EL-SUR

Sábado 18 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Guerrero  

Esclarecer la guerra sucia, “asignatura pendiente” de AMLO, dice ex guerrillera

La creación de una Comisión de la Verdad “fue un acto de muy buena voluntad” pero que no se pudo “materializar” por las condiciones políticas, señala Laura Elena Gaytán Saldívar, sobreviviente de desaparición forzada del Campo Militar Número. Recuerda que, en 2022 durante la primera inspección a ese lugar, se dio cuenta de que el Ejército no permitiría que “se supiera todo”, “fue una puesta en escena, los milicos nos trataban como turistas”. Cree que con la candidata de Claudia Sheinbaum se van a “resarcir todos estos desfases”

Abril 12, 2024

La sobreviviente de la guerra sucia, Laura Elena Gaytán Saldívar, en entrevista previa al homenaje en memoria de los dirigentes del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), José Luis Martínez Pérez y Elín Santiago Muñoz que se celebró el martes pasado en Acapulco Foto: Carlos Carbajal

Ramón Gracida Gómez

El esclarecimiento de los hechos de la guerra sucia es la “asignatura pendiente” del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, declara la sobreviviente de desaparición forzada del Campo Militar Número 1, Laura Elena Gaytán Saldívar, quien considera que la creación de la Comisión fue “un acto de muy buena voluntad” de parte del mandatario, pero las condiciones políticas no permitieron avanzar.
La también integrante del Comité ¡Eureka! relata las dificultades que vivieron los familiares en la inspección al Campo Militar como parte de las actividades de la comisión, donde estuvo recluida clandestinamente tres meses en 1979, y la falta de colaboración del Ejército; confía, sin embargo, que una futura victoria de la candidata Claudia Sheinbaum le pueda dar continuidad a la lucha del esclarecimiento histórico.
Laura Gaytán nació el 25 de mayo de 1957 en el municipio de Ignacio Zaragoza, Chihuahua. Es la penúltima de nueve hermanos de una familia de campo, “gente pobre, liberal y juarista”, destaca. Dos primos hermanos fueron parte de los guerrilleros que cayeron en el asalto al cuartel Madera el 23 de septiembre de 1965.
Su hermano Armando participó en el movimiento de 1968, no estuvo en la masacre del 2 de octubre porque había sido detenido, pero era parte del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), del que fue fundador; ella empezó a los 15 años “a cumplir muy pequeñas tareas, misiones”.
A su pareja José Luis Martínez Pérez, el guerrillero homenajeado este martes en el panteón de Las Cruces, donde está enterrado, lo conoció en la casa de uno de sus hermanos, planchando, “yo entré en shock, los roles de género estaban muy bien diferenciados, no era tan abierto como ahora”. Tuvieron a su hijo Inti.
Cuando vieron la noticia que había muerto Lucio Cabañas el 2 de diciembre de 1974, José Luis Martínez le dijo a su pareja: “la muerte está dentro del escenario lógico de nuestras posibilidades, nunca lo olvides, a mí también me van a matar”.
José Luis Martínez murió en un enfrentamiento desigual contra la Brigada Blanca en Torreón, Coahuila, el 9 de abril de 1979; tres días después, Laura Gaytán es capturada en Morelia, Michoacán, y luego fue trasladada al Campo Militar Número 1, donde estuvo desaparecida hasta el 5 de julio de 1979, cuando salió gracias a la presión del Comité Eureka de Rosario Ibarra de Piedra. Ahí dentro cumplió 22 años.
Al salir, luchó por encontrar el cuerpo de José Luis Martínez, que cayó junto con Elín Santiago Muñoz, lo recuperó meses después en el Servicio Médico Forense (Semefo) de la Ciudad de México y lo enterró en el panteón de Las Cruces.
Laura Gaytán habla con El Sur el lunes en la noche, aún no tenía la semblanza que le pidió Elda Nevárez de su pareja Elín Santiago; y es que la historia del MAR se ha escrito poco, “nos formamos en una mentalidad casi nada protagónica, como que la idea de pasar desapercibido era tan fuerte, que tratábamos siempre de no sobresalir”.
Fue apenas hace cinco años que comenzaron a realizar un homenaje en la casa de Torreón donde cayeron los dos guerrilleros del MAR y este año fue la quinta vez desde 1979 que Laura Gaytán acudía a Acapulco, la última fue en 2019, cuando llevó a su nieto que le empezaba a preguntar por su abuelo.
El plan inicial era sólo acudir con sus amigas Martha Obezo y Emperatriz Basilio y otras compañeras, cambió cuando el ex gobernador Rogelio Ortega Martínez, presente en la entrevista en Sanborns de Oceánic 2000, le sugirió ampliar el número de invitados. Llegaron unos 50 militantes de izquierda.
Laura Gaytán es una activa del Comité Eureka desde que salió del Campo Militar Número 1 y desde ese grupo empujó la idea de crear una Comisión de la Verdad en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y estuvo presente cuando el morenista recibió dos veces a los familiares de la guerra sucia en Palacio Nacional, en los primeros años de su gobierno.
“Yo sentí un compromiso de él porque así, de volada, dijo que a partir de ahora nos reunimos cada dos meses para evaluar este proceso”, dice entusiasmada. Desde entonces, sin embargo, los familiares no se han vuelto a reunir con el mandatario federal, “no nos responden de la oficina de Presidencia”.

