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Miércoles 17 de Abril de 2024

Guerrero, México

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El informe del EAAF evidencia inconsistencias en la versión de los inculpados por el caso Ayotzinapa

El Equipo Argentino de Antropología Forense no sólo confirmó que no hubo incendio en el basurero de Cocula, sino que no hay coincidencia entre sus declaraciones y la evidencias encontradas

Lourdes ChávezChilpancingo

Febrero 11, 2016

 

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) no sólo confirmó que no hubo incendio en el basurero de Cocula el 27 de septiembre de 2014, evidenció las inconsistencias en las declaraciones de los inculpados que sostienen la tesis de la Procuraduría General de la República (PGR).
De acuerdo con el dictamen emitido, el EAAF informó que no hay coincidencia entre las declaraciones de que en ese lugar fueron asesinados los estudiantes de Ayotzinapa, por ellos y otros miembros de Guerreros Unidos, y la evidencia balística encontrada.
Los científicos comentaron que les llamó la atención la actuación de peritos de la PGR, que sin la intervención de los expertos independientes (garantía de certeza y legalidad para los padres de los estudiantes desaparecidos), realizaron diligencias de balística. Dejaron ver que puede haber pruebas “sembradas”.
En general, informaron que en el basurero se reunieron 132 casquillos de 39 armas de fuego distintas de diversas casas de fabricación, algunas con mucha diferencia de año y lote de fabricación.
Así como la recuperación de 42 casquillos calibre 22 LR percutidos por una misma arma, el 15 de noviembre de 2014 por peritos de la PGR, en una diligencia a la que no llamaron a los peritos del EAAF, después de un periodo en que el área estuvo sin custodia.
En este contexto, mencionaron la declaración del detenido, Jhonatan Osorio Cortés (el 28 de octubre de 2014): “nos dijo que sólo lleváramos ‘cortinas’, es decir armas cortas como de nueve milímetros, se nos instruyó que no lleváramos armas largas que teníamos asignadas”.
El testimonio también señaló a tres personas con armas largas, “como cuernos de Chivo”, que identificó como Pelón, Mente o Cerebro y Pardo, y a cuatro con pistolas 9 milímetros, Duba, Cepillo, Rana y Pato.
En la declaración de otro inculpado, Agustín García Reyes señaló a seis personas con armas de fuego cortas, El Pato, El Cepillo o El terco, El Güereque, El Primo y El Bimbo, “todos ellos dispararon a donde estaban amontonados todos los estudiantes”.
En los dos casos señalaron el uso de armas cortas, supuestamente para ultimar a los normalistas y sólo mencionan el calibre 9 milímetros.
Sin embargo, en la evidencia balística hallada entre el 27 de octubre y el 6 de noviembre de 2014, predominan 73 casquillos de 25 fusiles de asalto calibre .223R/5.56; 12 casquillos de pistola 9 milímetros y cuatro de calibre 7.62.
Es decir, las armas largas identificadas en el basurero no coinciden con las que señala el detenido Osorio Cortés.
Los casquillos de arma corta que “casualmente” encontraron los peritos de la PGR (43 casquillos 9 milímetros, de los cuales 42 estaban en un mismo sitio, bajo unas piedras), afirmaron que tampoco es consistente con la declaración de los inculpados sobre las armas que llevaban, porque los detenidos nunca mencionaron el calibre .22LR
Señalaron que los inculpados refirieron que ellos y los integrantes de Guerreros Unidos dispararon sobre estudiantes amontonados, con armas de fusiles calibre 7.62, pistolas o subametralladoras 9 milímetros y revolver 38 súper.
De haber disparado de esa manera sobre los estudiantes, aseguraron que habrían encontrado más evidencia en el sitio.
Otra inconsistencia es que la persona que describen como Peluca portaba “una 38 súper” y el resto del grupo pistolas 9 milímetros, pero el calibre más representativo es de fusil .223, seguido de 22.LR.
En este sentido concluyeron que en el basurero de Cocula no encontraron evidencia científica para establecer correspondencia entre los elementos recuperados y los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.