8 febrero,2024 5:09 am

Grave resbalón de Xóchitl

Humberto Musacchio

Xóchitl Gálvez ya se puede ir despidiendo de toda posibilidad de llegar a la Presidencia de la República. Quizá no lo sepa, pero tendrá que decir adiós a quienes creyeron que era una estadista, mujer patriota y, por lo mismo, férrea defensora de la independencia mexicana.

En tierra gringa, la candidata de la oposición fue hostilizada por simpatizantes de Morena, lo que era esperable, pues allá viven 13 y medio millones de nacidos en México, quienes cultivan expresiones peculiares del nacionalismo, fórmulas que propician el amor por su patria de origen y el cultivo de una identidad que han sabido enriquecer a su manera, con la celebración de las fechas más importantes de nuestro calendario cívico y la difusión, bajo diversas formas, de la gastronomía, el atuendo, las costumbres y otros factores que les permiten mantener vigentes sus lazos con la paisanada de aquí.

Quizá no sea plausible esa hostilidad hacia la candidata, pero lo que dijo e hizo ella en la potencia vecina ofende gravemente a México. Por supuesto, ella es libre de mostrar su desacuerdo con el gobierno de Morena, pero es inaceptable que conceda credibilidad a la acusación de una agencia del gobierno estadunidense, según la cual López Obrador recibió dinero del narco en la campaña electoral de 2006.

No es un secreto que las agencias del gobierno de Estados Unidos han sido relativamente contenidas en este sexenio, pues –al menos eso se nos ha informado—ya no se permite la libre circulación de sus policías armados por la República Mexicana, lo que nunca preocupó a los gobiernos priistas y panistas.

La acusación de haber recibido dinero del narcotráfico fue lanzada, sin prueba alguna, contra el gobierno mexicano. Pero no podemos olvidar que la especie salió de la DEA, la corrupta corporación antidrogas del país vecino. Tampoco puede soslayarse que, durante 14 meses, la Drug Enforcement Administration tuvo como su más alto funcionario en México a un Nick Palmeri, quien fue destituido a fines de 2022 por sus relaciones con muy conocidos abogados de los narcos.

Por eso no puede concederse crédito a la acusación, aunque varios periodistas anti AMLO han hecho suya esa versión que, insistimos, se lanzó sin mostrar prueba alguna, después de lo cual la Casa Blanca declaró que el asunto era “caso cerrado”, todo conforme a los viejos modos de Washington, experto en acusar a uno u otro gobierno de cualquier cosa para poder presionarlo. Aún así, Xóchitl exige que AMLO presente una demanda por difamación ¡en los tribunales de Estados Unidos!

Lo que exhibe tintes canallescos es la visita a Luis Almagro, a quien sus amos pusieron al frente de ese ministerio de colonias que es y ha sido la OEA. Pedirle a un personaje de baja estofa que vigile el proceso electoral mexicano es, por si alguien no se ha enterado, anticipar la vocación entreguista que tendría un eventual gobierno de Xóchitl Gálvez y, peor aún, de la triada PAN, PRI y PRD.

La candidata de la oposición entregó por escrito su solicitud, porque para ella y sus compinches “resulta necesario prevenir y evitar la intervención de actores que generen desequilibrios en la contienda electoral y que supongan un riesgo al estado de derecho”. Doña Xóchitl y compañía no consideran peligrosa  ni mucho menos lesiva la intervención de un personaje tan desacreditado como Almagro, quien repetidamente ha mostrado su animadversión hacia los gobiernos latinoamericanos que resultan molestos para el imperio.

La hoy abanderada de la derecha, ante sus anfitriones, dijo que era “ofensivo y humillante” que el orador principal en la celebración del la independencia mexicana fuera el “dictador cubano” Miguel Díaz-Canel y que desfilara un contingente militar ruso, como ocurrió bajo el gobierno panista de Calderón. Fue más allá la mujer y declaró que se “coquetea” con Rusia y China y que “no hay voluntad de colaborar con Estados Unidos”, lo que es una rotunda mentira, como lo evidencia la lamentable participación de efectivos de nuestras fuerzas armadas en ejercicios conjuntos con tropas de Estados Unidos.

En un epigrama, el colega Miguel Ángel Ferrer sintetizó lo ocurrido: Xóchitl Gálvez fue de viaje/ (a Dallas dice la gente)/ ¿No fue a Washington el viaje?/ yo pregunto, ingenuamente.