Señor director:  

Una vez más apelo a su amabilidad para solicitarle un espacio en su sección de lectores, deseo comentar la carta del señor Baltazar Pérez Palacios, en respuesta a un artículo de Salvador Aguilar.

Dice el señor Pérez que Salvador Aguilar miente al afirmar que Zeferino Torreblanca es un producto de la mercadotecnia y que quien sí usa la mercadotecnia es Armando Chavarría, aduciendo los spots que aparecen en la televisión. No se trata de que en la era del Internet y las comunicaciones instantáneas los candidatos a cualquier cargo sigan usando el mimeógrafo; lo malo no es usar los modernos medios en la comunicación política, sino sustituir el contenido por la imagen, la verdad por la mentira, como lo hizo Vicente Fox, diciendo que iba a resolver el problema indígena de Chiapas en 15 minutos, que en su gobierno íbamos a crecer al 7 por ciento o que crearía un millón de empleos anuales, ese es un uso tramposo de la mercadotecnia.

Zeferino también ha usado esa mercadotecnia tramposa, tratando de plantar en la mente de los guerrerenses al menos cinco mentiras:

1. Que el es el único precandidato perredista que le puede ganar al PRI.

2. Que su gobierno en Acapulco es la prueba de que es el gobernante que requiere Guerrero.

3. Que los perredistas no somos capaces de hacer una elección limpia.

4. Que las encuestas son el mejor método para elegir a nuestro candidato.

5. Que él es candidato de la unidad.

Esta es la clase de mercadotecnia que muchos no aceptamos, la que recurre a la manipulación para confundir al ciudadano.

Dice Don Baltazar que Zeferino impulsó programas sociales. Deseo que me diga, si no lo traiciona la memoria, cinco grandes programas sociales que haya emprendido el gobierno del empresario que gobernó Acapulco. Yo le puedo decir los de López Obrador: adultos mayores, madres solteras, la universidad del Distrito Federal, discapacitados y habitación popular. ¿El señor Pérez se acordará de los de Zeferino Torreblanca? No creo, porque ese no fue el sello de su administración. No digo que no haya hecho otras cosas, Sinfonía del Mar se ve mejor por ejemplo, pero la política social no fue su fuerte y eso es lo que necesita la inmensa mayoría de guerrerenses que han sido marginados.

Las marchas son una de tantas formas de hacer campañas, todos intentamos llevar muchos compañeros, pero el éxito depende principalmente de la cantidad de recursos económicos con los que se cuente, más que de la popularidad de un precandidato. No minimizo el acto de Zeferino, fue bueno, pero eso por sí solo no mide su popularidad y arrastre. Y no importa cómo den los empresarios o los  ciudadanos su apoyo, en dinero o en especie, al tiempo de contabilizarlo es dinero. Para la convocatoria emitida por el partido es lo mismo en efectivo que en especie. Si un empresario presta un autobús, o alguien regala cien tortas, eso tiene un costo y se contabiliza en dinero. Ya ven que Carlos Ahumada le prestaba su helicóptero a Rosario Robles y lo caro que nos salió a los perredistas. Por otra parte, es la primera vez que oigo la cifra de 50 mil asistentes al acto de Torreblanca, es posible que esto se explique porque con el tiempo va generando intereses. Seamos serios señores.

Ya está rebasado el problema de si es encuesta o elección. La convocatoria está emitida, vamos a la elección el 15 de agosto, y hagamos de esta elección, el proceso más limpio de que se tenga memoria en el PRD, para que todos los perredistas nos enorgullezcamos de nuestro partido, a todos nos conviene que así sea.

 Atentamente
Celestino Cesáreo Guzmán
Oficial mayor del Comité Ejecutivo Estatal del PRD