EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Guerrero  

Confinan las imágenes religiosas en Taxco; no hay procesiones por segundo año consecutivo

Reportan actividades religiosas privadas y guardias en algunas iglesias, donde se escuchó la música característica de las “chirimías”. Opinan de la pandemia dos Penitentes, personajes que en su peregrinar arremolinan a las masas debido a su disciplina de auto martirio en las celebraciones, todos en el anonimato, con vestimenta negra

Claudio Viveros Hernández Taxco

Abril 03, 2021

El mercado municipal donde la venta de pescado y marisco atrajo a una multitud sin las medidas de sana distancia ni la presencia de autoridades del Ayuntamiento de Taxco Foto: Claudio Viveros

Claudio Viveros Hernández

Taxco

La Semana Santa en Taxco, por segundo año consecutivo, transcurre con el confinamiento de imágenes religiosas, vírgenes y cristos, y sin las imponentes procesiones durante el día y la noche, consideradas de las mayores atracciones en Guerrero y afectadas ahora por la pandemia.
Antes del nuevo coronavirus en las calles se veían centenares de penitentes de diferentes hermandades, que han atraído a miles de lugareños y turistas nacionales y extranjeros.
El jueves y viernes santo de este año fue como en el 2020, con celebraciones religiosas suspendidas, sin otra actividad más que la misa y la adoración eucarística del jueves, la meditación del viacrucis y adoración de la Santa Cruz de ayer en la parroquia de Santa Prisca.
Además otros actos cerrados y guardias en algunas iglesias, donde se escuchó en algunas la música característica de las “chirimías” y, fuera del reglamento que ha regido a la hermandad mayor de los penitentes, se habló de acciones de penitencia a puerta cerrada, no permitidas y menos en tiempos de esta contingencia, que según dijeron viejos penitentes “si lo llegaron a hacer fueron piratas”, penitentes fuera de la ley.

La pandemia, un jalón de orejas para la humanidad: Penitentes

En charla con El Sur, dos penitentes uno de más de 55 y otro de unos 35 años, el primero de oficio reconocido con el que ha logrado mantener a su familia y lograr culminar una profesión para sus hijos, y el segundo docente y de tradición religiosa en su familia, platicaron de la vida interna de lo que ha sucedido en esa hermandad, a lo que ellos llaman comunidad y agrupa a los encruzados, flagelantes y agachados.
Ellos en su peregrinar arremolinan a las masas, su disciplina de auto martirio al cargar espinas sobre sus hombros con las manos atadas, azotarse la espalda hasta hacerla sangrar y cargar un crucifijo sobre sus manos, además de los que se atan en grupo una pesada cadena que arrastran atada a sus tobillos, todos en el anonimato, con vestimenta negra y solo protegidos con un capirote o capuchón para mantener reservada su identidad.
“Esperemos en Dios que este jalón de orejas mundial nos haga recapacitar, nos haga ver para lo que venimos, reconocer lo que hemos perjudicado y echar todo a la basura, debemos empezar a valorarnos con el ejemplo de la humildad de Jesús, el dar al que no tiene y dar la vida por el prójimo y no la envidia y la soberbia, para que ese virus se apague”, soltó José, con la experiencia de ser parte vital de esta penitencia.
Consideró que después será un mal recuerdo la enfermedad y el virus que atacaron a la humanidad, será histórico y tendremos que luchar para ser mejores, dijo, porque de lo contrario la crisis humana continuará “y necesitamos mantenernos firmes, porque la fe mueve montañas”.
“Pues que mueva al mundo esa enfermedad y no volvamos a estar retirados, porque es difícil no estrechar la mano de un amigo, en situación tan crítica por la salud y la economía. Ahora es importante que eso nos venga a hacer reflexionar y ponernos las pilas”, añadió.
La lección, agregó, nos sirvió para estar con nuestra familia, porque antes salías a trabajar y solo convivías sábado y domingo, de alguna manera vino a hacernos un bien en cuestión familiar.
Para Francisco es una advertencia, “una llamada de atención para volver a encontrarnos, pero mucha gente no lo ve de esa manera y es indiferente, Dios nos quiso poner a prueba, muchos lo entendimos, otros no y no nos cuidamos”.

