El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, informó que hace cinco días sostuvo el último encuentro con narcotraficantes para lograr la tregua entre los pueblos de la sierra, por lo que solo falta una cuarta parte para desbloquear en su totalidad el tránsito del transporte público.
Al concluir la misa ofrecida en la capilla del panteón central de Chilpancingo, el presbítero llamó al Ejército a desistir de destruir los plantíos de amapola en la temporada de invierno, ya que eso pone en peligro los ingresos de cientos de familias de la sierra.
“Yo digo que el Ejército en ese sentido debe ser más prudente, porque si la gente está herida, si la gente tiene hambre, si la gente no tiene futuro, es como su tuvieran un panal de avispas, van y le pican, en lugar de ayudar provocan más rabia, descontento y desilusión”.
Al concluir la eucaristía, donde pidió rezar por aquellos difuntos que no fueron recordados por sus familiares, Rangel Mendoza recordó que la última vez que sostuvo un encuentro con líderes del crimen organizado en la sierra, fue hace cinco días, pero apuntó que ha subido en dos ocasiones.
De manera abierta, comentó que “esos señores de Filo de Caballos” le dijeron que por su parte no había problema para que circulara el transporte de Tlacotepec, pero pedían seguridad en Xochipala.
“Porque por Xochipala se pasan algunos forajidos, por decirlo así, que vienen de Mezcala por una carretera de terracería, porque si se pone más vigilancia en Xochipala ya se puede transitar libremente, es una exhortación que mandó a los de Tlacotepec, que hay que confiar en las personas, ahorita está la promesa de estos señores de Filo de Caballos que ya no van a molestar a los que pasen. Yo mismo le hacía ver a este señor que con este bloqueo todo mundo ha perdido, incluso ustedes (ellos) porque ahí asaltaban las camionetas sobre todo las de comida, hasta ustedes (ellos) ya no tienen a quien asaltar, entonces vale la pena que se normalice el tráfico (circulación)”.
Puntualizó que en los encuentros que sostuvo con “estos personajes” le expusieron su necesidad de atraer polos de desarrollo, ya que a raíz del decremento en el precio de la goma de opio ya no se puede costear.
“Nada más queda como un cuartito para poder desbloquear este detalle, pero yo apelo a la buena voluntad tanto de los de arriba como los de abajo, que pueda normalizarse esta situación, porque una cosa es verdad con estos bloqueos y esta situación nadie está ganando, más bien todos están perdiendo”, comentó.
Dijo que la propuesta de estos grupos es sembrar flor, además de comercializar el aguacate, pera, manzana y durazno que se produce en la zona, el problema es cómo lograr venderlo.

El llamado al Ejército

El obispo lanzó un llamado al Ejército para pedir que no continúe con la destrucción de los plantíos recién sembrados de amapola en la sierra, o si lo hace que sólo sea una parte, porque esta acción afecta el ingreso de las familias.
“Ellos pusieron su esperanza en aquellas plantitas y por lo menos yo me doy cuenta que alrededor de Filo de Caballos el Ejército ya destruyó totalmente la amapola, yo digo que el Ejército en ese sentido debe ser más prudente”.
Recordó que desde el año pasado “otro señor de los narcotraficantes” le pidió que en esta temporada se les apoyara con láminas, cobijas y que se respetara la siembra de la amapola, porque en esta temporada invernal necesita comer.
En la consulta se le preguntó respecto a la situación que atraviesa el municipio de Acapulco. Reconoció que él no tiene mucha información, pero advirtió que es un pulmón económico de Guerrero, por lo que se le debe de dar seguridad.
Recordó que es momento de que el gobierno del estado y el federal brinden todo el respaldo a la alcaldesa Adela Román Ocampo, quien enfrenta la presión de los grupos del crimen organizado.
“Sé que también hay varios grupos delincuenciales en ese lugar, pero al entrar un gobierno nuevo los quieren presionar y chantajear, siempre eh dicho que hay más gente buena, que mala, no hay que perder de vista Acapulco”.

La legalización

“Dios quiera que un día se legalice (la siembra de la amapola) con medios medicinales, pero ahorita desgraciadamente cayó el precio. Hace un año el kilo costaba 35 mil o 40 mil. Ahorita lo pagan hasta 3 mil 500 a 4 mil pesos. Entonces ahorita la amapola no es negocio, es a lo que invito al gobierno federal, a salir en ayuda de los campesinos”,.
El presbítero señaló que a su consideración es el momento adecuado histórico y sicológico para que las instituciones salgan en ayuda de los campesinos y mejore su calidad de vida.
“Los mismos jefes del narcotráfico me están pidiendo eso, que haya polos de desarrollo si ellos lo están pidiendo, porque no aprovechar estas oportunidades, porque ya no es negocio, ustedes saben que al caer el negocio de la amapola por la venta de drogas sintéticas como el China White y el fentanilo se quedaron totalmente desarmados”.
En la consulta se le pidió su postura ante la llegada del primer migrante hondureño que llegó en una de las caravanas a Chilpancingo. Recordó que todos somos migrantes, y si en México existe la posibilidad de dar ayuda a estos “hermanos” centroamericanos se debe de ofrecer. “Son países menos favorecidos y nosotros, ahí tenemos una obra de misericordia, de hospedar al peregrino y yo creo que en la medida de nuestras posibilidades tenemos que ayudarlo, entonces en esto apoyo las iniciativas del gobierno de muchas diócesis y muchos católicos que apoyan a estos hermanos centroamericanos”.