EL-SUR

Sábado 25 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Política  

Son ahora espacios públicos y aulas de clases de música las recámaras y salones de Casa Guerrero

En las paredes pelonas hay pizarrones pintados con notas musicales y bocinas colocadas en las esquinas. Aquí, alguna vez, los distintos gobernadores se dieron vida de sultán

Zacarías CervantesChilpancingo

Octubre 26, 2015

 

La Casa Grande, desde donde sumergido en la piscina techada, el entonces gobernador Rubén Figueroa Figueroa le dijo al director del documental de la televisión francesa El señor gobernador: “Lo único que no cumplió es traerme a una francesita para que yo la pudiera agasajar aquí en México”, se observa ahora vacía y silenciosa.
En las paredes pelonas de los amplios salones sólo hay pizarrones pintados con notas musicales y bocinas colocadas en las esquinas. De las puertas cerradas cuelgan letreros que dicen “Talleres”, “Coro”, “Violín”, o “Administra-ción”. Estas son,  ahora, instalaciones abiertas que funcionan como sede de la orquesta y coro comunitarios del Sistema Renacimiento en Chilpancingo. Aquí, alguna vez, se dieron vida de sultán desde 1976 los distintos gobernadores desde el mencionado Figueroa Figueroa en cuya gestión se construyó lo que originalmente se conoció como residencia oficial Los Eucaliptos.
Para llegar directo a la Casa Grande, como la conoce el personal que durante muchos años trabajó en la residencia oficial de los gobernadores, se entra por la puerta 2. Aquí era la zona más restringida de todo el complejo, porque allí estaba la habitación del gobernador en turno y su esposa; las habitaciones de los hijos e hijas; la cocina, el comedor, los baños y la piscina techada.
“A nosotros no nos dejaban acercarnos a varios metros de distancia. Aquí, afuera, solamente estaba la guardia personal del gobernador”, recuerda Emilio González Santiago, quien es parte del personal de seguridad que comenzó a trabajar desde el gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo en 2005.
La otrora impenetrable zona se encuentra en el centro de Los Eucaliptos, bautizada después Casa Guerrero y, ahora, por iniciativa del gobernador Rogelio Ortega Martínez, denominado Complejo Cultural Guerrero, a partir de que maestros, estudiantes e integrantes de organizaciones sociales penetraron el recinto el 27 de noviembre del año pasado como parte del reclamo por la presentación con vida de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desaparecidos la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre, en Iguala.
Ahora, el único lugar al que se impide el acceso al público es la recámara que ocupaba el gobernador en turno. El resto de las habitaciones y salones están abiertos, ocupados por la escuela de música.
Un espacio más de esta área es lo que era la recámara habilitada para los hijos e hijas de los gobernadores en turno. La habitación se compone de dos recámaras y sendos vestidores, equipados con varias cajoneras, baños completos y sillones especiales para el aseo y arreglo del cabello. Esta es la única de las recámaras que no se usa como salón de clases, pues se exhibe como una muestra de lo que era la vida en Casa Guerrero.
La residencia oficial Los Eucaliptos fue construida entre 1975 y 1977, en el sexenio de Rubén Figueroa Figueroa, emblema del caciquismo en Guerrero, que se dio a conocer en el extranjero en el documental El señor gobernador, dirigido por el cineasta Jean Émile Jeannesson y producido por la Televisión Francesa.
En el documental aparecen escenas de la piscina y el amplio comedor de la entonces recién construida residencia Los Eucaliptos, en donde Figueroa Figueroa se deja ver ante el  mundo como un gobernador de horca y cuchillo, cuando bromea hablando por teléfono festejado por sus cercanos colaboradores: “Coronel, venga con un batallón a capturar a los franceses, los castra usted, los fusila y los remiten para la Francia”, en referencia a quienes filmaban el documental.
Ahora, de la pared de ese comedor cuelga un letrero que da cuenta de ese episodio: “En este espacio fue grabada parte del documental El señor gobernador que la televisión francesa realizara y tenía como protagonista al extinto gobernador Rubén Figueroa Figueroa”.
En otro espacio se lee que el también extinto gobernador José Francisco Ruiz Massieu emitió un acuerdo por medio del cual se nombra residencia oficial Casa Guerrero, que el gobernador Rogelio Ortega decidió no utilizarla como casa habitación, y que hoy es la sede de la orquesta y coro infantil de Chilpancingo.
Afuera, en los amplios jardines, entre los pinos, eucaliptos y laureles de la india, aún se pasean los pavorreales y venados que le daban un tono exótico al lugar.
A unos 200 metros de lo que era la Casa Grande, está lo que ahora es el museo. El área está compuesta por amplios salones, en donde antaño los gobernadores hacían las reuniones de trabajo. Era el lugar abierto al público, entrando por la puerta 3, la última, ubicada en la parte superior del complejo.
En la primera sala del acceso principal, en cuya fachada maestros y estudiantes pintaron el 27 de noviembre de 2014, con letras rojas y grandes en la marquesina: “Nos faltan 43”, está ahora el salón denominado La Línea del Tiempo, un área en donde se muestra la riqueza de la fauna y flora particular del estado de Guerrero.
A unos 20 metros está la puerta tres, por donde los manifestantes entraron ese 27 de noviembre, franqueados por la esposa del gobernador Rosa Icela Ojeda, quien vestida de blanco, con una bandera nacional y otra blanca, los recibió y les dijo: “Entren, esta es la casa del pueblo”.
Después, en un acto público, el gobernador Ortega anunció que a partir de esta fecha se abriría este inmueble de Casa Guerrero como un espacio público, de cultura, diversión y para el conocimiento científico para la gente de Chilpancingo.
Al fondo del salón La Línea del Tiempo, hay una sala de exposiciones temporales.

