Zacarías Cervantes

Chilpancingo

De acuerdo al obispo emérito Salvador Rangel Mendoza, la violencia en Chilpancingo, la está provocando un nuevo grupo local que con el respaldo de las autoridades quiere ocupar la plaza.
En declaraciones por teléfono, dijo que en Guerrero, como en varios estados del país, los grupos del crimen organizado se están empoderando y es la causa de que esté aumentando la violencia.
Salvador Rangel añadió que se está confirmando lo que declaró el año pasado después de las elecciones para gobernador y presidentes municipales, respecto a que “ahora nos van a gobernar los narcos, no los políticos”.
Refirió que a nivel nacional se están haciendo señalamientos contra el presidente Andrés Manuel López Obrador de que tiene un pacto “con estos señores” (del narcotráfico), “y desgraciadamente lo que está pasando a nivel nacional se está reproduciendo a nivel estatal”.
Rangel Mendoza aseguró que “le consta” que muchos gobernantes de Morena tienen relación con los grupos delincuenciales.
Opinó que el problema es que en Guerrero, “desgraciadamente se les está saliendo de las manos el control de estos grupos; tanto a la gobernadora como a la fiscal, e igual a las presidencias municipales, porque no actúan a pesar de que saben quiénes son”.
Según Rangel Mendoza, las autoridades tiene el panorama claro y saben bien por qué se está originando “todo esto” (la violencia) pero los están dejando actuar.
Con respecto a la violencia que detonó esta semana en Chilpancingo y Petaquillas, explicó que aparentemente se trata de un enfrentamiento entre los grupos delictivos Los Ardillos y Los Tlacos, “pero no es así”.
Según el ex obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, a quien el representante del colectivo Siempre Vivos de Chilapa, José Díaz Navarro, relaciona con Los Ardillos, se trata de un nuevo grupo que se está fortaleciendo en Chilpancingo y está sacando al de Los Tlacos.
Pero versiones extraoficiales refieren que recientemente hubo un rompimiento entre los Tlacos y el grupo de Juan Guevara, el Jaleaco, con el que se aliaron en el 2018 para sacar de Chichihualco al Cartel del Sur, encabezado por Isacc Navarrete Celis, y ahora el Jaleaco es el que quiere retomar la plaza de Chilpancingo.
Salvador Rangel, aseguró que es el nuevo grupo el que ha colocado lonas en distintos puntos de Chilpancingo, con señalamientos en contra de uno y otro grupo para calentar la plaza “y echarlos a pelear”.
Según el obispo emérito este grupo cuenta con el respaldo de las autoridades y estas están aprovechando la violencia para actuar en contra tanto de Los Ardillos como de Los Tlacos.
Puso como ejemplo la irrupción de los militares el martes pasado en Petaquillas y las recientes detenciones de tres miembros de los Tlacos en el marcado Baltasar R. Leyva Mancilla, acusados por cobrar cuotas, uno de ellos agente ministerial.
En el caso de Pataquillas cuestionó: “¿Si saben que está tranquila la zona, a qué se mete el Ejército, la Guardia Nacional y la Policía Estatal?”. Y él mismo responde: “pues van a provocar, y para qué, si saben que la perra es brava”.
Para Rangel Mendoza el actual gobierno enfila, además, una “venganza” hacia el grupo de Los Ardillos porque en las elecciones pasadas estos organizaron los mítines más numerosos en Quechultenango y Mazatlán, a favor del entonces candidato del PRI, Mario Moreno Arcos y que en esos lugares “por poquito pierde” la ahora gobernadora Evelyn Salgado.
“Veo una venganza política de Félix (Salgado) y de la gobernadora”, insistió.
Añadió que hace mucho que el gobierno no tiene presencia en esa zona, “entonces quien guarda el orden, quien guarda la disciplina, desgraciadamente son los Ardillos y no es el gobierno. Eso pregúntenselo a cualquiera, por eso cuando se mete el Ejército, la Policía Estatal o la Marina o quien sea, la misma gente defiende a ese grupo por que han recibido más cosas buenas de ellos que del gobierno”.
Reiteró lo que ha dicho otras veces que ahí no hay crímenes, asaltos, cobro de piso, levantones. “Lo que sí se da en Chilpancingo donde está toda la autoridad”.
Según el obispo emérito, el incendio de los taxis tampoco es parte de un conflicto entre Tlacos y Ardillos. Aseguró que los vehículos atacados son los que vienen de las rutas Tlapa-Chilapa o Tlapa Chilpancingo en donde hay “taxis piratas” y las autoridades hace ocho meses retiraron a 35, “pero todavía siguen (trabajando) otros”.
Informó que el “grupo Chilpancingo” asesinó hace poco a una líder de los transportistas de Tlapa y estos a su vez acribillaron a Francisco García Marroquín.
También explicó que la violencia de la noche del 4 de mayo en Chilpancingo, cuando hubo balaceras, incendio de vehículos y cortes al servicio de energía eléctrica en algunas zonas de Chilpancingo, fue ejercida por Los Tlacos, en respuesta a la detención de tres de sus miembros en el mercado Baltasar R. Leyva Mancilla.
“Quisieron amedrentar al gobierno para que los liberara, pero hubo una reacción de la Fiscalía; catearon las casas de los que provocaron todo eso; la quema de carros y las balaceras y les encontraron drogas y armas.
Informó que derivado de estas acciones fueron detenidas cuatro personas, pero ya liberaron a tres “y nomás tienen a una en Acapulco”.
Dijo que Los Tlacos “quisieron mostrar el puño fuerte, pero se enfrentaron con la Fiscal, que hasta ahorita yo veo que está trabajando bien, de manera independiente”.
Respecto a lo señalado a El Sur por algunas fuentes en el sentido de que la violencia se recrudeció porque ya no interviene para pacificar la zona, reconoció que no pero que sigue en contacto con “algunas personas y lo que este de mi parte, si yo puedo seguir ayudando, sigo ayudando”.