Desde la cárcel de Coyuca de Catalán, Martín Cruz Avellaneda pide al presidente López Obrador su libertad, porque no se le ha fincado algún cargo y explica que fue detenido acusado de rebelión y otros delitos falsos porque participó en la defensa del agua y los bosques de la sierra
Septiembre 25, 2021
Zacarías Cervantes
Chilpancingo
El defensor de los bosques de la sierra de Coyuca de Catalán, Martín Cruz Avellaneda, preso desde hace más de 20 años sin sentencia en el penal de Coyuca de Catalán, denunció hostigamiento en su contra por parte de la misma Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (Codehum), que le cuestiona que se asuma como preso político.
Por medio del dirigente del Comité por la Libertad de los Presos Políticos y promotor de la Policía Comunitaria en comunidades indígena de la Montaña, Gonzalo Molina González, Cruz Avellaneda denunció que está recibiendo hostigamiento por el delegado regional de la Codehum en la Tierra Caliente, Alfonso Peralta García.
Contó que en días pasados, el representante de la Codehum, fue a visitarlo al penal de Coyuca de Catalán y le reprochó por qué se asume como preso político y defensor de los mantos acuíferos, cuando no lo es.
Molina González recordó que Cruz Avellaneda es un defensor de los mantos acuíferos en la sierra de Coyuca de Catalán y en zona Norte del estado, lo que motivó que fuera encarcelado por el Estado, “sin motivos reales ni por algún delito en específico”.
El defensor se encuentra preso desde hace más de 20 años en el penal de Coyuca de Catalán, sin que aún haya sido sentenciado y de acuerdo con Molina González, no le han podido acreditar ningún delito.
Molina González exigió a la presidenta de la Codehum, Cecilia Narciso Gaytán, que ponga atención al caso y al trato re victimizante que el personal del organismo está dando al preso.
Reprochó que en vez de proteger y reclamar que se respeten sus derechos, personal del organismo oficial de derechos humanos lo presiona, lo amedrenta y lo hostiga.
En tanto que Martín Cruz Avellaneda demandó su libertad al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, debido a que a más de 20 años preso, no ha sido sentenciado.
El presidente de la República, recientemente firmó un decreto para liberar a presos que tengan más de 75 años de edad, a aquellos que lleven más de 10 años privados de su libertad y sin sentencia, a los que hayan sido torturadas y a los mayores de 60 con enfermedades crónicas. En todos los casos que no estén presos por delitos graves.
Vía telefónica, desde el Cereso, Cruz Avellaneda se reclamó como preso político.
“Tengo 20 años preso. Caí en la cárcel el 12 de mayo de 2001. Se me acusa de muchos delitos, de muchos problemas, pero en realidad mi problema no es que yo tenga delitos, sino que soy perseguido por el gobierno de aquel tiempo”, denunció.
Sostuvo que, en realidad, el Estado lo acusa de rebelión en contra del gobierno, a raíz de que fundaron la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán, “que inició por allá por los años del noventa”.
Sin embargo, insistió que se dedican a defender los mantos acuíferos y la selva, “más que nada”.
Recordó que cuando fundaron la organización fueron pioneros con
Rodolfo, Palemón y Jerónimo Cabrera González, quienes también están presos en el penal de Acapulco.
Cruz Avellaneda agregó que sigue en la lucha, “y sigo esperando que el gobierno voltee a ver el caso de nosotros los presos políticos en Guerrero y que no nos dé atole con el dedo, que nos diga y que nos hable con la verdad”.
Denunció que en 20 años le han violado sus derechos; “han hecho caso omiso a mi caso, porque en realidad yo delito no lo tengo, no van a encontrar delito en mí, simplemente mi detención es para que yo no siga luchando, para apagar mi voz, que yo no siga denunciando las cosas que el gobierno muchas veces hace”, insistió.
Dijo que le pidió al gobierno de López Obrador en su momento que atendiera su caso; “que tomaran un punto de vista, porque solamente le han dado largas”.
Se quejó que prácticamente el gobierno o el sistema jurídico en Guerrero “es una cosa que da, no sé, de qué manera poderlo llamar, pero es algo que no se trabaja, es algo que está olvidado. No hay un servicio, no hay una capacitación”.