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Jueves 30 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Guerrero  

Autoriza el gobierno federal extraer agua del acuífero vedado Chilpancingo, informa la Conagua

Hay riesgo de efectos perjudiciales por la explotación intensiva, como la inutilización de pozos, el incremento de costos de bombeo y la disminución y desaparición de manantiales, advierte

Daniel VelázquezChilpancingo

Enero 26, 2016

 

El gobierno federal autorizó extraer 22.9 millones de metros cúbicos anuales de agua del acuífero Chilpancingo de los municipios de Chilpancingo, Leonardo Bravo (Chichihualco), Tixtla, Mochitlán y Eduardo Neri (Zumpango).
El acuífero Chilpancingo está vedado desde el 13 de febrero de 1975, hace 40 años y 11 meses, pero la Comisión Nacional del Agua (Conagua) publicó este martes un estudio en el Diario Oficial de la Federación (DOF) en donde se recomienda establecer las reglas de operación para otorgar concesiones o asignaciones directas para la extracción de agua.
Este miércoles entró en vigor el acuerdo en donde se da a conocer el resultado del estudio técnico de aguas nacionales subterráneas del acuífero Chilpancingo, clave 1228, en el estado de Guerrero, Región Hidrológico-Administrativa Pacífico Sur, el cual recomienda, “decretar el ordenamiento procedente para el control de la extracción, explotación, uso o aprovechamiento de las aguas subterráneas en toda la superficie del acuífero Chilpancingo”, y suprimir la veda impuesta desde 1975.
El documento publicado establece que la veda de la extracción de agua del subsuelo sigue vigente, “hasta en tanto se expida el instrumento jurídico que la Comisión Nacional del Agua, por conducto de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, proponga al titular del Ejecutivo Federal, mismo que permitirá realizar la administración y uso sustentable de las aguas nacionales del subsuelo en el acuífero Chilpancingo”.
El acuerdo también advierte que el acuífero tiene disponibilidad limitada de agua y existe riesgo de sobreexplotación si se permite la extracción desordenada, y sugiere que se haga un aprovechamiento controlado del recurso.
“El acuífero Chilpancingo clave 1228 se localiza en la porción central del estado de Guerrero, cubre una superficie de 543.53 kilómetros cuadrados, comprende parcialmente los municipios de Chilpancingo, Leonardo Bravo, Tixtla, Mochitlán y Eduardo Neri”.
De acuerdo con la información del censo de aprovechamientos de 2008 de la Comisión Nacional del Agua, “se registró la existencia de 150 aprovechamientos de agua subterránea, de los cuales 17 son pozos, 117 norias y 16 manantiales”.
“El volumen de extracción total estimado entre pozos, norias y manantiales es de 9.9 millones de metros cúbicos anuales, de los cuales 5.2 millones de metros cúbicos, 52.5 por ciento, se destinan al uso público-urbano, 3.8 millones de metros cúbicos, 38.4 por ciento, se destinan a uso doméstico-pecuario, 0.4 millones de metros cúbicos, 4 por ciento, se destina al uso agrícola y 0.5 millones de metros cúbicos, 5.1 por ciento se utilizan para las actividades de servicios”.
En el documento se explica que, “el máximo volumen que puede extraerse para mantenerlo en condiciones sustentables es de 22.9 millones de metros cúbicos anuales, que corresponde al volumen de recarga media anual, menos la descarga natural comprometida”.

Riesgo de sobreexplotación del acuífero

El acuerdo también advierte que el acuífero tiene una disponibilidad limitada de agua y existe riesgo de sobreexplotación si se permite la extracción desordenada, se sugiere que se haga un aprovechamiento controlado del recurso.
“El acuífero Chilpancingo, clave 1228, actualmente tiene una disponibilidad media anual de agua limitada para impulsar el desarrollo de las actividades productivas, aunado al incremento en la extracción y aprovechamiento del agua subterránea, por consecuencia de alumbramientos que se efectúan de forma desordenada, para satisfacer el incremento de la demanda se podría originar un desequilibrio en la relación recarga-extracción y causar sobrexplotación”, se lee en el documento.
Hay un riesgo de “que se genere efectos perjudiciales causados por la explotación intensiva, tales como la inutilización de pozos, el incremento de los costos de bombeo, la disminución e incluso desaparición de manantiales, así como el deterioro de la calidad del agua subterránea”, por lo que es necesario prevenir la sobreexplotación y proteger al acuífero de un deterioro ambiental en la región, advierte el estudio.