Hermandad Mayor disgregada y penitentes “piratas”

Parte de esa Hermandad Mayor que se disgregó y hasta 2020 se contabilizaban 12 grupos distintos con elementos que se fueron, algunos por tener otros intereses y no respetar la reglamentación ni disciplina interna, informaron.
Uno mencionó que como parte de esa familia en la religión y en calidad de penitentes tuvieron el privilegio de dar vida a dos santuarios, el del barrio de Ojeda y La Veracruz, al hacer sus reuniones y guardias eran bien recibidos por los vecinos que les apoyaron.
La penitencia, coincidieron, les dejó mucho, porque Taxco en Semana Santa se vuelve más fervoroso, “no como en otros lugares donde hay mucho desmadre”, y aquí uno se reconcilia más con Dios, para estar con tranquilidad, limpio y sin haber cometido nada grave.
“Hacíamos cuatro retiros durante el año, y llegamos a tener el privilegio que el entonces obispo, Fidel Cortés Pérez, oficiara una misa y llegó a convivir con nosotros el padre Alejandro García Durán conocido como el padre Chinchachoma (benefactor de niños de la calle en la ciudad de México), el padre J. de la Merced Corral y Mendoza, que nos venían a abrir los ojos ante Dios en los retiros y enseñanzas, sin imponer nada, y después llegaron otros sacerdotes”.
Como Hermandad Mayor, expresó José, a mí me tocó llegar cuando estaba al frente el señor Rufino Salinas Aguilar de dirigente, quien estuvo durante 30 años, y en ese tiempo era la única, después cambiaron autoridades que se convirtieron en coordinadores y, por divergencias e intereses, se formaron otras que rebasaron las diez agrupaciones, algunas con “piratas”.
El primer grupo, detallaron, fue por un integrante que llegó en estado de ebriedad, llegó “tomadón” a un retiro y a muchos no les pareció, pero hubo quienes le dieron autorización para que saliera en procesión en Semana Santa.
Un segundo grupo fue por motivos económicos y así fue con las demás que sumaron 12, y la mayoría se separaron porque no querían saber nada de sacerdotes ligados con la Teología de la Liberación, que llegaron a Taxco para nutrir su formación, pero algunos se resistieron.
A los políticos que durante varios años se han incrustado dentro de los penitentes los calificaron igual que los habitantes, de “exhibicionistas” con intereses, sin nada que ver por la gente y por tener el cinismo de aparecer en actos de fe en Semana Santa.
“Eso no tiene madre”, criticaron a los que han andado ahí, sean priistas, panistas y conversos con sonrisa cínica.
Consideraron que para el próximo año sí va a haber participación de los penitentes durante las procesiones de Semana Santa en Taxco, pero si hay o no hay, “a nosotros no nos afecta, porque ya lo vivimos, ya lo sentimos, ya lo gozamos con la presencia del Señor en los retiros y actividades que desarrollan durante el año”.

Semana Santa, sin procesiones y de fiesta

El jueves y viernes de esta Semana Santa pasó con efímeras celebraciones religiosas al interior de las iglesias de barrios y comunidades, en las que la música de las “chirimías” se dispersó por las cercanías, para no olvidar y rubricar estas fechas tradicionales que le dieron presencia mundial a este destino turístico.
Sin procesiones, sin imágenes y penitentes en las calles empedradas, en las que hasta hace tres años cientos de velas las iluminaron en el trayecto, la otra realidad se expandió en el relajamiento y desacato de los propios habitantes (jóvenes en mayoría) y turistas, a las medidas sanitarias establecidas por Salud federal para prevenir los contagios.
La procesión más significativa, de Los Cristos con el largo recorrido de imágenes entre el anochecer del jueves y madrugada del viernes por las calles del centro histórico, barrios y comunidades aledañas, no se realizó, y el acto quedó a la expectativa, sin más, y con alta afluencia de turistas.
En Viernes Santo la procesión de las Tres Caídas y el sermón se suspendieron, la procesión de penitentes de las distintas disciplinas quedó en el vacío ante la expectativa de la gente a la que se informó no había tales actos durante toda la semana.
Vía redes sociales se transmitió la representación de la Crucifixión y el Descendimiento a puerta cerrada en la que estuvieron algunos miembros de la Hermandad de Soldados Romanos y las notas dolientes de la flauta y el tamborcillo, después de la Pasión y muerte de Jesús.
Ese rumbo correspondió a la procesión del Santo Entierro por la tarde, y la del Silencio a la medianoche.
Por otra parte, en antros, cantinas, bares, el mercado y el transporte público parece que no hay crisis sanitaria, la sana distancia, uso de gel desinfectante y el cubrebocas quedaron en el olvido, sin el actuar del Ayuntamiento a través de sus dependencias de Salud, Reglamentos, Protección Civil y Seguridad Pública.