“Si no hay verdad, no puede haber perdón”

El 22 de junio de 2022 familiares acudieron al Campo Militar Número 1 como parte del inicio de actividades de la Comisión de la Verdad, donde el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, anunció la inclusión en un monumento de los soldados caídos en los enfrentamientos de las décadas de la guerra sucia.
“Ahí me di cuenta que las Fuerzas Armadas no iban a colaborar tan abiertamente y con tanta disponibilidad para este tema de destapar archivos y de llegar a la verdad y de que se supiera todo”.
El 21 de septiembre del mismo se llevó a cabo la primera inspección, a la cual Laura Gaytán acudió por un compromiso con las doñas del Comité Eureka que tenían la ilusión de entrar, como Celia Piedra, esposa del integrante del Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM), Jacob Nájera Hernández, desaparecido el 2 de septiembre de 1974 en San Jerónimo.
“Fue una puesta de escena, los milicos nos trataban como turistas”, dice y relata que identificó un edificio porque era el único “con las ventanitas que yo recordaba”. Pero no la dejaron entrar aduciendo que el oficio que mandó el subsecretario Alejandro Encinas no lo incluía dentro de la inspección.
La “tramitología” tardó seis meses para autorizar a Laura Gaytán a que entrara a ese edificio, del que está identificado como comandancia de la Brigada Blanca, Quirós Hermosillo ahí tenía sus oficinas y ahí tenían celdas y lugares de tortura; ahora es dormitorio de mujeres integrantes de la Guardia Nacional.
Además de ser una de las pocas sobrevivientes de su reclusión clandestina en el Campo Militar Número 1, el testimonio de Laura Gaytán es importante porque estuvo en ese lugar con Ana María Parra, también militante del MAR y desaparecida desde 1979.
Laura Gaytán entró y pudo recordar las escaleras que subió cuando estaba detenida y que iba vendada, y que luego giró a la derecha y volvió a subir otras escaleras. Pero en el recorrido que hizo “¿a dónde crees que me llevaron?, subiendo a la izquierda”. La autorización no incluía esa parte que decía.
En los tres meses que estuvo recluida, Gaytán Saldívar pudo ver en una celda con un mensaje: “Javier Gaytán Saldívar, septiembre de 1974, prefiero morir de pie, que vivir de rodillas”. Javier es su hermano y fue detenido en la fecha cuatro de ese mes.
Considera que la reparación de daño ha sido “una cortina de humo”, reconoce que hay familias de sobrevivientes que viven en condiciones precarias, “pero yo siento que mucho se ha ido en este proceso la lucha hacia: ¿y con cuánto nos van indemnizar?”
“Eso ha perdido el espíritu fundamental: exigir verdad, como primer punto; segundo, exigir justicia, o sea, esto es castigo, juicio a los culpables, aunque sea un juicio post mortem. Luis Echeverría no puede quedar impune del juicio de la historia, Miguel Nazar Haro no puede quedar impune”.
Precisa: “que se documente que fueron los responsables ideológicos, materiales de todas estas graves violaciones de derechos humanos y que pasen a la historia como lo que fueron, aunque estén muertos”.
Evoca a Rosario Ibarra: “no queremos venganza, queremos la paz de saber qué pasó con los hijos, los hermanos, los esposos”. La mamá de Gaytán Saldívar murió sin saber qué pasó con su hijo Javier y su hermana lo sigue buscando, pero más compañera de organización que como familiar, “es una obligación moral, política, ideológica, filial, que nos corresponde a nosotros”.
La Comisión de la Verdad va a publicar un informe, pero no han encontrado ninguna pista de los 600 desaparecidos que por lo menos el Comité ¡Eureka! reclama; esta organización le mandó una carta al presidente de México ante la posibilidad de que pidiera perdón en nombre del Estado: “el perdón sólo puede darse con la verdad, si no hay verdad, no puede haber perdón”.
“En Eureka somos totalmente radicales, no transgredimos ese principio, primero la verdad, después de la justicia, y ya después la memoria histórica y el monumento y que aparezcan en los libros de texto y que la calle con el nombre de Genaro Vázquez, de Carmelo Cortés”, dice a un lado de un hijo de este último líder guerrillero, Catarino Hernández, quien la escucha y comparte varias opiniones con ella.
Laura Gaytán considera que la creación de una Comisión de la Verdad “fue un acto de muy buena voluntad, una pretensión genuina de Andrés Manuel que no fue posible materializar, de acuerdo a nuestras expectativas de verdad”.
“Yo creo que Andrés Manuel es sensible, creo que se va a quedar con esa asignatura pendiente, creo que no va a estar con la conciencia tranquila, no es un tipo infame, hipócrita; creo que se va a llevar lo de los 43 y lo del decreto como una piedra en el zapato, no por negligencia, no por falta de sensibilidad, de asumir compromiso como estadista, sino porque las condiciones políticas del país no se lo permitieron”.
La sobreviviente de desaparición forzada y hermana de un desaparecido considera que hay que seguir “picando piedra”; en una visita reciente de la candidata presidencial de Morena Claudia Sheinbaum a Chihuahua, le entregó una petición de audiencia del Comité ¡Eureka! con el libro de su hijo Inti, que trabajó para Sheinbaum cuando fue secretaria de Medio Ambiente en el gobierno de López Obrador en la Ciudad de México.
“Creo que ella es sensible, entendedora con toda la trayectoria que tiene, y con ella vamos a poder dar continuidad y vamos a poder resarcir pues todos estos desfases que no se pudieron acomodar acá y que vamos a seguir con la lucha”, confía.