17 agosto,2023 5:32 am

Guerrero en el laberinto de la violencia y el espectáculo

 

Vidulfo Rosales Sierra

“El evento de la cantante Belinda transcurrió en completa calma. El espectáculo demuestra que en la capital se sigue realizando vida social tranquila pese a los hechos que han alterado el orden público”. Así resumió el gobierno del estado su informe semanal de seguridad realizado el día lunes 14 de los corrientes.
Mientras tanto la violencia sigue galopante e incontrolable. El sábado pasado mataron a un hombre y una mujer en el parque de la Colonia la Laja. El mismo día en Atenango del Río a un lado del palacio municipal fueron emboscados elementos de la Policía Ministerial. El comandante de la Zona Norte fue privado de la vida y dos personas resultaron heridas. Al otro día mataron a un campesino de la Coordinadora Indígena de Pueblos de Guerrero (Cipog) y su hijo de 16 años cuando se abastecían de gasolina en pleno tianguis de artesanías de Chilapa. Ese mismo domingo en Chilpancingo hubo amenazas graves de atentar contra transportistas que llevaran a las personas al concierto de Belinda y aparecieron granadas cerca del recinto donde se realizaría. El martes 15 fue encontrado un hombre decapitado sobre un taxi del servicio público en El Quemado, municipio de Acapulco.
Al tiempo que la entidad se baña en sangre, el gobierno del estado deambula a la deriva sin un plan y estrategia efectiva que frene la ola delictiva. Por el contrario, se recurre a levantar polvareda para distraer la atención.
La semana pasada desde las esferas del gobierno circuló un rumor de que fuerzas contrarias al gobierno exigirían la renuncia de la gobernadora, por ello se activaron sus redes: grupos de mujeres y organizaciones salieron a manifestarle el apoyo. Se dio la instrucción que todo trabajador del estado debería mostrar su respaldo a la mandataria. Ignoramos que tan serias sean las amenazas de desestabilización. Todo parece indicar que se trata de una acción del gobierno para desviar la atención. El círculo cercano de la gobernadora y su partido salieron a denunciar al clero, a los medios “cuestionables” y a los caciques que emprendían una campaña contra el gobierno y trataban de frenar la cuarta transformación.
El sábado pasado tuvo lugar el concierto de la cantante Belinda en Chilpancingo, en medio de actos violencia graves y los escándalos en que se ha visto envuelta la alcaldesa.
El concierto de la cantante fue presentado como una acción de gobierno. Las instituciones obligaron a los empleados a asistir al baile, desplegaron campañas en medios y redes sociales promoviendo el evento. Se dispuso de un impresionante operativo de seguridad para cuidar la fiesta y de transporte gratuito para los asistentes. Finalmente, el aforo fue exiguo, sin embargo, el gobierno festejó el éxito del evento tratando de mostrar que en Chilpancingo la gente vive tranquila. En el informe semanal de seguridad el concierto ocupó un lugar central. El propio secretario de Seguridad alardeó de la eficacia de sus fuerzas policiales para dar seguridad en el espectáculo.
Mientras el gobierno se ocupa de organizar fiestas y crear fantasmas que amenazan la gobernabilidad. Los grupos delictivos matan a las personas en avenidas y plazas públicas sin que las fuerzas de seguridad los contengan
Las acciones de distracción y la negación de los hechos son un total yerro del gobierno. El día de ayer un medio nacional publicó que recibió la visita de la gobernadora de Guerrero, allí declaró que han disminuido significativamente los índices de homicidio sin explicar las fuentes que sustentan sus datos dijo que en el 2014 la entidad ocupaba el segundo lugar en homicidios dolosos mientras que para el año 2022 pasó al noveno.
Dudo que con aspavientos pachangueros y negando los hechos de dolor y muerte que está dejando la violencia, se resuelvan los problemas.
Los miles de víctimas no olvidan a sus muertos y desparecidos. Los familiares de Esteban Xochitempa y su hijo Juan Xochitempa asesinados en Chilapa el domingo pasado no son sólo una cifra de la violencia, es una familia que sufre el dolor que provoca la pérdida irreparable de los seres queridos. Ninguna autoridad se ha acercado a tenderle la mano a la viuda, nadie le brinda unas palabras de aliento, solo ella sabe cómo enfrenta su dolor. Hace meses le mataron a su hijo mayor y ahora perdió a su esposo e hijo más pequeño quedándose sola. Mientras tanto el gobierno solo atina a levantar cortinas de humo con supuestas conspiraciones y fiestas para desviar la atención.
Estamos lejos de que el gobierno reconozca el problema de la violencia que azota el estado, que tenga un diagnóstico, estrategias y líneas de acción claras para revertirla. Persiste una indolencia ante el dolor que sufren las víctimas de este lastre social. Ponen oídos sordos a los llamados al diálogo con las víctimas, organizaciones sociales y otros actores.
Nos preguntamos si tienen pactos con los grupos delictivos y prefieren seguir nadando de a muertito o les pesa más la arrogancia y soberbia. Creen que los bonos de legitimidad del presidente y los pactos con los empresarios y caciques de la entidad alcanzan para contener la inconformidad social de un pueblo que sufre una opresión secular.
Las acciones frívolas y espontáneas han sido un sello distintivo de este gobierno. Desde su llegada a la administración no hemos conocido un plan de gobierno. No se han trazado políticas públicas y acciones propias de la entidad. Todos los programas sociales y las carreteras artesanales son del orden federal. Salvo algunas acciones tangenciales para inhibir la violencia contra la mujer, nada se ha hecho. Los crímenes contra los luchadores sociales siguen sin resolverse, no se investiga ni se busca a los más de cinco mil desaparecidos, los desplazados por la violencia están a la deriva sin una ruta de solución, las deudas del sector educativo y salud siguen sin pagarse. Las protestas al por mayor de maestros, campesinos, estudiantes, colonos y víctimas de violaciones a los derechos humanos dan cuenta de la inconformidad social en guerrero y un gobierno ausente, disociado de los problemas más graves que vive el pueblo, una administración envuelta en escándalos de nepotismo y en una maraña de frivolidades.
Mientras tanto, todo parece indicar que seguirán las fiestas, la pasarela y el karaoke. Dicen que ya se anuncia un concierto de Luis Miguel a realizarse en Acapulco próximamente y que está en puerta un refugio de patitas felices en esa ciudad.