvenes de la Facultad de Arquitectura de la UNAM se aplicaron en la obtención de los planos, mientras el Instituto para la Seguridad de las Construcciones en la Ciudad de México (ISC) evaluó los inmuebles, varios catalogados como patrimonio, por su antigüedad y valores arquitectónicos.

El ISC recorrió entonces las escuelas, sobre todo las albergadas en monumentos históricos, como la Adriana García Corral, que presentaba riesgos estructurales. Por eso, el 19 de septiembre, a las 13:14 horas, cuando el sismo sacudió al país, las aulas de la García Corral, en Belisario Domínguez 5, estaban vacías: los expertos habían recomendado evacuarla antes del ciclo escolar.

“Por el horario, pudo haber ocurrido una desgracia”, dice el arquitecto Antonio Navarrete.

Jarquín coincide y reseña que los responsables del proyecto para su restauración indicaron que la escuela no hubiera resistido el peso de alumnos, profesores y mobiliario.

La identificación previa de problemas en las escuelas del Centro Histórico desde antes del sismo permitió afrontar la emergencia mejor provistos, explica Jarquín, porque la ACH disponía ya de un expediente, útil al momento de gestionar recursos ante el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y de programar intervenciones con la Fundación Centro Histórico de Carlos Slim.

De 37 con daños menores previstas para rehabilitación, se han entregado 22.

Las cicatrices evidenciaron también el limitado programa de monitoreo permanente en la zona patrimonial, la más dañada por el sismo, con 80 inmuebles afectados, de acuerdo con datos de la Secretaría de Cultura del gobierno federal.

Sólo Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana –los monumentos civil y religioso más importantes del país- tienen instrumentos que miden la aceleración del movimiento sísmico, apunta el titular de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la SC, Raúl Delgado.

“Vivimos en una zona sísmica y necesitamos instrumentar más inmuebles, quizá (diseñar) un programa de instrumentación de las catedrales que están en las zonas de riesgo”.

Los sistemas de medición podrían instalarse en templos como el de La Profesa, el de la Santa de Veracruz o el de Jesús de Nazareno, cuya portada es la que perteneció a la antigua Catedral de México, sugiere Delgado.

“Son de las cosas que cuestan poco y valen mucho, porque eso nos daría información de dónde están las debilidades del monumento”, añade el arquitecto.

Las cicatrices en varias viviendas del Centro Histórico responden más al abandono de los inmuebles que al sismo, considera el coordinador de la Red Interinstitucional de Investigación Urbana y Arquitectónica (IPN-UAM), Ricardo Tena.

“Se dañaron un poco más con el sismo, pero ya lo estaban. Tenemos edificios históricos usados como vivienda que, en el caso de los más antiguos, tienen estructuras de piedra en muros de mampostería y vigas de madera y no un sistema constructivo de concreto y acero, de modo que el comportamiento de estas edificaciones ante los sismos es diferente”, refiere.

Tena contrasta el caso de edificios habitados con inquilinos organizados que reciben recursos públicos para mantenimiento y que durante el sismo presentaron daños menores. Otra es la situación de inmuebles históricos restaurados que se ofrecen para vivienda nueva en el mercado inmobiliario, generalmente en buen estado de conservación.

Sin embargo, las constructoras suponen otro riesgo al edificar en la zona patrimonial sin respetar alturas ni paisajes, como advirtió el lunes el director de la ACH, Jesús González Schmal. “Las tenemos en la mira para que, al momento que abran (las edificaciones ilegales), cerrarlas, y proceder en consecuencia”.

 

Texto: Yanireth Israde / Agencia Reforma/ Foto: Galo Cañas, Cuartoscuro.