Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Tres hijas y la viuda del finado dirigente de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), Bruno Plácido Valerio, sufrieron un atentado la mañana de ayer pasando la caseta de La Venta en la Autopista del Sol, cuando venían a Chilpancingo para participar en una ceremonia religiosa con motivo del 55 aniversario del nacimiento de Plácido Valerio, y a exigir justicia por su homicidio.
El dirigente de la UPOEG, fue asesinado el 18 de octubre en la entrada de las oficinas de la Secretaría de Salud estatal, al sur de Chilpancingo, donde ayer por la mañana se realizó una misa con motivo del 55 aniversario de su nacimiento.
Al final, familiares del victimado dirigente, exigieron justicia debido a que a casi cinco meses del crimen no hay avances de las investigaciones y el caso sigue en la impunidad.
Antes, aproximadamente a las 6 y media de la mañana de ayer, cuando las hijas y la viuda del asesinado dirigente de la UPOEG se trasladaban a Chilpancingo para participar en esa ceremonia religiosa, a bordo de una camioneta blanca doble cabina, al menos dos hombres con armas largas que circulaban en un automóvil gris, les dieron alcance y le dispararon al menos en tres ocasiones a las llantas de la camioneta con intenciones de que detuvieran su marcha.
“Al momento de los disparos, mi mamá se tuvo que detener, en ese momento se intercalaron otros carros y fue lo que nos ayudó para que ya no nos siguieran disparando y para regresarnos en sentido contrario a la caseta para pedir auxilio”, narró una de las hijas de Plácido Valerio, quien explicó que manejaba la camioneta su madre.
Dijo que cree que la agresión fue directamente contra ellas, aunque aclaró que desconoce el motivo.
“Gracias a Dios estamos bien y vivimos ahorita para poder contarlo, dentro de lo que cabe, sí estamos bien”, declaró la joven, quien pidió como condición para hablar con los medios de comunicación que no se tomaran imágenes de sus rostros ni publicar sus nombres.
Contó que después de que se refugiaron en la caseta de cobro, llamaron por teléfono al director general de Gobernación del estado, Francisco Rodríguez Cisneros, a quien le solicitaron protección y ahí se esperaron hasta que llegaron policías estatales en una patrulla y las resguardaron a Chilpancingo.
Informó que derivado del atentado, van a valorar si solicitan medidas cautelares al gobierno estatal.

No las atiende la fiscal pese a peticiones de audiencia, dice hija

Informó que a casi cuatro meses del homicidio, la Fiscalía General del Estado (FGE) no les ha dado a conocer los avances de la investigación “y hasta ahí nos han tenido, por ello pedimos que se esclarezca el caso, no puede quedar impune”.
Indicó que han solicitado au-diencias constantemente con la fiscal Sandra Luz Valdovinos Sal-merón para saber cómo va el caso, pero “no nos han atendido, nos han dicho que por los cambios que ha habido no nos han podido atender”.
En la explanada de la Secretaría de Salud, donde se realizó la ceremonia religiosa, se colocaron toldos y sillas para los asistentes, pero sólo acudió un reducido número de familiares y amigos del victimado dirigente social (unas 10 personas), y el ambiente se notaba y se sentía tenso.
Enfrente se colocaron dos coronas de flores y en na de ella se leyó: “¡No a la impunidad! 4/03/1969”.
También se colocó una lona con el mensaje: “Bruno Placido Valerio. Soy de Diálogo y no me gusta la pelea, soy duro conmigo mismo y no permito que nadie me humille. 4 de marzo de 1969”.
La misa fue oficiada por el fray Fernando García, integrante de la comunidad católica de la iglesia de San Pablo Apóstol.
Durante su homilía, fray Fernando comparó la violencia que vive el estado y particularmente Chilpancingo, con la plaga de la lepra bíblica de la que se habla en el Antiguo Testamento.
Dijo: “Vivimos una ola de violencia que no se termina, una ola de violencia que está al día, no podemos descansar un momento porque ya estamos escuchando en los medios de comunicación tantas cosas que pasan en nuestra sociedad, en nuestro Chilpancingo, en todo nuestros estado de Guerrero”.
Agregó: “Esa es la lepra que estamos viviendo actualmente, pero también estamos viviendo en una sociedad indiferente, en una sociedad que no tiene a Dios en sus corazones, si tuviéramos a ese Dios que nos da la paz, nuestra vida sería diferente”.
Reprochó que ante esa violencia “vivimos en una sociedad indiferente, que no tiene a Dios en su vida, en sus familias, en Chilpancingo”.
Criticó que pareciera que, en efecto, la sociedad se está acostumbrando a la violencia, “como alguien dijo por ahí”, indicó en referencia a la declaración que hizo en ese sentido la presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, en una de sus conferencias de prensa de los lunes.
“Eso está mal, no nos debemos acostumbrar a la violencia”, dijo.

El gobierno es responsable del atentado: Cipog-Ez

En declaraciones por teléfono, el dirigente del Consejo Indígena y Popular de Guerrero Emiliano Zapata (Cipog-EZ), Jesús Plácido Galindo, sobrino de Bruno Plácido Valerio, denunció que los responsables del atentado a los familiares directos del dirigente de la UPOEG, son los gobiernos del estado y federal.
Informó que el Congreso Nacional Indígena (CNI), la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF) y el Cipog-EZ “repudiamos ese atentado” y denunció que esta agresión se viene a sumar a la impunidad en el asesinato de Bruno Plácido.
“Todo es responsabilidad de la FGE y de los gobiernos del estado y federal que no han hecho nada por esclarecer el asesinato, detener a los responsables y garantizar seguridad a la familia, todo esto es responsabilidad del gobierno que actúa en complicidad con los narcos”, señaló.