Huellas de la incursión de normalistas

Aquí, la tarde del 23 de octubre de 2014, rodeado de sus colaboradores, el entonces gobernador Ángel Aguirre Rivero solicitó licencia al cargo, presionado por los acontecimientos de violencia de Iguala, que dejó seis personas muertas, más de 25 heridas y 43 estudiantes desaparecidos.
En uno de los costados está el salón de los movimientos sociales, que lo componen un televisor con la leyenda en la pantalla: “Fue el Estado” y a un costado una silla con el número “43” pintado en el respaldo. El televisor y la silla se encontraban en las habitaciones de lo que se conoce como la Casa Grande y fueron trasladados hasta este lugar como símbolos de ese movimiento.
También se encuentra aquí un documento del Plan de Ayutla de 1854; la historia del imperio mexica de 1430 a 1511. Asimismo está el documento del Plan del Zapote, del movimiento antiporfirista de 1910; así como el documental del más reciente movimiento, que derivó en la autonomía de la Universidad de Guerrero de 1960.
En un área adjunta se encuentra la ludoteca, en donde los niños pueden acudir a ver películas, y una sala de juegos, en donde la única regla para los menores es que cuando se retiren dejen las cosas en el lugar que las encontraron.
Junto a ésta, hay otra sala en la que los padres de los niños pueden esperar a sus hijos descansando o leyendo un libro.
En otro espacio está la fonoteca, en donde el público puede acudir a escuchar su música favorita.
Todo el conjunto forma parte de lo que el gobernador Rogelio Ortega aspira a que se convierta en el Complejo Cultural Guerrero, pero que, sin embargo, carece aún de un proyecto definido y de un sustento legal aprobado por el Congreso local. Tampoco existe un decreto mediante el cual se haya aprobado la propuesta.
La residencia oficial Casa Guerrero, hoy Complejo Cultural Guerrero, tiene una extensión de 4.7 hectáreas y está ubicado al sur de esta ciudad; allí, desde 1976, han habitado los mandatarios en turno y sus familias. Además, una parte de las instalaciones han servido para oficinas del gobernador, e incluso para sus fiestas particulares.
Una de las fiestas que se recuerda, es la que ofreció el 13 de septiembre de 2013 el entonces gobernador Ángel Aguirre, a más de cien invitados especiales, entre integrantes de su gabinete, políticos, senadores y diputados. Esa noche, mientras Aguirre degustaba con sus invitados, se acercaba la tormenta tropical Manuel, cuyos efectos posteriores provocaron más de cien personas fallecidas y daños materiales incalculables en toda la entidad.
La propuesta de Ortega Martínez es que el proyecto sea integral, que incluya la rehabilitación del complejo turístico Jacarandas, las instalaciones del Instituto Nacional del Deporte, el auditorio Sentimientos de la Nación y el Palacio de Gobierno. Se dijo que se crearían nuevas vialidades en esta zona de sur de la ciudad. Sin embargo, fuentes extraoficiales informaron que el decreto para que este proyecto se instituya como complejo cultural aún está en proceso.

No tiene objeción para compartirla, dijo Astudillo

Incluso el gobernador electo Astudillo Flores, dijo que “no hay sustento legal para que Casa Guerrero deje de ser Casa Guerrero”.
En declaraciones el miércoles pasado, después de reunirse con los integrantes del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y el Desarrollo Económico, en Acapulco, Astudillo Flores matizó que no tendrá inconveniente en compartirla con los espacios culturales de hoy, pero que se requiere de un lugar “para que el gobernador tenga posibilidad de trabajar y no para dormir, no para hacer fiestas”, dijo.
Luego agregó que ocupar Casa Guerrero no es lo prioritario, “hay que compartirla para asuntos culturales, no tengo prisa por ir a Casa Guerrero, tengo prisa por gobernar, además tengo la fortuna de que mi casa está cerca de Casa Guerrero”, declaró.
Emilio González Santiago, que forma parte del personal de seguridad, informó que actualmente laboran en el mantenimiento de las instalaciones 30 jardineros, 15 trabajadores administrativos, seis personas para la limpieza.
A unas horas de que termine el gobierno de Rogelio Ortega, existe incertidumbre entre elllos, pues no saben si Astudillo seguirá ocupando las instalaciones como residencia oficial, al viejo estilo de los gobiernos priistas, o si respetará el proyecto ideado por Ortega Martínez.
Otro de los empleados contó que ahora la vida allí para ellos es más tranquila y desahogada de carga de trabajo, “pero nos da igual si vuelve a ser esto lo que era antes”.
En caso de decidirse por volver a convertir las instalaciones en residencia oficial, Astudillo Flores las encontrará desoladas, vacías de mobiliario. “Había infinidad de bienes, pero desconocemos qué pasó, no sabemos cómo se perdieron, si se los robaron o si fueron vandalizados por los estudiantes de Ayotzinapa cuando entraron”, dijo otro de los empleados.