1 abril,2020 8:20 am

Ignoran capitalinos la emergencia sanitaria y cientos de ellos se apiñan en bancos del centro

Los policías no dicen nada a la gente en el Zócalo; “nadie nos ha autorizado pedirle a la gente que se vaya a sus casas”, explica un agente. Hay negocios de diferentes giros que cerraron y otros se están viendo afectados por falta de clientes, sobre todo los que atendían a la burocracia o al sector educativo, que salieron de receso

Chilpancingo, Guerrero, 1 de abril de 2020. Ignorando la emergencia sanitaria decretada por el Consejo de Salubridad General, que llamó a la población a quedarse en casa, de manera “voluntaria”, por la epidemia de Covid-19, este martes, cientos de ciudadanos se apiñaron afuera de los bancos ubicados en el zócalo de la capital, a donde acudieron a realizar diferentes trámites y movimientos.

También se vieron familias con niños, y ancianos caminando o descansando bajo los árboles del Zócalo de la capital, a pesar del llamado de la Secretaría de Salud por la emergencia sanitaria, y ante el aumento exponencial de los casos confirmados y sospechosos de Covid-19.

Aún con la negligencia de algunas personas, hay negocios de diferentes giros que cerraron y otros se están viendo afectados por la falta de clientes, sobre todo los que atendían a la burocracia o al sector educativo, que salieron de receso desde la semana pasada.

Algunos restaurantes o fondas que permanecen abiertas, han comenzado a prestar servicio a domicilio, anunciándose a través de las redes sociales.

Sin embargo, afuera de los bancos aumentó la presencia de personas, a pesar de la alerta sanitaria. Este martes, se vieron colas de personas de hasta unos 20 metros, mientras que las medidas para evitar la propagación del virus solamente se cumplieron dentro de las instalaciones, poruqe afuera los cuentahabientes permanecieron apiñados, sin que nadie les orientara ni obligara a aplicar las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias.

En la sucursal de Bancomer, un agente de la empresa de seguridad privada TSP se colocó en la entrada y malhumorado permitía el acceso de uno en uno, para evitar el hacinamiento adentro. En tono de regaño, exigía a los clientes que respetaran la cola y les preguntaba por el trámite que realizarían.

Consultados, la mayoría de los clientes formados informaron que acudían a realizar envíos o a cobrarlos, y argumentaron la necesidad de permanecer así, por las prisas derivadas de la contingencia sanitaria.

Las mismas colas se vieron en la sucursal de Banamex, donde la gente en este caso se aglomeró debido a que pagaban las cuotas de los estudiantes de preparatoria, de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG).

En ambos casos, los que esperaban su turno afuera de las instituciones bancarias no tomaron ninguna medida de protección, entre ellas, guardar un metro de distancia uno de otro o utilizar cubrebocas, tampoco hubo personal que les indicara que asumieran las medidas de prevención recomendadas.

Asimismo, en varias partes del Zócalo, el mediodía de ayer, se vio a familias con niños, así como personas de la tercera edad sentadas bajo los árboles. En varios puntos se vio la aglomeración, sin que cumplieran con las medidas preventivas.

Algunos policías consultados aseguraron que no han recibido la instrucción de sus superiores para invitar a la gente a que se retire a sus casas, como lo informó el lunes el presidente municipal, Antonio Gaspar Beltrán.

“Sabemos que el presidente instruyó al secretario general del Ayuntamiento, pero a nosotros nadie nos ha autorizado pedirle a la gente que se vaya a sus casas, para evitar la propagación de la enfermedad”, aseguró uno de los policías.

La aglomeración de personas sólo se vio en el Zócalo, porque las calles siguieron vacías y muchos de los negocios, de distintos giros, permanecieron cerrados; además, restaurantes y cafeterías se vieron vacíos.

Algunos de los establecimientos de comida han optado por no servir los alimentos en sus instalaciones y ofrecen los platillos sólo para llevar.

Uno de estos negocios fue la cadena MacDonald, que colocó un aviso en la entrada, que dice: “Nuestro lobby se encuentra cerrado, sólo contamos con servicio para llevar”.

Los más afectados son los negocios pequeños, uno de ellos fue la cocina Damiana, ubicada en el centro de la capital, que a partir de esta semana comenzó a ofrecer sus platillos a través de Whatsapp.

Silverio, uno de sus trabajadores, que ofrecía atoles, tamales y conservas en carretilla por las calles, dijo que debido que ya no hay ventas dejó de vender en las calles y a partir de ayer se le vio repartiendo volantes, en los que se ofrece el menú de la cocina económica con el número de teléfono o de Whatsapp, en donde los clientes pueden pedir sus alimentos.

Los comerciantes de Chilpancingo viven de la burocracia de los tres órdenes de gobierno, así como del personal y estudiantes de las instalaciones de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), de la UAG o de las escuela privadas, pero al cerrar éstas desde la semana pasada, el comercio se vio afectado.

Rafael Acosta, el propietario de la cocina económica Las Güilotas, ubicado en la calle Quintana Roo, informó que los clientes de su negocio son los inquilinos a los que les renta cuartos y los trabajadores del Tribunal Unitario Agrario (TUA), que está enfrente de su negocio. Pero, que a partir de esta semana el TUA cerró sus puertas, la mayoría de sus inquilinos se fueron a sus pueblos y los negocios cerraron, por lo que desde el lunes se quedó sin clientes.

Explicó que, sin embargo, va a continuar abriendo, para no despedir a dos de sus empleadas, a quienes prometió que les va a seguir pagando, aunque sea de sus propios recursos, porque dijo que en lo que dure la contingencia ya no tendrá ganancias.

En cambio, donde se mantuvo igual la movilidad de personas, fue en el mercado central Baltazar R. Leyva Mancilla. Este martes, que fue día de quincena, las naves internas y las calles aledañas se vieron abarrotadas de clientes, incluso hasta después del mediodía.

Texto: Zacarías Cervantes / Foto: Jessica Torres Barrera